Capitulo 4: Resignación

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 La tensión que se había sentido después de la pelea aún flotaba en el aire, caminaba sola por el pasillo, tratando de ignorar las miradas curiosas de mis compañeros, me sentía agotada por toda la atención que estaba recibiendo, solo quería que las cosas volvieran a la normalidad. 

En ese momento, los ojos de Hanabishi se encontraron con los míos me miraba con recelo unos instantes para sucesivo evitar por completo el contacto visual esto por resto de las clases.

Aquella disputa nos afecto negativamente a ambos, puesto que, si antes hablaban de nosotros en un aspecto favorable, ahora no éramos mas que los problemáticos, teniendo que ignorar los claros "susurros" entre ellos inventándose incluso supuestas amenazas hacía otros alumnos que jamás sucedieron. 

Timbro la campana que marcaba el descanso. Sin mirar a nadie, Hanabishi se levanto tan estrepitosamente de su asiento y se marcho apresurado, ignorando por completo a Seito quien le pidió que le esperara. A pesar de que no nos lleváramos especialmente bien ese chico rubio y yo, tampoco me gustaba verlo así de afectado, pues sentía tanta impotencia al respecto de esta situación.

Por el marco de la puerta se asomaron mis únicas amigas quien me miraron con una sonrisa intranquila.

— Nos enteramos de la pelea con Hanabishi —hablo Nora.

— No tenía idea que se odiaban —comentó Marifa cabizbaja.

— No es así —me apresure a negar— al menos yo no lo odio —replique afligida.

— Pero, ¿entonces por qué se pelearon?.

Nadie comprendía el porque de la situación, realmente que era un misterio para todos y no tenía duda al alguna que Hanabishi recibiría la misma pregunta por parte de sus amigos, pero ninguno de los dos disponía de la respuesta.

— Les juro que yo no planee que sucediera esa pelea, ni siquiera le dije nada —trate de excusarme— estoy segura que alguien mas orquesto todo eso, no se quien y no se si es que esta en mi contra o realmente quería afectar a Hanabishi, pero tuvimos que pagar por esa discusión.

Ambas se miraron y no tardaron en comprender que decía la verdad de los hechos.

— De alguna manera tiene sentido —expreso Nora— piénsenlo, como fue posible que ninguno de los amigos de Hanabishi estuvo presente mas que Seito, ¿no les parece sospechoso?.

— Pero es imposible que Seito sea el responsable, quien incito a ese chico no fue Seito porque claramente pude escuchar la voz de una mujer y Seito se encontraba mas cerca de mi cuando esa voz se escucho a la distancia.

Definitivamente, a pesar de ser el único de nuestros amigos presentes en el momento del incidente, era prácticamente imposible que fuera el, si o si fue una chica la culpable. Mas sin en cambio, me surgió una duda.

— Oigan, cuando sucedió la pelea, ¿en donde estaban ustedes?, se suponía que nos veríamos en las escaleras donde siempre.

No quería tener que sospechar de ellas, pero también debía descartar la posibilidad que me hayan jugado en contra..

— Nos quedamos en nuestro salón —explico la albina.

— Un compañero nos pidió ayuda con una tarea, es por eso que no alcanzamos a llegar a tiempo —le siguió Nora.

No tenía certeza de sus palabras, pero eran mis únicas amigas, por lo que decidí darles el beneficio de la duda. Mas aun teniendo en cuenta que todo fue orquestado y el hecho que nuestros amigos no estuvieran presentes fue parte del plan.

— Ya veo.

— Seguro que esa persona pagara por lo que les hizo —hablo por lo bajo la albina.

— ¿Cómo que pagara? —le cuestione.

La chica sonrió y negó con la cabeza.

— Me refiero a que seguro la encontraran y todo se solucionara.

Su cambio de actitud tan repentina me hizo dudar un poco, pero reconocería la voz de esa persona si la volviera a escuchar y se que no fue ninguna de ellas, por lo que me sentía mas tranquila conviviendo con mis amigas.

Las clases dieron fin, por supuesto, el rubio y yo acudimos a intendencia en donde nos proporcionaron todo lo necesario para limpiar. Nos designaron limpiar todo el segundo piso, con excepción a los salones de clase, ya que esos eran limpiados por los mismos alumnos por las mañanas.

Una vez limpiando, me quise atrever a hablarle, pues a pesar de lo molesto que llegaba a ser, nunca se quedaba callado, pero ahora había un completo silencio infernal. Si iba a quedarme todas las tardes una o dos horas mas tarde de clases con el, al menos trataría de hacer que fuera un rato ameno.

— Oye Hanabishi.

— No me hables —respondió sin mucho interés. 

— Por favor Hanabishi, solo quiero arreglar nuestras diferencias, no iniciamos bien, conozcámonos mejor, ¿es mucho pedir?.

Aquel chico quien me daba la espalda, dejo de limpiar para detenerse un momento a tomar aire, se dio la vuelta mirándome con recelo.

— Por culpa de esa pelea ahora tendré mas problemas de los que me gustaría —expreso— no solo tuve problemas con mi padre o mi reputación —decía mientras se acercaba a mi intimidante— por culpa de esa pelea mi historial académico se vera afectado y por lo tanto mi futuro, así que no, no quiero entablar ningún lazo contigo.

Fue firme en su decisión. Si antes no quería ni verme, ahora me miraba con tanta inflexibilidad y supe entonces que sería casi imposible logar una amistad entre los dos, mas no me rendiría, no cuando se que tan solo fuimos victimas de alguien mas.

— Aunque me mires de esa manera, aunque intentes amenazarme, te prometo que no me voy a rendir hasta encontrar al verdadero culpable de todo esto y voy a intentar tener una amistad contigo, no me rendiré hasta que salga de esta escuela —le hable con determinación.

Mi comentario por suerte fue tomada en cuenta, pude notarlo en sus ojos al perder por unos instantes esa mirada tan firme que intentaba mantener.

— Ya termine mi parte, me voy.

Guardo las cosas y se marcho sin mas, dejándome completamente sola. Le mire por la ventana, su andar era liviano, con la cabeza apuntando al suelo, se veía derrotado, no comprendía porque alguien quisiera causarle ese daño ni porque, pero no permitiría eso.

Al mismo tiempo que le vi marcharse, apenas pude percibir del otro lado una silueta que le observo y tras verlo en aquel estado en el que se marcho, la persona en cuestión tomo el camino contrario, como si solo se hubiera quedado a asegurarse de algo.

— Eres tu.

Lo supe al instante, pero al estar a tanta distancia apenas pude percatarme, ni siquiera pude ver su rostro, lo único que pude distinguir fue a una chica debido al uniforme, mas sin en cambio llevaba una gorra que le cubría el cabello. Aunque no pude averiguar nada mas, tampoco me quede con las manos vacías, confirme mis sospechas, alguien quería afectar negativamente a Hanabishi y yo la iba a detener.

Napolitano, Sabores de Amor ||PopeextuxMarifa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora