You Rock My World - Kookmin

Capítulo 3

  Sabía que el dinero que nos había dejado papá no duraría para siempre. Debería ponerle un negocio a mamá y aprovechar esta oportunidad que se me presentaba.

  Colgué la llamada y me senté en el comedor. Observaba pensativo a mi madre reír junto a Matt.

— ¿De qué va todo esto? — Hoseok preguntó sentándose a mi lado.

— Quiere que trabaje para él.

— ¡¿Qué?!, Dios mío, esto es enorme, Jimin. No puedes decirle que no.

— No lo hice, quedé en ir a su compañía — recosté mi cabeza sobre el brazo que descansaba en la mesa — en solo tres días ha ocurrido tanto... Estoy mentalmente agotado.

— Lo siento mucho — acarició mi espalda.

— ¿Matthew sabe de esto?, es decir; ¿cuándo ese hombre vino, él estaba aquí?

— No, estaba yo solo en casa. Ni siquiera Tae vino ese día, ambos estaban ocupados — levantó los hombros.

— Mejor. No creo que le guste la idea de que trabaje para un artista con fama de "Play boy", omitiré eso mientras tanto y solo diré que es en una disquera.

— Oh... No creo que sea buena idea ocultarse cosas.

— Será por poco tiempo, al menos hasta que tenga un contrato firmado... Son Cincomil, Hobi.

— ¿Mensual? — abrió sus ojos.

— Mensual... — susurré.

— ¡Joder! — todos voltearon a vernos y tuvimos que fingir una sonrisa.

— Es mucho dinero, lo sé.

— Que suerte tienes, si necesitan a alguien me avisas.

  Sonreímos en complicidad y así transcurrió lo que quedaba de día. Me levanté muy temprano, puse mi tocadiscos al ritmo de "Dance with somebody" para pulir mi imagen, ordenar mis documentos y prepararme mentalmente para ir a Sony por la tarde.

  ¿Realmente estaba listo para ese tipo de vida que llevaría una vez firme el contrato?, nunca he administrado nada... Pensar en mí, manejando la carrera de ese hombre me ponía los vellos de punta.

  Hacía el desayuno a mi novio quien despertó y se acercó hacia mí. Colocó sus manos en mi cintura y me hizo saber que tenía un problema entre sus piernas — Buenos días, cariño — besó mi cuello y toda mi piel se erizó.

— B-buenos días, amor. ¿Cómo amaneciste?

— ¿No lo sientes?

  Solté una risita tímida y volteé la tortilla que preparaba — Muy despierto — dije con las mejillas rojas.

— ¿Puedes dejar eso así y subir a la habitación conmigo?

  Quería decirle que sí. Soltar la sartén y al fin consumar nuestros cuerpos pero el dolor que tenía en la boca del estómago a causa de los nervios era agonizante — Debo terminar de cocinar — dije como excusa y él exhaló.

— Está bien, bebé — dejó otro beso en mi hombro y se retiró de la cocina. Me sentí mal nuevamente pero agradecí que Matthew fuese tan comprensivo desde el día uno.

  No sabía a qué hora debía ir pero a las tres de la tarde ya me estaba vistiendo.

— ¿De qué trata ese trabajo?

— Oh — automáticamente me tensé — es solo organizar agendas y ese tipo de cosas.

— ¿Trabajarás para algún artista famoso?, ¿Michael Jackson, Madonna?