Rodeando su taza de té con ambas manos, Noah sintió la suave tibieza de la porcelana fundirse en su piel, así como lo hacían las palabras anteriores de Christopher en su mente. Siempre había sabido que había algo terriblemente malo sucediendo a su alrededor, pero en su deseo de alejarse del lugar donde era atormentado, nunca le había puesto demasiada atención.
Y quizás, seguir ese camino, hubiese sido el mejor para lograr que su estabilidad mental estuviese equilibrada.
—¿Estás bien? —la voz suave de Christopher rompió su hilo de pensamiento, logrando que subiese la mirada para verlo.
Estaban sentados en la parte exterior de la casa, bajo un hermoso árbol que Noah no reconoció, alrededor de una pequeña mesa de café muy similar a la que Nate tenía decorando su jardín. Sobre la mesa, un hermoso juego de té se acomodaba perfectamente, como si hubiese sido puesto allí para tomar una fotografía y solo fuese utilizado como decoración.
Con cada vistazo alrededor, más preguntas se amontonaban en su mente, y sabía que su padre tendría que darle muchas explicaciones al regresar a casa.
Volviendo a su anfitrión, suspiró ante el rostro preocupado de este—. Estoy bien —dijo—. Un poco aturdido aun, pero bien.
Christopher hizo una pequeña mueca—. No era la forma en que quería contarte las cosas —dejó su propia taza sobre la mesa, suspirando—. Pensé por mucho tiempo como debía desarrollarse esta charla para que no fuese tan malo para ti, pero nada salió como había planeado.
—Generalmente no lo hace —Noah le dio un pequeño gesto tranquilizador—. Y en realidad, ya no necesito que las personas den vueltas a mi alrededor, evitando decir las cosas para no herirme. Si soy sincero, estoy un poco harto de eso. En este momento, solo quiero la verdad sin más decoraciones, eso me basta.
—Está bien —asintió—. ¿Qué quieres saber primero?
Había muchas cosas en su cabeza en ese momento, pero desde que lo había visto la primera vez, una pregunta seguía rebotando en su mente una y otra vez—. Voy a ser entrometido, y con seguridad, sonaré mal educado, pero no puedo evitar preguntar, así que me disculparé de antemano.
—Puedes preguntar lo que quieras, Noah, no voy a ofenderme ni enojarme, te debo demasiadas disculpas como para guardar algo de lo que digas en tu contra.
Aceptando esas palabras, hizo un gesto con su mano al bastón—. Lo que te sucedió... ¿también fueron ellos?
Viendo lo que señalaba, los dedos de Christopher se apretaron en el mango del bastón por un instante antes de dejarlo a un lado—. Fue un accidente de auto, fue mucho antes de que nacieras.
—Lo lamento, pero eso no contesta mi pregunta —dijo—. ¿Fueron ellos?
Christopher se encogió suavemente de hombros—. No tengo pruebas para acusarlos.
—Pero sabes que fueron ellos.
Volviendo la mirada a su propia taza de té, Christopher pareció medir sus palabras al hablar—. Yo era un estorbo en su camino, y en lo que querían lograr —dijo—. Ellos sabían que no había forma que permitiese que casaran a Nate con el imbécil de Van, hice hasta lo imposible por impedirlo, hice escándalos, intenté obtener ayuda de personas influyentes, pensé que realmente podía lograrlo... y entonces sucedió, y todo se fue al infierno.
—Fue su modo de detenerte —musitó con una mueca triste.
—Perdí a mis padres en ese accidente, mi pierna derecha también se fue y mi autoestima —sus dedos rozaron la cicatriz irregular en su rostro—. Fueron momentos muy oscuros para mi luego de lo sucedido, me perdí en mí mismo y mi enfoque. Me gustaría decir que salí de eso gracias a mi propia fuerza de voluntad, pero fue Nate quién me sacó del pozo depresivo donde había caído.