¡Hola! Lamento mucho la tardanza, la verdad, me costó mucho escribir este capitulo (lo reescribí unas tres veces). Es que es demasiada información y no sabía como acomodarla. De todas formas, terminé dejando mucho por fuera, pero espero poder ir contando la historia del pasado en los próximos capítulos.
Espero que les guste.
Gracias por leerme.
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Sorbiendo su nariz torpemente, Noah parpadeó las lágrimas en sus ojos y removió sus pies con fuerza dentro de la piscina, sacando la rabia acumulada en su interior en el simple movimiento. Estaba enojado, estaba herido y estaba tan jodidamente triste, que ya ni siquiera podía identificar cual sentimiento era el más fuerte. Su interior era un revoltijo de emociones que le era imposible identificar o manejar para ese momento, y se sentía tan exhausto que ya ni siquiera sabía si quería hacerlo.
Echándose hacia atrás, se recostó en el suelo, mirando el cielo azul sobre su cabeza mientras sentía las lágrimas correr por los laterales de su rostro.
¿Cómo se suponía que debía actuar alguien cuando descubría que toda su vida no había sido más que una simple y llana mentira?
Había tenido sus dudas desde antes, después de todo, su padre había dejado caer más que una pista. Pero nadie se lo había confirmado con palabras, nadie solo lo había dicho para que él pudiese escuchar la verdad. Ver a ese hombre, al cual tanto se parecía, fue como un golpe para él. Fue como si finalmente se percatara de lo real que era todo, de que realmente estaba sucediendo y que de alguna forma, toda su vida había estado mal armada desde el inicio.
Lo sacudió mucho más de lo que había estado preparado para afrontar, y agradecía que Darius hubiese estado justo a su lado en ese entonces. El chico había tomado las riendas y lo había sacado de aquella casa antes de que su cabeza estallara, prometiéndole que no tenía porque hacer eso en ese instante, que estaría bien si solo se daba un tiempo para procesarlo todo debidamente. Y eso lo hizo darse cuenta de que a pesar de que pensaba que lo había superado, él ni siquiera había previsto tener que aceptar algo como eso.
Así que si, él había llorado y mucho, todos esos años de rechazos y sentirse solo en el mundo con lo que a su familia refería, finalmente habían cobrado factura en él. Y había llorado, porque no conocía otra forma de tratar con todo. Y eso había enloquecido a Darius por completo. Noah sabía cuanto odiaba el otro verlo llorar, pero lamentablemente para ambos, a él se le daba de maravilla hacerlo. Sus lágrimas siempre le ayudaban a lavar todos sus sentimientos negativos, y una vez que se acaban, todo parecía un poco más claro para él.
Solo tenía que terminar de llorar ahora.
Sorbiendo nuevamente, cerró los ojos e intentó suprimir todo dentro, aun cuando las lágrimas calientes bajaban por los laterales de su rostro. Era su maldita luna de miel, no podía pasarse todo el tiempo llorando, tenía que encontrar la forma de tratar con ello.
Pasos suaves se acercaron a donde estaba, la brisa trajo consigo el perfume fresco de Darius cuando este se sentó a su lado, sus dedos suaves atrapando sus lágrimas con delicadeza.
—¿Noah? —llamó con suavidad, esperando con una suave sonrisa hasta que abrió los ojos, enseñándole su celular—. Tu padre está al teléfono, cariño, quiere hablar contigo.
—¿Nate? —interrogó, enderezándose hasta estar sentado—. ¿Él llamó?
—Si, parece que Christopher lo llamó a él —dijo, suspirando cuando Noah hizo una mueca insegura—. Creo que es hora de que ustedes dos hablen, no puedes seguir así de angustiado.