PARTE 14: HOY NARRO YO. El estado de gnosis.

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(Narra Olivia)

Marta había salido al balcón de mi salón a fumar y Tere la miraba con odio desde el sofá. Marta no había hecho nada malo en realidad, solo se había visto superada por la situación y las ganas de ayudar. Tere y ella eran amigas desde la más tierna infancia, para Marta, ella era como su hermana y quería ayudarla siempre. Eran amigas, eran confidentes, pero sobre todo eran sinceras. Nunca se ocultaban las cosas, descubrir después de tanto tiempo que Tere estaba sufriendo en silencio un abuso de tal calibre nos había puesto a las dos en una situación delicada, pero siendo sinceras, Marta gestiona las emociones regular.

–¿Por qué no sales y le dices lo que piensas? –Le pregunté a Tere.

–Porque si salgo creo que le voy a calzar una hostia, y no se la merece.

–Ella solo quiere ayudarte, y yo también.

–Ya Olivia, pero es que Marta parece vivir ajena al puto mundo y eso me saca de mis casillas.

–Marta tampoco podría haber imaginado lo que nos has contado Tere... –Agarré su mano y ella contestó mirándome.

–Ya lo sé.

–Tenemos que ir a la comisaría mañana y denunciarlo. –Le dije seria y mirándola a los ojos.

–Ya te he dicho lo que va a pasar, no voy a cambiar de opinión.

Mi amiga se levantó del sofá y abrió el ventanal del balcón hecha una furia. Se notaba las ganas que tenía de explotar contra alguien y por supuesto la elegida había sido Marta. No iba a juzgarla, su relación era así y era mejor que todo explotara.

Escuché como le gritaba aunque sin llegar a entender lo que se decían. El balcón me temo que estaba muy bien insonorizado por motivos obvios y aunque Tere estaba gritando bastante no pude entender exactamente lo que le echaba en cara. Le había empujado del hombro, así que mi yo interno se preparó por si había que salir a mediar. Finalmente y como era obvio, no fue necesario.

Marta entró despacio, con la mirada cansada y Tere entró detrás, en sus ojos pude leer un poco de arrepentimiento. Quizás había soltado alguna bomba de la que ahora se arrepentía. Esa noche le había ofrecido a Tere dormir en casa, me hubiera gustado que Marta también se quedara, pero recogió todo antes de que yo pudiera sugerirlo. Lo más posible era que no tuviera ganas de quedarse, llevaba gesto de necesitar estar sola.

Tere y yo nos tumbamos a ver Breaking Bad. Ella no la había visto, yo la había visto 3 veces pero no me importaba para nada. Creo que en ese momento quería que se sintiera lo mejor posible, tratarla con amor e intentar convencerla como fuera de que optara por la vía de la justicia en lugar de por la vía del crimen.

–¿Qué ha pasado fuera? –Le pregunté mientras se acomodaba y yo la cubría con una manta.

–Nada, hemos discutido un poco, pero ya está.

–Has entrado con cara rara.

–Nada de eso.

–¿No me vas a decir qué le has dicho?

Se me quedó mirando desde la otra esquina del sofá, con gesto serio. Sin duda algo estaba ocultándome.

–Tere, ¿qué?

–Quizás le haya sugerido que parece que vosotras dos estéis pilladas la una por la otra.

–¡¿Qué?! –Grité y entré en pánico. –Me lo debes de estar diciendo de coña. ¿Por qué cojones no puedes arreglar las cosas sin meterme en medio?

–Me ha salido del alma. No le he dicho nada de lo que me has contado. Solo sugerí que tú y Virginia os lleváis mal por un motivo y que ella está pillada por ti desde que te conoce.

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