*Este capítulo es narrado por Hoseok, siendo una trama secundaria de la historia, cabe aclarar que es un capítulo enfocado en el Sope con relatos +18, si no es de tu agrado puedes saltártelo
Las cosas a pesar de haber parecido mejorar cuando Yoongi se mudó con Hoseok, este ya no soportaba lo mal que se habían tornado. Y no le gustaba nada.
-¡Aaahh...! ¡Aaaah...! ¡Yoo-Yoongi...!
Está bien, si le gustaban bastante.
En un último gemido, Hoseok se dejó caer entre las sábanas mientras el hombre salía de él y soltaba el propio miembro del chico, que había estado trabajando durante la "actividad".
El abdomen de Hoseok quedó recargado en las sábanas manchadas en su propia semilla, y no cayó en cuenta, hasta unos segundos después, cuando Min se recostó a su lado respirando hondo.
-Mierda... debo volver a bañarme... –se exasperó el chico.
Yoongi sonrió y le acarició el rostro, haciendo que el pelirrojo desviara la mirada y se levantara de la cama.
-Será mejor que lo haga de una vez, tengo que ir a la peluquería en dos horas.
-No me extrañes demasiado, podría alcanzarte allá.
Hoseok solo rodó los ojos y entró en el baño. Rápidamente abrió la llave y apenas se calentó un poco el agua se metió.
Soltó un suspiro de exasperación.
No podía negar que le gustaba eso... pero, no creía que fuera buena señal el que todo hubiera sido tan rápido.
*FlashBack*
Era el segundo día de que Min Yoongi se hubiera mudado con él. Hosok gozaba de poder levantarse tarde, porque ya solo trabajaba un turno en la peluquería, gracias a que Yoongi pagaba la mitad de la renta. Se estiró en su cama y se sentó. Había olvidado que el día anterior se había dormido en ropa interior.
Bostezó perezosamente y se levantó en busca de ropa, pero entonces, tocaron a la puerta.
-Pasa –dijo tranquilo y sin dejar de buscar.
-Hola, buenos días –dijo Yoongi abriendo-. ¿No tienes...? –se calló al fijarse que el chico solo llevaba sus boxers puestos. Hoseok alzó la vista y Yoongi habló como si nada-. ¿No tienes algo de fruta en este cuartucho?
Hoseok alzó ambas cejas, provocando que el otro solo sonriera un poco con gesto burlón.
-Debe haber unas manzanas en el plato grande de la cocina –le dijo fingiendo que no reparaba en ese echo y buscando de nuevo su ropa-. Creo que también hay plátanos.
-Sí... eso lo sé...
El tono de Yoongi había sido realmente diferente. Había una nota en su voz que delataba la cara que debía estar poniendo. El peluquero parpadeó perplejo y volvió su vista hacia él, pero Yoongi ya se había ido.
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Ahora era el quinto día con él ahí.
Ya no lo toleraba.
Las insinuaciones habían parecido casuales, hasta por error, o divertidas. Pero esa mañana, dejaron de serlo.
- ¿Te vas a trabajar? –inquirió mordiendo una pera mientras Hoseok tomaba sus llaves de la mesa de la cocina.
-Tu deberías hacer lo mismo algún día –comentó.
-Mi trabajo no es todos los días –se encogió de hombros-. Solo cuando me necesitan.
Hoseok pareció confundido y se acercó con gesto inquisidor. Yoongi solo mordió la pera y alzó las cejas mientras masticaba.
- ¿Qué, cielo?
-Solo... –las mejillas del pelirrojo se sonrojaron indignadas-. Solo me preguntaba cuál era tu trabajo... –luego juntó las cejas en un gesto molesto-. Y no me llames "cielo".
-Iniciativa privada –contestó tranquilo. Antes de que Hoseok dijera algo más tomó su barbilla con una mano y lo acercó a su rostro, provocando que el rubor que apenas había dejado las mejillas del chico, volviera y con más intensidad mientras sus ojos se abrían al máximo-. Es lindo ver tu rostro de enfado –musitó con su rasposa voz-. Debo recordar llamarte "Cielo" más seguido.
Hoseok ya estaba por completo rojo cuando le soltó un manotazo y se fue del apartamento furioso e incómodo. Yoongi rio entre dientes y volvió a morder la pera.
A las siete, cuando Hoseok llegó al apartamento, halló a Yoongi echado en el sillón viendo televisión. Decidió ignorarlo y quiso entrar a su cuarto, escuchando un débil pero cantarín:
-Buenas noches.
-Buenas noches –contestó de mala gana.
- ¿Quieres que te arrope? –musitó la burlona voz con tono provocativo.
-Jódete –masculló el chico cerrando la puerta de su dormitorio con fuerza.
No pudo simplemente compartir su apartamento con un lunático. No. Tenía que compartirlo con un homosexual que parecía creerse el último refresco del estadio, que por cierto, según él, estaba lleno de homosexuales como él.
-Pero que impertinencia –balbuceó mientras se cambiaba.
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Las cosas siguieron igual los dos días siguientes.
Cada vez que se cruzaban, el pelinegro lo molestaba o trataba de seducirlo, provocando que Hoseok pusiera un pretexto para huir con las mejillas ardiendo, y terminando por refugiarse en el apartamento de al lado con su pequeño amigo.
- ¿Estás seguro que te seduce Hobi? –preguntó Jimin inclinando la cabeza hacia un lado mientras le daba un vaso con jugo a su acompañante de mesa.
- ¡Te digo que el sujeto casi me desviste con la mirada! –exclamó Hoseok. Luego pareció arrepentirse de haber hablado tan alto y miró alrededor preocupado-. ¿Está Jungkook aquí?
-Nop –negó Jimin-. Tranquilo, está en el trabajo.
El pelirrojo suspiró aliviado y bebió de su jugo mientras Jimin parecía meditar respecto al acosador de su amigo.
-Deberías decirle que se controle, y que no te sientes cómodo.
-Cómo si eso fuera a funcionar... –suspiró con cansancio-. Jiminnie... el sujeto es una montaña humana compuesta de hormonas.
-No suenas preocupado al respecto –comentó divertido el de ojos miel. Hoseok le dedicó una mirada sombría y el castaño rio-. Calma, Hobi. Solo bromeo. Sácalo de tu apartamento entonces. Dile que no lo quieres más ahí.
-Es que...
Pero se quedó callado, mirando el vaso detenidamente. Realmente no se había detenido a pensar porqué aún no lo había hecho... ya que, en realidad, a él se le había ocurrido días atrás. Alzó la vista sin saber que decir y se halló con que Jimin parecía estupefacto.
- ¿Qué...? –preguntó.
- ¡Te gusta!
- ¿¿EHHHH??
- ¡Sí, te gusta la montaña humana compuesta de hormonas! –gritó señalándolo.
Y de repente rompió a carcajadas. Hoseok se levantó de la mesa con su rostro de un color granate brillante y apretando los puños.
- ¡No, no me gusta! ¿De qué hablas? ¡Me acosa!
- ¡Y al parecer eso te encanta porque solo lo dije y ya estas peor que un tomate! –se seguía riendo Jimin.
- ¡Cállate Jiminnie, eso no es cierto!
Pero Jimin continuó riendo.
Ya después de hacerlo callar y tener que ir a su trabajo, el chico se halló algo perdido en su cabeza.
No podía gustarle ese sujeto. Está bien, era un poco sexy... bueno, sí, muy, muy sexy, pero eso no podía hacer que le gustara, el sujeto era un cretino amante del flirt. Aún algo confundido, llegó al apartamento esa noche, ignorando si Yoongi estaba dentro o no y comenzó a ver el fútbol en el canal de deportes, tirándose en el sillón.
Pasó un rato y entonces la puerta se abrió. Hoseok ni volteó, ya sabía que si lo hacía, Yoongi comenzaría con sus juegos de nuevo. Pero el chico cerró la puerta y saludó con calma, justo antes de sentarse en el reposabrazos del sillón, el más alejado de Hoseok, quien agradeció enormemente eso.
- ¿Va bien el juego? –Hoseok vio que al decirlo sacó de su chamarra una paleta de hielo, de esas delgadas y cilíndricas que venían en muchos colores y que parecían estarse volviendo populares.
-Ajá... los Osos van ganando por tres anotaciones –contestó.
Yoongi asintió y sacó la paleta de la envoltura. Hoseok lo miró de reojo con desconfianza, pero entonces se quedó pasmado.
Yoongi sacó la lengua y lamió todo el largo de la paleta de una forma difícil de ignorar. Pareció que quedó conforme con el sabor del rojo pedazo de hielo porque se la metió a la boca hasta la mitad. La sacó y volvió a meter a su boca fácilmente, mirando el juego con desinterés. Por algún motivo, Hoseok estaba seguro que el pelinegro sabía que lo observaba, así que quiso girarse, pero en ese momento, Yoongi volvió a sacar la paleta y soltó un:
-Mmmmm –el peluquero se ruborizó al notar el parecido de ese sonido y el de un gemido mientras Yoongi observaba la paleta-. Lo mejor que he probado en mucho tiempo.
Hoseok no dijo nada.
Yoongi volvió a meter la paleta a su boca, y cuando la sacó, su lengua resbaló por la punta, rodeándola, palpándola y luego succionándola hasta que el tinte rojo artificial, en la parte de arriba desapareció, dejándola solo como blanco hielo. Para cuando Yoongi ya volvía a introducir la paleta en su boca, de una forma tan lenta y definitivamente a propósito, Hoseok se puso más rojo y sintió algo en sus pantalones.
"¡Mierda, eso es lo que quería!" pensó furioso y humillado.
- ¡Deja de hacer eso! –pidió en voz alta y mirando el televisor.
- ¿Qué cosa? –preguntó Yoongi inocentemente.
- ¡No finjas! –se indignó Hoseok mirándolo-. Sabes muy bien qué.
-No, no lo creo.
Y entonces mordió la punta de la paleta, pero con una mirada lasciva que delataba su culpabilidad al instante y que también hizo que Hoseok sintiera más movimiento en su ropa.
Al instante se levantó, y sin dejar que Yoongi echara un vistazo a sus pantalones entró al baño. Al darse cuenta de la magnitud del "problema" se puso más rojo y comenzó a quitarse la ropa, en busca de una ducha helada. Pronto abrió el agua, ya estaba bajo el chorro, murmurando maldiciones mientas observaba su necia erección, cuando las cortinas de la regadera se corrieron.
El pelirrojo se volvió en un sobresalto, horrorizándose al ver a un Min Yoongi desnudo y tranquilo ante él. Se sintió como un idiota por no haber cerrado la puerta con seguro, ya que con el agua, no había escuchado al depredador entrar.
- ¡Sal de...!
Pero el pelinegro le sujetó una muñeca con fuerza y Hoseok abrió la boca en un mudo gesto de dolor. Yoongi le sonrió con cordialidad y cerró la llave de agua fría y abrió la caliente antes de entrar por completo a la ducha y cerrar la cortina.
-Si vamos a vivir en el mismo apartamento –le dijo- debes saber que todo me gusta caliente.
La sangre subió con rapidez hasta acumularse en las mejillas de Hoseok mientras Yoongi comenzaba a acortar distancia.
-Min-Min Yoongi –dijo en un tono de advertencia, que por vacilar, no resultó muy mordaz-. Quiero que te vayas de aquí, ya no te quedarás en mi...
-Yoongi –le dijo inclinando un poco su cabeza y acercándose lo suficiente como para que Hoseok pegara su espalda en la húmeda pared de mosaicos. Yoongi se acercó más mientras el pulso del chico se aceleraba-. Solo llámame Yoongi.
-Yoongi tienes que... –negó con la cabeza para corregirse-. Debes irte. No quiero que...
- ¿Qué...? –Yoongi ya había tomado ambas muñecas del chico y las pegó contra su pecho (de Hoseok) con tal fuerza que le hacía daño. Acortó más la distancia mientras el vapor los inundaba.
-No quiero que... que... –balbuceó Hoseok-. No quiero... –entrecerró los ojos-. No... quiero... que...
-Ahora, sin tartamudeos, para ver si te entiendo algo ¿sí?
Las mejillas del pelirrojo estaban demasiado rojas y ya solo miraba al chico con aire indefenso. No podía hacer nada contra ese brutal hombre, pero comenzaba a dudar que se debiera solo a su fuerza. Yoongi le invitó a hablar de nuevo con un gesto.
-Quiero que te vayas... –musitó tan bajito que no parecería una orden ni de lejos. Yoongi sonrió divertido-. No quiero que te quedes aquí.
- ¿Te molesta mi compañía?
Hoseok asintió, sin despegar sus ojos de Yoongi.
-Pues alguien más no piensa así... –y dirigió una significativa mirada hacia abajo, provocando que el poco color rojo que había dejado las mejillas del chico volviera de inmediato y que sus ojos se abrieran horrorizados. Yoongi rio y pegó su cuerpo al de Hoseok, aun sujetando sus muñecas.
Hoseok abrió la boca sin hacer ningún sonido, como si algo le doliera. En cierta forma era cierto, el cuerpo de Yoongi hacía mucha presión sobre su pecho y sus frágiles costillas le comunicaban que pronto aplastarían sus pulmones, pero en realidad la cara se había debido a lo que había chocado contra la parte baja de su cuerpo, que se hallaba más caliente que el agua.
-Yoongi... –jadeó a falta de aire. Bajó la vista al pecho del chico para no mirarlo-. Déjame... por favor...
Pero entonces, el muchacho deslizó su boca hasta la oreja de Hoseok y susurró contra ésta, haciendo que el chico se estremeciera:
-Coopera conmigo. Prometo no hacerte daño...
Un segundo después, Hoseok pudo aspirar aire del todo pues Yoongi se separó y soltó sus muñecas, pero solo para poder quedar de rodillas frente a él.
Solo un segundo después fue demasiado tarde. Yoongi se apoderó de la virilidad del pelirrojo. Éste echó la cabeza hacia atrás gimiendo, pegando los dorsos de sus manos contra los azulejos. Ya no había salida.
El agua siguió cayendo sobre sus cuerpos, y el vapor siguió llenando el lugar mientras los sofocados jadeos se convertían en gemidos, y la boca y manos de Yoongi estaban empleándose de una forma que Hoseok jamás había permitido que se hiciera en su cuerpo.
Entonces un dedo del pelinegro perforó su entrada y Hoseok gritó. Yoongi continuó haciendo su mano hacia atrás y hacia delante alrededor del miembro del chico mientras besaba su ombligo con delicadeza, y su dedo entraba más. El peluquero continuaba gimiendo con cada movimiento y Yoongi introdujo otro dedo más.
-¡Ah...! –Hoseok cerró los ojos con fuerza-. Yoongi...
Cuando parecía que el chico ya no iba a resistir, Yoongi se apartó del todo y retiró sus dedos, poniéndose de pie. Hoseok jadeaba con fuerza, con los ojos cerrados cuando el chico rodeó su cintura con un brazo y lo pegó a su cuerpo haciendo que Hoseok jadeara de nuevo. Entonces su mano tomó la barbilla del chico y la alzó para poder besarlo de forma apasionada. Hoseok estaba tan sumido en el placer que recorría su cuerpo que solo se dejó llevar.
Pronto, Yoongi lo giró y lo hizo recargar su pecho contra la pared helada. Hoseok alcanzó a ver cómo el chico sacaba algo de debajo del jabón que había en la jabonera de la pared. Cuando vio qué era pareció alarmarse.
- ¿Cómo acabo eso ahí? –jadeó.
-Como te darás cuenta... –murmuró su ronca voz contra el oído del muchacho que se volvió a estremecer-... que te acorralara aquí no fue improvisación.
Hoseok continuaba en shock mientras Yoongi reía, relamiéndose los labios al momento de colocarse el condón. Tomó las caderas del chico y con un movimiento del pie logró empujar uno del pelirrojo hacia un lado, haciéndolo abrir un poco sus piernas deliberadamente.
-Espera... yo no dije... yo no... –balbuceó de repente el chico, con la vista temerosa clavada en la pared.
-Tú no puedes dar vuelta atrás.
Y entró despacio en él. Hoseok volvió a gritar y pegó su frente con suma fuerza contra la pared. Yoongi besó su nuca y retrocedió un poco, luego entró de nuevo y más profundo en el chico haciéndolo quejarse sonoramente.
-Yoo-Yoongi... –jadeó su voz. Pero Yoongi entró por completo-. ¡Ahh...! –cerró los ojos con fuerza-. Yoongi no... Yoongi me haces daño...
-Tranquilo... –besó su hombro y volvió a hacerse para atrás, causando otro jadeo. Tomó con más firmeza sus caderas y retrocedió un poco, llevándolas consigo para que Hoseok quedara más inclinado y el chorro de agua cayera casi del todo sobre su espalda-. Iré despacio...
Volvió a arremeter con tortuosa lentitud y Hoseok volvió a gritar, aunque en un volumen más bajo, mientras sus palmas acababan a cada lado de su cabeza. Sus párpados volvieron a apretarse y una lágrima de dolor se asomó entre sus pestañas.
-Yoongi... –pidió.
Pero el chico se hundió de nuevo y comenzó a embestirlo repetidamente, aunque a una velocidad razonable. Entonces el pelinegro tomó el miembro de Hoseok y retomó lo que había estado haciendo hacía un rato, haciendo que el peluquero alzara la cabeza gimiendo.
Los gemidos comenzaron a reemplazar a los quejidos de la boca de Hoseok y pronto, Yoongi halló el punto exacto en él, logrando que el chico se arqueara de placer con cada movimiento.
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Seducción Homicida °Kookmin°
FanfictionUna noche como las demás, en la Morgue. Jeon Jungkook solo tiene que encargarse de un último cadáver, lo trajo la policía, nadie lo ha identificado aún. Corre el cierre de la bolsa y examina el cuerpo. Sin embargo...está respirando. Jungkook lo rean...