7. Amigos y... ¿Enemigos?

57 10 0
                                    

En el pasillo, se hallaba Jimin.

Miraba alrededor buscando algo, y al parecer lo encontró, porque al verme sonrió y me saludó con la mano. Palidecí.

-Lamento tanto esto Jungkook -dijo la voz de Seokjin.

Lo miré con el corazón alterado.

"Estoy frito..."

Y si no evitaba que lo viera Jin, Jimin lo estaría también...

-Jungkook yo... -balbuceó Tae.

Jin lo miró, Taehyung le devolvió la mirada y se ruborizó ligeramente. Aproveché la distracción para hacerle señas apresuradas a Jimin de que se alejara. Me miró un poco confundido y no se movía.

-Tranquilo Tae -le dijo Jin en voz baja. Tuve que mirarlo al instante, cruzando los dedos para que mi propio cuerpo pudiera hacer que Seokjin no divisara a Jimin cuando me miró-. No vayas a regañarlo, por favor. Es mi culpa.

-¡No, Jin! -se alarmó Tae. Él me miró-. ¡No es cierto, yo...!

- ¡Chicos, chicos! -exclamé riendo entre dientes. Ambos cerraron las bocas, que ya se disponían a seguir echándose la culpa-. Nadie va a tener problemas por esto. Yo haré como que no vi nada ¿sí?

Ambos suspiraron aliviados y se miraron con cortas sonrisas. Volví a aprovechar y miré hacia las puertas de cristal.

Jimin ya no estaba.

Contuve un suspiro similar al que Tae y Jin habían soltado cuando los volví a mirar.

- ¿Puedes ir hoy a mi casa? -preguntaba Jin en voz baja mientras se ponía bien la gabardina, dándome la espalda y hallándose frente a Tae. Él asintió al parecer-. De acuerdo, nos veremos entonces.

Vi cómo se inclinaba. Suponiendo que le estaba robando un beso de despedida, fingí que examinaba mis zapatos con gran atención, para que, en el momento en que Jin se volviera, no hallara mis curiosos ojos observándolos.

Pronto, Seokjin llegó hasta mí, con las manos dentro de su gabardina.

-Gracias por no acusar a Tae -me dijo.

-Los dos me agradan, no tendría por qué hacerlo -respondí mirándolo.

-Gracias -sonrió un poco. Luego se puso un poco más serio-. Oye, sobre el cadáver que te dejé la otra noche...

Logré opacar mi rostro alarmado al fingir que tosía. Me aclaré la garganta, enderezándome bien.

-Sí, sí, sobre eso... -vacilé-. Quiero... quiero hablarlo bien contigo, aparte del trabajo. ¿Tendrás tiempo?

-Uhm... sí, creo que sí... ¿a qué hora?

-A las tres es mi descanso -contesté-. Nos vemos en el café que está sobre está calle.

-De acuerdo, pero ¿por qué tanto misterio y secretismo? -quiso saber.

-Ya sabrás porqué.

Dejándolo aún más confundido, se alejó hacia las puertas. Yo me horroricé al mirarlo, temiendo que Jimin continuara en el pasillo. Se volvió para despedirse con la mano de Taehyung. Éste se hallaba recargado contra la mesa, y con sus mejillas ligeramente coloradas le devolvió el gesto con una tímida sonrisa.

Salió y aguanté la respiración. Pero pareció tranquilo e indiferente de todo mientras iba hacia las escaleras. Guardé silencio unos segundos, y al no escuchar nada, suspiré aliviado.

Pero ahora tenía que ir a buscar a Jimin. Me abalancé contra las puertas, las abrí y miré el pasillo por ambos lados. Estaba desierto, a excepción de un forense que llevaba unas listas. Me mordí el labio nervioso y volví a entrar a la sala. Miré a Tae, fingiendo total calma.

Seducción Homicida °Kookmin°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora