De Sombra a Luz 2. De vuelta a la obscuridad.

Sin mentiras

Tony

Yisab me miraba sin expresión, estaba debatiendo en su mente si contestar o no, bajó la mirada y jugó con sus manos nerviosa, cosa que yo sabía que hacía cuando quería ocultar sus ojos.

-Sin mentiras- le dije haciéndola subir su cabeza de nuevo, y en efecto ahí estaban esos ojos negros, suspiró fuerte, puso las manos sobre la mesa y tomó el bote de helado mientras empezaba a hablar.

-Les mentí la primera vez que me preguntaron, recuerdo casi todo lo qué pasó ahí, excepto por las partes donde conseguía dormir sin pesadillas, los golpes eran cosa de todos los días, eso no me afectaba- dijo mientras levantaba los hombros sin darle importancia a sus palabras -En Titán fui entrenada para soportar eso y más, el dolor físico era intenso pero sabía que Rhadan no me dejaría morir por eso, y ahora sabes que yo me encargaba antes de dar esos entrenamientos- se acomodó en la silla incómoda mientras ponía más helado en su boca, después de tres cucharadas continuó -La primera vez que me pusieron en esa horrible silla fue lo peor, era un dolor extraño, parecía que llegaba hasta mi cerebro y Rhadan repetía las mismas palabras mientras decía cosas horribles sobre nuestra familia, me inyectaba con algo que me impedía desmayarme rápido por lo que el dolor era bastante duradero, cuando me desmayaba despertaba en mi cama con una fuerte descarga eléctrica, Rhadan nunca dejó entrar a mi cuerpo en mi proceso de sanacion- me dijo moviendo sus dedos haciendo unas comillas al aire -Se limitaba a dejarme recuperar lo suficiente para aguantar un día más, lo difícil fue cuando llegó con una extraña cosa en una jeringa, ahí fue cuando todos mis recuerdos se nublaron y mi cuerpo dejó de obedecer, después de obligarme a matar algunos de sus sirvientes recuerdo que puso algo en mi cabeza- dijo señalando su cíen -Fue una descarga eléctrica demasiado dura y cuando desperté estaba de nuevo en la horrible habitación donde me tenía, supongo que era un modo de disminuir mi fuerza de recordarlos, pero no lo logró- continuó mirándome con una pequeña sonrisa -Fue ese día que me llevó por primera vez a la base, con ustedes, recuerdo haber visto salir a James y querer correr a él pero mi cuerpo no se movió, los ataqué sin poder hacer nada para evitarlo, pero por dentro sentía toda la tristeza del mundo, luché por controlarme y lo logré ligeramente, él se molestó mucho cuando no te ataqué a ti ni a James, de regreso me castigo demasiado pero yo ya no podía hacer nada por defenderme- suspiró y levantó el rostro al techo, al parecer ella no recordaba la noche que llegó a la base sin recordarnos por completo, si su mente le había dado ese regalo yo no le abriría esa herida -Lo mismo pasó la segunda vez, cuando me llevó al cuartel de entrenamiento, reconocí a muchos de mis antiguos compañeros y traté de dejarlos inconscientes sin lastimarlos tanto, los que me reconocían ni siquiera se defendieron, a todos los agentes que me dispararon yo lo hice hacia sus piernas, quiero creer que no maté a ninguno- giró la vista hacia mi esperando una respuesta de mi parte.

-No niña, en ninguno de tus ataques mataste a nadie, siempre los dejabas fuera de combate, aunque puede que alguno haya quedado un poco asustado, tus proyecciones eran en verdad escalofriantes- le dije tratando de sonar relajado, ella agachó la cabeza nuevamente y jugó con la cuchara en sus manos.

-Él también lo notó, cuando regresamos volvió a ponerme en esa silla, cada vez era más difícil recordarlos a todos ustedes, eso era lo que me aterraba, perderme tanto que no pudiera regresar jamás, la última vez, cuando me pidió atacar tu compañía sólo tuve que pelear con tus agentes que no eran difíciles y todos ellos trataban de detenerme ninguno me atacó lo que solo hacía que por dentro sufriera más, sabía que estarías buscándome y que no dejarías que nadie me dañara, ninguno puso resistencia, logré que mi mente me hiciera atacar el edificio de archivo y a ustedes solo lastimarlos levemente para poder dejar de pelear, sentí cuando Peter puso el brazalete en mi tobillo, quise gritar de felicidad pero mi cuerpo me obligó a golpearlo con fuerza, una parte de mi sabía que pronto vendrías por mi, y luego, bueno ustedes llegaron y ya sabes el resto- me dijo sonriéndome con apagado entusiasmo. -Francamente había momentos en que deseaba que Rhadan me dejara morir- dijo poniendo la vista en el bote de helado, sólo pude sentir como el golpe de dolor en mi pecho apareció ante esas palabras -Cuando mencionaba tu nombre eran los únicos instantes en que recordaba por que debía resistir, no podía apoyarme en los recuerdos de Steve o James, lo único que se venía a mi mente cuando los mencionaban era tu rostro en la última batalla, aunque después también buscaba sus miradas en mi memoria pera aferrarme a ustedes, pero cuando me ponían en esa silla y cada vez los recuerdos se hacían más confusos una parte de mí deseaba morir-