Melissa: Blood and Love [Ángeles Caídos #01]

Capítulo veinticinco. The robbery

UNA SEMANA DESPUÉS.

MELISSA.

Como lo dije, mis padres sentenciaron a Julian, lo metieron a la carcel, no se por cuanto tiempo, su otro padre hizo todo lo posible para que mis padres no lo dejaran en en la cárcel, aun con las súplicas mis padres no fueron razonables. No los culpo, cuando se trata de mi, son capaces de cosas inexplicables. 

Fuera de eso, estamos en un restaurante fuera del pueblo, Arian y Matias nos citaron aquí, dijeron que nos iban a decir algo. Cheryl, América, Semi, y Hada, están aquí, el restaurante se llama Pink Hill es el primer restaurante al que vinieron juntos.

Después de un rato vinieron, nos dirigieron qué nos adelantemos, ellos iban a venir un poco más tarde. 

Se sientan juntos, y yo me los quedo viendo, esconden algo, asi que hablo, — Okey ya están aquí, que nos quieren decir? 

Arian toma la mano de Mat, Cheryl pone su mano en la boca, Arian habla, — Mat y yo somos novios. 

Hada y América chocan los cinco, las cuatro habían hecho una apuesta, Cheryl y Semi apostaron diciendo que ya eran novios, América y Hada diciendo que no lo eran pero que si se iban a ser novios, yo no aposté. 

Hada sonríe, — Cheryl, Semi, ganamos. 

Matias frunce el ceño, — ¿De qué hablan?  

— Las chicas hicieron una apuesta sobre ustedes, Cher y Semi perdieron, - hago una pausa, — Muchas felicidades chicos, me alegro por ustedes. 

Me sonríen, — Gracias Mely, en que sea tu nos felicitas. 

— ¡Oye! - protesta Cheryl, —  Yo también los felicito, sabía que iban a ser novios tarde o temprano. 

Las chicas los felicitan, después comemos y vamos a dar una vuelta por el lugar. 

1:00 pm 

Después de la salida regresamos al castillo, Semi, América, y Hada se tuvieron que ir, así que solo quedamos Cher y yo. Alguien toca la puerta entonces salgo a ver quien es. 

— Buena tarde princesa, una señorita la busca en la entrada principal, le dije que si podía dejar el mensaje conmigo pero insistió en verla a usted. 

— Está bien no te preocupes, ahora bajaré, gracias. 

— Con gusto princesa, compermiso. 

El sirviente se va, Cheryl se levanta y se pone a la par mía. 

— ¿Quién será? 

Me encojo de hombros, — No lo sé, acompáñame. 

— Claro vamos, solo que llevare algo, sabes? 

— Tienes que llevar un arma? 

— No llevaré gran cosa, solo una navaja. 

— Está bien, vamos ya. 

Bajamos y hay una chica afuera del portón. Cuando me ve sonríe. 

— Buenas tardes princesa. 

— Buenas tardes, ¿Te puedo ayudar en algo? ¿Te conozco?

— Si, me puedes ayudar mucho y, no princesa, es la primera vez que hablo con usted. 

— Hmm, ¿qué necesitabas? 

Ella saca un papelito y me lo entrega, estaba doblado, lo empiezo a desdoblar pero ella me detiene, — No lo habra aquí, ábralo en su habitación, ahora me voy.