LAIA

Capítulo 10

-hace mucho tiempo no te veía.—Miguel se acercó suavemente hacia mi para darme un pequeño abrazo.

-una pequeña circunstancia que tuve.—respondí mientras sonreía.

-espero que con esa circunstancia hayas olvidado lo que habíamos hablado.—ese comentario me tomo muy desprevenida.

-¿que tema?.—pregunté y el sonrió suavemente.

-ninguno.—me siguió la rima y yo sonreí nuevamente.—sabes que posiblemente te irás junto a mi a la guerra, ¿estás contenta?.

-si claro..—sonreí suavemente.—un poco nerviosa pero siempre estoy lista.

-Tranquila, nada te pasará.—me sonrió un poco.—yo te protegeré.

Sonreí suavemente porque por lo menos estaba un poco más tranquila en referencia de que me estaban protegiendo, aún no sabía si mi hermano estaría allá o mi hermana. Al menos con ellos me sentiría un poco mejor. Todos estaban sentados en sus respectivos asientes mientras los Arcángeles estaban también sentados en su respectivos asientos, cada uno vestía con sus enormes atuendos y la verdad estaban bastante serios.

-Bienvenidos sean todos.—Raguel se colocó delante de un pequeño podio que había y comenzó a hablar mientras nos miraba.—esta vez han sido llamados por refuerzos, como saben y habrán notado estamos en guerra. Los demonios no han secuestrado a uno de sus compañeros y no prenden devolverlo así que debido a eso tenemos que hacerlo a las fuerzas. Tenemos varios compañeros rodeándolos en campamentos pero aún no es suficiente y los necesitamos.—continuó hablando mientras mis compañeros y yo nos mirábamos los uno con los otros.—sabemos que es primera vez que irán a una guerra pero estaremos custodiándolos y cuidándolo todo el tiempo. También estarán divididos con sus otros compañeros hasta que comience lo que esperamos sea la guerra entre los demonios y nosotros.

-estamos listos señor.—dijo el que vienen siendo el líder de nuestra clase.

-Gracias a todos.—continuó Raguel.—estaremos separándolos por grupos y tendrán toda la tarde para reanudar el entrenamiento que hemos tenido. Los mejores que obtengamos de este último examen irán de primeros, los demás deberán esperar en otro punto de encuentro. Así que chicos les deseo lo mejor y estaré esperándolos en la línea.

Los arcángeles se levantaron y todos nosotros también para hacer una pequeña reverencia antes que Raguel se marchara.

-bien chicos ya han escuchado.—dijo Uriel rápidamente..—cada uno de nosotros estaremos evaluándolos, ya hemos creado la lista de nuestro grupo así que nos separaremos y iremos llamando uno por uno de ustedes para proceder a la prueba que tendrán.

Y así fue, los cinco se separaron y con una lista en la mano empezaron a llamar uno por uno de nosotros. El que era llamado solo se levantaba y se colocaba detrás de él. Si no me fallaban mis cálculos eran ocho por cada uno. La verdad estaba nerviosa pero a la misma vez deseosa que todo acabara ya.

-Laia..—mi nombre fue pronunciado por el y la verdad no me extraño nada que me tocara con el así que me levante y camine a su lado.

Lo que viene siendo la tarde transcurrió como habían dicho, estábamos ahora nosotros ocho en un lugar apartado entrenando el uno con el otro. Miguel nos supervisaba de un lado y una que otra vez nos gritaba cuando ya estábamos exhaustas. Realmente nos tenían corriendo de un lado a otro, nos mandaban a volar y incluso pelar con una estatua de madera. No habíamos comido nada, no hemos tomado ni siquiera agua y llevábamos horas aquí.

-bien chicos.—grito y todos nos detuvimos apenas pudiendo respirar.

Nuestra clase no era la mejor pero tampoco la peor. Habían buenos guerreros como habían malos pero desgraciadamente ahora en mis ocho compañeros apenas habíamos tres que sabíamos pelear y los demás estaban por estar. Como muchos de nuestra clase.