Capítulo 2

1.1K 110 9
                                    


No hay retorno, eso retumbaba en mi cabeza una y otra vez. ¿Por qué no hay retorno?, que había tan malo como el mundo humano oh peor aún, ¿qué había de malo con Kaia?. Nadie quería siquiera hablar de ella o si deseaban hablar era con misterio y escondida.

-ahora estoy un poco asustada.—dijo Leuma.

-yo estoy mas curiosa.—respondí.

-solo hay una manera de quitarse esa curiosidad.—dijo.

-si lo se pero no se por donde comenzar.—dije un poco confusa.

-murmullos y murmullos es lo que único que escucho.—mi hermano Myles apareció en mi habitación mirándonos un poco confundido.—¿qué están tramando las pequeñas?

-nada Myles.—respondí y el me miró un poco confundido.

-si no es nada porque Miguel vino a hablar con nuestros padres.—mis ojos se abrieron enormes al escuchar aquello.—tranquila, mamá y papá no están en casa pero se que volverá.—respire.—así que hermanita, te atrape.

-te cuento pero no puedes decir nada.—el asintió y se acercó a mi lado para abrazarme suavemente.—quiero conocer a Kaia.

-¿Kaia?.—el me miró un poco confundido y yo asentí.—ella no es la Ángel que desterraron.

-exacto.—respondió Leuma.—pero a tu hermana le da curiosidad.

-Ella es asi.—dijo entre risas.—está bien y para cuando es la misión.

-¿me ayudarás?.—pregunté emocionada y el asintió.

-eres mi hermanita.—solté un chillido de alegria.—pero con una condición.

-¿cuál?.—pregunté

-que tienes que tener mucho cuidado.—asentí.—papá y mamá no pueden enterarse.

-no pasará.—dije súper feliz.

Con la ayuda de mi hermano sería muchísimo más fácil, el conocía a todos aquí y sería muchísimo más fácil pero lo que no entendía es porque Miguel vino buscando a mis padres. ¿Por qué tenía que involucrarlos?. La verdad no sabía pero eso estaba muy extraño.

-escucha como atención.—Myles me dice suavemente mientras me ponía una capucha cubriendo mi rostro.—los chicos y yo estaremos de guardia esta noche, tienes que irte lo más rápido posible.

-listo pero.—el negó.

-no hay peros Laia.—asentí suavemente.—aprovecha las oportunidades que te puedo dar ahora, los guardianes no están esta noche así que tienes el paso libre. Tienes que volver antes del amanecer.—me abrazo rápidamente y depósito un suave beso en mi frente.—no tengas miedo, si me necesitas yo iré a donde sea que estes, cuídate.—me enseño una puerta enorme negra con unos garabatos bien raros en el.

Asentí suavemente y me dispuse a correr por el portal rápidamente mientras mi hermano me cubría. Nunca había sentido la sensación que sentía en estos momentos. La sensación de caer, el aire estaba por todo mi cuerpo sin siquiera dejarme mirar a donde iba. La capa que tenía puesta simplemente estaba a punto de caerse debido al duro aire. Mis alas no respondían hasta que pude distinguir un poco el suelo. Abrí rápidamente mis alas evitando estrellarme con un duro suelo pero sin razón mis alas no ayudaron y caí.

-auch.—solté mientras me lograba levantar y quitar esa cosa rara de mi cara conocida como tierra. Que por cierto sabía horrible, si cayó en mi boca.

Limpie mis manos y sacudí un poco de lo que había caído en mis rodillas. Ahora entendí porque mis alas no abrieron, y fue gracias a la capa que mi hermano me había colocado. Una vez logré quitar el polvo de encima de mi logre divisar la oscuridad que había en ese lugar tan enorme y lleno de árboles. ¿Dónde estaba?.

LAIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora