Capítulo 6: Coincidencias

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La sorpresa en nuestros rostros es evidente, mezclándose con sentimientos de incomodidad y tensión, su mirada perpleja fija en mi. De ninguna manera esperaba encontrármelo frente a frente.

— T/N, te presento a Hanabishi, mi hermano —No despegábamos la mirada del otro, atónitos al encontrarnos bajo el mismo techo, pero escuchando atentos a la albina— Hermano, te presento a-

— Se quien es no te preocupes —le interrumpió el rubio— no sabía que ella era tu amiga de la que hablabas tanto..

— Hola Hanabishi —le salude finalmente.

Aquel mencionado apenas se limito a alzar su mano a manera de saludo, desvió la mirada al instante, paso de largo de nosotras hasta llegar a la puerta.

— Saldré un momento —le dijo a su hermana antes de cerrar la puerta detrás de él.

Así entonces, nos quedamos solas Marifa y yo. Reímos un poco y luego me guio hasta su habitación en donde me mostro una libreta la cual tenía enlistado todas aquellas personas que podían ser sospechosas, personas con las que no se lleva bien así como ex parejas del chico. Cada una de aquellas personas contaba con su nombre así como una foto de ellos, una pequeña descripción.

— Vaya, estabas mas preparada de lo que creí —exprese impresionada.

— No puedo permitir que le hagan daño a mi hermano.

Analice un poco las fotografías, para poder descartar personas. Entre todas estas me llamo la atención una chica de cabellera rubia y ojos azules, expresaba timidez en la foto, leí su descripción, ultima ex-pareja de Hanabishi, no tenía antecedentes de violencia, muy sumisa y vulnerable, a parte de una voz bastante aguda, definitivamente no podría ser ella.

— Vamos a descartar a ella —señale a la implicada— por lo que veo definitivamente no podría ser ella —Marifa se acerco para echar un vistazo— tampoco puede ser un hombre, yo vi a la persona con el uniforme que usamos nosotras, igualmente se descartan aquellos que no asisten a la escuela.

A decir verdad no había tantas personas en la lista, mucho menos después de descartar a aquellos incompatibles, terminando así con apenas 5 chicas. 

Se estaba haciendo tarde, pero necesitaba tener aquella lista conmigo ya que estaba segura de que me podría ayudar a encontrar a la culpable.

— Marifa, ¿crees que pueda llevarme tus notas?.

— Claro, ya me imaginaba que querrías llevártela así que hice una copia.

Al parecer era una chica precavida.

Me despedí de ella agradeciéndole de nueva cuenta tanto por la salida como el poder dejarme una copia de sus notas para analizarlas después con mas detalle. Emprendí mi camino directo a casa, que para mi buena suerte apenas se trataba de tan solo unos metros para llegar al edificio donde se encontraba mi departamento al cual ahora debería llamarle "hogar" a pesar de no sentirse como uno.

Justo a un paso de llegar, volví a encontrarme con Hanabishi quien miraba de frente una maquina expendedora decidiendo que comprar. Detuve mi andar, aquel chico se dio cuenta de mi presencia y volteo, cruzamos miradas.

— ¿A caso estas siguiéndome? —menciono con arrogancia y cansancio al mismo tiempo.

— De hecho yo, vivo en este edificio —me justifique.

— Vaya coincidencia ¿no te parece? —menciono mientras soltaba una risa burlona.

— Eso creo.

Hanabishi continuo con su compra, retiro sus productos de la maquina, camino hacía mi deteniéndose a unos pasos y menciono.

— Si eres amiga de mi hermana quizás pueda tratar de llevarme mejor contigo pero eso no quita el hecho de que ahora estaré al pendiente de ti para que no dañes a mi hermana.

—  ¿Es una amenaza? —le pregunte sin comprender.

— Puedes interpretarlo como mejor te parezca.

Fue lo ultimo que dijo antes de marcharse sin decir nada más. No confiaba en mi, eso estaba mas que claro, eso significaba que antes de poder ganar su amistad, debía ganar su confianza, sin embargo, no tenía idea de como lograr aquello.

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Otro día de clases llego, curiosamente llegue primero que Hanabishi, algo inusual pues por lo que me había comentado Seito el siempre era de los primeros en llegar. Al poco rato, justo antes de que llegara el profesor, hicieron aparición ambos chicos, quienes no se veían nada felices.

Hanabishi llego enfurecido, tanto que no me atreví a saludarlo siquiera. Seito por su parte, llego preocupado por su amigo, debido a la cercanía, no me atreví a preguntarle al peli-azul que ocurría, no hasta que llego el descanso y el rubio salió despavorido, por supuesto su amigo saldría detrás de él, mas le detuve.

— ¡Seito! —le sujete del brazo— ¿qué paso?, ¿por qué llegaron tarde en la mañana y porque llego tan enojado?.

— Es que..

Parecía tener dudas al momento de intentar explicarme.

— Sabes que quiero ayudarlo, siento que quieren afectarlo negativamente, por favor dime que paso —traté de convencerle.

Miro hacía la puerta y al ver que el rubio ya no se encontraba cerca se atrevió a hablar.

— Hubo un problema con uno de nuestros amigos, por alguna razón su novio cree que Hanabishi quiere intentar algo con Toru pero por supuesto ambos negaron todo.

— ¿Pero de donde saco ese rumor? —no comprendí— ¿a Hanabishi también le gustan los hombres?

— Es un poco complicado —se excuso— pero es que Haruma encontró en el casillero de Toru una carta de amor y reconocio la letra de Hanabishi a pesar de no estar firmada, todos nuestros amigos conocemos bien la caligrafía de cada uno y por eso se pelearon.

— Ya veo —seguía igual de confundida.

Seito no pudo quedarse mas tiempo, temía que sus amigos volvieran a pelearse y por eso mismo salió corriendo. No tenía sentido alguno, ¿ahora ocurría una pelea con sus amigos?, dudaba mucho que el fuera capaz de eso que se le acusaba. A aquella persona no le basto solo con nuestra pelea, tuvo que causar conflicto con sus amigos también para afectarlo.

Salí de inmediato en búsqueda de la hermana de Hanabishi, Marifa, a la cual le conté lo sucedido, ambas tratamos de buscarle, tomando precauciones para no ser descubiertas manteniendo un bajo perfil asegurándonos de no llamar la atención, teniendo cuidado de que ni siquiera el rubio notara nuestra presencia.

Vimos a la distancia una discusión entre el chico rubio y sus amigos quienes se dividieron tratando de calmarlos y sosteniéndolos para que no se fueran a golpes, no podíamos alcanzar a escuchar lo que decían, mas sin embargo no nos involucramos en eso, sino en mirar a los alrededores pues alguna persona debía estar atenta de la situación, esa persona sería la culpable.

— Esten muy atentas chicas —les dije a las tres quienes asintieron para posteriormente tratar de localizar alguna persona con comportamiento fuera de lo común.

Fue complicado, pues había varias personas que les llamaba la atención aquella discusión, pero no estaban presentes ninguna de las chicas de la lista, hasta que:

— ¡Esa silueta! —alce la voz.

A la distancia, del otro lado de la discusión, pude ver una silueta que reconocí de inmediato, era ella, pero simplemente no podía correr a ella. Tanto Marifa como Nora la miraron igual que yo, no la reconocieron. 

— Esta muy lejos —expresó Nora— a esta distancia no puedo ni distinguirla.

— Para eso tenemos nuestros celulares —continuo Marifa quien de inmediato saco su teléfono, uso su cámara dando zoom para mirarla mas de cerca, sin embargo se marchaba.

— Se va, toma la foto —le pedí, ella lo hizo y entonces nos fuimos.

Tratamos de mirar la foto pero debido al movimiento salió borrosa, no habíamos logrado nada, pero no la descartaríamos, de alguna manera nos ayudaría en un futuro.

Napolitano, Sabores de Amor ||PopeextuxMarifa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora