—El pequeño Noah hizo una travesura, y va a tener su traserito palmeado.
Ni siquiera había terminado de abrirle la puerta, y Blue ya estaba burlándose de él, comenzaba a creer que el chico le había puesto un rastreador en algún lugar y había estado preparándose para recibirlo justo al otro lado de la madera. Nadie podía ser tan ocurrente y burlón sin preparación previa.
Volviendo a mirar al chico, suspiró... quizás si, alguien podía serlo.
Cruzándose de brazos, Noah bufó—. ¿Que sabes?
La sonrisa del rubio creció antes de tocarse la punta de la nariz—. Yo lo sé todo —dijo. Riendo, terminó de abrir la puerta y le hizo un gesto al interior—. Vamos, entra, tu y yo tenemos que hablar. Deja que tu buen amigo aquí presente escuche todos tus pecados y te de tu penitencia.
—No eres un cura, Blue —dijo, pasando a su lado para entrar—. Estoy seguro que de entrar a una iglesia, te pondrías rojo, te saldrían cuernos y una pequeña cola en forma de flecha.
—Si, porque a ti seguro te saldrían alas —arrastró. Cerrando la puerta, se adelantó, guiando el camino hacia la cocina—. Tu tampoco sudas agua bendita, hipócrita.
—¿Quién es el hipócrita? —Damon preguntó cuando entraron, agitando el contenido del sartén antes de volver a dejarlo sobre el fuego y girarse a mirarlos—. Hey, Noah, no sabía que vendrías, ¿te quedarás a almorzar?
—Si, se queda —Blue respondió por él—. Un pajarito me contó que Noah a estado haciendo travesuras, y quiero que me cuente todos los detalles.
—¿Un pajarito? —Noah masculló—. Más como una urraca parlanchina.
—Le diré a Nee que dijiste eso. —lanzó hacia él antes de acercarse al corral a un lado, donde Shiloh estaba ocupado arrojando todos sus juguetes fuera del mismo—. Cariño, deja de hacer eso, no es divertido juntarlos.
Shiloh le respondió arrojándole un patito de hule por la cabeza.
—¿Que tiene que ver Nee con Noah? ¿Por qué tienes que decirle lo que dijo? —Damon se acercó, mirando entre ambos con curiosidad—. ¿Que hicieron?
Percatándose de su desliz, Blue se giró a verlo con una sonrisa inocente—. Yo no hice nada, fue Noah quién lo hizo.
—¿No hiciste nada? —bufó—. Tengo un audio de Nee diciendo todo lo contrario.
—¡Ese bastardo parlanchín!
La mirada de Damon fue de uno al otro—. ¿Me pueden decir que esta pasando? —preguntó, volviéndose a Noah—. ¿Cuándo te volviste cercano a Nee?
—Yo no soy cercano a él —dudó—, aun... yo no... él no... es complicado.
—Yo que tu, le digo —Blue canturreó—. Es mejor tener varias personas de tu lado antes de enfrentar al dragón mayor, ¿no te parece? Quizás Damon pueda ayudarte a tratar con Darius cuando sea el momento.
—¿El momento de qué? ¿Alguien me puede explicar? —Damon apresuró, su cabeza se movía como si estuviese viendo un partido de tenis, de un lado a otro.
Dudando por un largo momento, Noah simplemente lo soltó:— Acabo de aceptar un trabajo como asistente personal de Nee.
Y la cocina quedó en completo silencio tras esa declaración.
Levantando la mirada para ver al mayor, lo encontró observándolo con la boca abierta y la cuchara de madera que había estado usando, sucia de salsa, dirigida a él como si estuviese acusándolo silenciosamente de algo.