¿Que hacia?, ¿gritaba?, ¿corría?, ¿lloraba?. Simplemente no sabía que hacer en estos momentos. Mis piernas no reaccionaban y si extendía mis alas para volar sería delatarme. 'Nadie puede saber que estás aquí' era lo único que retumbaba en mi mente. ¿Entonces?, ¿moriré?.-¿que pasó?, te comió la lengua el gato.—sentí una risa rápidamente y yo logré voltearme poco a poco.
Al darme la vuelta me encontré nuevamente con ese enorme lobo de la vez pasada. Sus dientes estaban al descubierto nuevamente erizando cada parte de mi piel. Sus pelos estaban alterados como si estuviera listo para atacarme. Comenzó a avanzar suavemente hacia mi ahora sinceramente si no sabía que hacer. Bueno hasta aquí llegue, fue lo único que pensé. Cerré los ojos esperando lo que sea que pase.
-tócala y te mueres.—abrí suavemente los ojos mirando delante de mi ese pelaje tan suave que chocaba contra mi.
-miren quien está aquí.—la voz del otro enorme lobo sonó en forma de burla.—tu padre no te enseño a no meterte con la presa de los demás.
-ella es mía.—respondió el otro con voz aún más fuerte para ser exacta estaba realmente molesto. El retrocedió un poco poniendo mi mininuto cuerpo detrás de él completamente. Su pelaje café era demasiado suave, su olor era exquisito, daban ganas de abrazarlo y quedarse dormido encima de él como una cama llenas de plumas suaves.
-no me digas que tú...—dijo el otro en forma de burla y el delante de mi gruño aún más fuerte colocándose en una posición bastante aterradora pero no se porque yo solo me sentí protegida.
-otra vez tu.—esa voz la reconocí rápidamente.—déjala tranquila.
-tu callate.—el le respondió.
-vuelve hablarle así y te juro que no quedará ni siquiera un hueso tuyo.—otra voz completamente ruda se hizo presente. No podía ver nada por el enorme animal delante de mi.
-¿Laia?.—su dulce voz me llamo y yo áseme mi pequeña cabeza a un lado y entonces el enorme animal delante de mi se apartó poco a poco.—¿te hizo daño?.
-no..—dije suavemente pero ella solo vino corriendo a tocarme rápidamente pero se detuvo en la capucha.
-¿todo bien?.—asentí suavemente.—tienes que tener cuidado Laia. Te lo advertí un día.
-lo se, solo quería volver.—dije esta vez pero mi voz se detuvo al sentir la mirada de todos encima de mi y ese gruñido otra vez.
-el es Zar, es el nuevo de la manada pero aún no sabe nada de modales.—dijo ella pero eso no me tranquilizo.
-Joder chicos, me han dejado atrás.—el chico de cabello completamente blanco apareció rápidamente sonriendo.—oh..disculpa.
-chicos ella es Laia.—dijo suavemente Kaia y yo sonreí suavemente.
-yo con mucho gusto la puedo cuidar.—esa voz volvió a rebotar entre todos y su gruñido también.
-tócale un solo pelo y hasta ese día vives.—otra vez sentí ese suave pelaje delante de mi y otro enorme gruñido venía de el al soltar esas palabras con dureza hacia el otro. Pero esta vez el solo gruñó y se marchó rápidamente dejándonos completamente solos.
-el gran Axel se enamoró.—el chico de cabello blanco se burló y el enorme lobo gruñó mientras se movía suavemente listo para marcharse. Pero antes de hacerlo se volteó a mirarme, una mirada suave hizo que mi pecho a palpitar rápidamente.¿que es esto?. Fue lo primero que pensé pero ya el se había machado.
-dejalo Zarek.—lo regañó suavemente Kaia.
-ire a buscarlo.—dijo ahora el enorme lobo negro antes de salir por donde mismo se había ido el.

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LAIA
Fantasi-¿acaso realmente existes?.-pregunté al ver aquel enorme animal frente a mi. El enorme lobo no hizo nada más que acercarse a mi para olfatearme. Giré mi rostro del miedo pero de la nada sentí el tacto de unos gruesos y raspados dedos. Mi mirada se d...