PARTE 28: TODOS HACEMOS COSAS MALAS

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–Pues dime qué persona es Olivia.

–No pienso ser cómo ella. Si tenéis una relación tan bonita y llena de amor, será mejor que sea ella la que te cuente las cosas tal cuál pasaron.

–Vir, me dijiste que era el último favor, necesito este favor de verdad.

Virginia suspiró sonoramente y miró al suelo con gesto de resignación. La conocía perfectamente, y sabía que iba a contármelo y que sería la verdad. Nunca me había mentido.

–Discutimos ella y yo porque ella me dijo que os estábais acostando.

Mi cuerpo se echó hacia atrás sintiendo el peso de mi alma. No se me ocurría ni una sola situación en la que Olivia pudiera hacer semejante trama y cometer semejante falsedad contra mí.

–Pero eso no es cierto. –Le dije muy seria. –Tú sabes que eso no es cierto.

–En aquel momento la verdad es que pensé que era mentira, pero sinceramente viendo lo visto ahora mismo pienso que es verdad.

–Es que no es verdad. Te juro que yo nunca te haría eso. –Obvié el hecho de que ni pasó entonces ni había pasado todavía.

–Cuando me lo dijo, la cité en el baño del instituto al acabar las clases, porque no quería que me explicara nada por teléfono. Quería ver su cara al contármelo para poder saber si me mentía. Siempre había tenido muchísima inseguridad sobre lo que teníais y aquello me parecía el peor resultado posible a una relación que para mí era perfecta. –Me dijo aguantando las lágrimas.

–¿Y qué pasó?

–Le dije que sabía que era mentira y que quería que dejara de manipularme a mí y de manipularte a ti. Perdió el control y me empujó, gritándome que aunque no fuera verdad, ella sabía perfectamente que tú estabas confusa y que en algún momento saldría la verdad. Y bueno, al final razón no le faltaba.

–Pero eso no es lo que ella me dijo... –Miré al suelo, porque la verdad estaba siendo muy dura.

–Te dejé porque tuve miedo de dos cosas. La primera que Olivia llevara razón y tú no sintieras nada por mí, y la segunda porque me aterrorizó lo que estaba haciendo. Sentí verdadero pánico al ver a qué punto podría llegar ella por tener lo que deseaba. Tengo que decir que después se arrepintió y me pidió perdón. Y fue sincera haciéndolo, pero también me dijo que me odiaba por renunciar a la persona que ella más amaba en su vida.

–Gracias por contármelo Virginia. –La miré a los ojos.

–No me gusta el conflicto, no pienso volver a enfrentarme a tu amiga. Esto se ha acabado. Y yo estoy enamorada de ti, pero no voy a llegar tan lejos y he renunciado ya a todo esto. No puedo enfrentarme a ella, porque noto que me odia y es una sensación abrumadora. –Me dio un abrazo y me agarró fuerte con las manos. –Quizás en otro tiempo, o en otro lugar.

Se separó de mí y volvió al bar. Vi a lo lejos como entraba por la puerta y desaparecía en lo que en aquel momento me pareció una metáfora perfecta de lo que acababa de pasar. Bajé la calle para llegar al paseo. No tenía ninguna intención de volver al bar. Estaba profundamente enfadada, estaba tan enfadada que el enfado me incapacitaba para cualquier cosa que no fuera gritar, pero sabía que se preocuparían, así que avisé de que no iba a volver.

Yo: "Tere, me he marchado. Estoy muy enfadada, no quiero hablar. No te preocupes"

Tere 😻: "¿Has hablado con Vir?"

Yo: "Sí, ya está todo claro"

Tere 😻: "¿Estás enfadada conmigo?

Yo: "No, contigo no"

AkelarreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora