𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟖

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Jungkook me cogió de la mano cuando salimos de la habitación del hotel para reunirnos con los demás en la planta baja

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Jungkook me cogió de la mano cuando salimos de la habitación del hotel para reunirnos con los demás en la planta baja. Ese día tocaba un pícnic. Me había despertado dolorida, no por fuera, pero sí por dentro. Tal vez llevaba tiempo así y no me había dado cuenta. No podía creer que le hubiera confesado a Jungkook todo lo de Sehun y Yeri. Había debido de pensar que era un auténtico felpudo.

Justo cuando salimos al porche de adoquines, apareció Yeri. No hubo que desviarse en la dirección opuesta ni evitar el contacto visual: estábamos cara a cara, y la vergüenza me subió desde los pies y se filtró en mi vientre. Vergüenza por no haberle dicho nada y por permitir que me hubieran tratado como ella lo había hecho.

- Hola -saludó, mirando mi mano unida a la de Jungkook- Parece que el sol va a aguantar.

- Sí, hace buen día -dije, tratando de sonreír lo mejor posible. Aunque hubiera tenido el valor de decir algo, no podía arriesgarme a alterar las cosas por Jungkook. Después de todo, Henry era el padrino de Yeri. Si hundía su boda, nos pedirían que nos fuéramos, y Jungkook perdería la oportunidad de conseguir que Henry le vendiera su edificio. Pero si tenía que decir algo, podría contarle que su primer novio se había presentado en mi casa la semana anterior a que terminara la relación con ella y me había dicho que me quería. Podría decir que su hermana pequeña, Elsie, me dijo una vez que no le gustaba cómo me hablaba Yeri.

Incluso podría mostrarle el mensaje que recibí de su madre el día después de que llegara la invitación, en el que me decía lo mucho que lamentaba lo que había hecho su hija. Pero, por supuesto, me quedé callada.

- Bueno, id donde los sauces llorones; está todo preparado allí -indicó- Os veré más tarde.

- Es muy optimista -comentó Jungkook mientras bajábamos las escaleras- Resulta irritante.

Me reí.

- Sí. Siempre ha sido así: nada le afecta. -Siempre me había parecido que Yeri tenía una especie de armadura interna.

- Creo que es genético -explicó él- La vida siempre es maravillosa.

En la hierba, junto al río, había mantas de pícnic con tela de tartán de diferentes colores. Sobre cada manta había una cesta de mimbre y una tarjeta cuadrada con los nombres impresos. Jungkook pensaría que era normal y lo achacaría a la idiosincrasia de las clases altas, pero la colocación de los asientos en un pícnic era cualquier cosa menos normal: no importaba quién fueras. Jungkook y yo nos paseamos de una manta vacía a otra buscando nuestros nombres.

- Las personas son diferentes. No puedes conocer a alguien solo por el hecho de que su familia tenga dinero. -Jungkook miraba atentamente las tarjetas con los nombres, y yo no estaba segura de si me ignoraba o si no me había escuchado

- Aquí estamos -dije, divisando mi nombre dos mantas más arriba, en el límite de la fiesta. Me quité las bailarinas y tomé asiento.

- ¿Has pensado ya en enfrentarte a Sehun o a Yeri, o mejor aún, a los dos? -preguntó, dándome la tarjeta mientras abría la cesta.

𝙋𝙧𝙚𝙩𝙚𝙣𝙙 𝙇𝙤𝙫𝙚 | ℓк αυ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora