Cuando me desperté, Olivia dormida desnuda abrazándome desde atrás. Notaba su respiración y su cuerpo rozándome. Era relajante notarla, pero era un poco estresante enfrentarse a todo lo que venía después de lo que había pasado ayer.
Estaba pensando en mi encuentro con Ishtar, y en si se estaba refiriendo a la verdad en cuanto a lo que me había enterado ayer de Olivia y Virginia o si la verdad era que realmente Oli no era tal cual yo la había conformado en mi mente.
–Se te está escuchando. –Me dijo acariciándome el costado con la mano. –Lo siento, estás muy conectada conmigo y es difícil dejarte guardar intimidad.
–Empieza a ser frustrante. –Le contesté.
–Prefiero que lo sepas a que pienses que te miento o que te digo lo que quieres oír.
Me giré con la intención de mirarla a los ojos y poder comprender qué había ahora mismo en ella.
–¿No es así?
–Frecuentemente es todo lo contrario. –Me dijo sin todavía haber abierto los ojos.
–Mírame porfa.
Olivia bostezó como un maldito gato siamés y abrió poco a poco los párpados dejando entrar en sus ojos la luz.
–¿Te preocupa no conocerme realmente? –Me preguntó.
–Preguntas, pero realmente afirmas, porque ya lo sabes.
–La pregunta que te deberías hacer es si te conoces a ti misma tanto como te conozco yo.
–Te estás yendo por la tangente. No quiero que sigamos haciendo esto si realmente me has estado engañando. –Le dije señalandonos a ambas con las manos.
–¿Follar o enamorarnos?
–Ambas. –Le contesté tajante.
Olivia se incorporó y se apoyó en la pared que cubría el lado de la cama tapándose los pechos con la sábana.
–Yo no te he engañado, tú sola has idealizado las partes que más te gustan de mí, porque has estado siempre enamorada pero no has querido admitirlo. Siento ser tan clara, pero no voy a permitir que me responsabilices a mí de algo de lo que sólo tú eres la responsable.
–Tere y Vir ambas afirman que tú no eres la que aparentas.
–No, Tere sabe perfectamente quién soy. Lo que no soy es lo que tú crees que soy. Son cosas muy diferentes.
–Estás usando tu superioridad dialéctica para que me haga el lío. –Me reí para aflojar la situación.
Ella me sonrió dulcemente y se acercó a mí que continuaba tumbada mirándola desde abajo. Se inclinó sobre mí, acortando absolutamente todas las distancias y noté como su pelo cobrizo y suave caía sobre mi cara y mi cuello. Su perfume me envolvió por completo e instintivamente cerré los ojos.
–Que yo no sea la persona más dulce y buena del planeta no me convierte en manipuladora y malévola, sencillamente me hace humana. Prefiero que tengas bien claro, que yo también pierdo el control, sobre todo si se trata de ti. Pero es una actitud tóxica que no acepto y que no volverá a suceder.
–Eso me tranquiliza muchísimo. –Le dije mirándola a los ojos y todavía embriagada de su cercanía y su olor.
–Lo siento, sé que no quieres oír esto, pero te quiero. –Dejó un beso en mi nariz.
La acerqué a mí porque era imposible resistirme. Su piel, sus labios, su puta saliva, todo de ella me encantaba y me hacía entrar en un estado al que no estaba dispuesta a renunciar en aquel momento, mucho menos en aquella mañana.
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Akelarre
General FictionEn una ciudad de Galicia, tres amigas comparten el mismo secreto. Quieren cambiar su vida, quieren ir más allá. Todo cambia a partir de una experiencia paranormal de Marta, que convencerá a todas las demás para empezar a vivir una vida totalmente di...