— ¿Puedes creer que hoy es nuestro ultimo día de castigo? —le dije al rubio.
— ¡Al fin! —exclamó con exaltación.
Solté una pequeña risa.
Como tarea final debíamos limpiar la biblioteca, en esta ocasión, no me separaría un centímetro del chico, por precaución. Mientras sacudíamos conversamos amenamente, y al conocerlo mejor me pude dar cuenta que no era la persona desagradable que yo creí en un inicio, me alegro mucho haberme equivocado.
— Terminando vamos a mi casa —menciono el rubio.
— ¿Ir a tu casa?.
— Pues si, para seguir con el proyecto tonta —me reprocho dándome un pequeño golpe en la cabeza.
— Es verdad, lo olvide.
— No te interesa mucho la escuela por lo que veo —me dijo.
— No realmente —hablé con sinceridad.
— Pues debería —se quejo el rubio— si vamos a hacer el trabajo juntos aprenderás a darle la importancia necesaria.
Hice un gestó de disgustó, todo lo que implicaba la escuela era un fastidio para mi, ya era gane haber llegado hasta este punto. Incluso me daba igual si llegaba a reprobar.
Se acerco a otros estantes para sacudir, le mire atenta, pero igualmente pude notar una silueta pasar,
— ¿Viste eso? —pregunté alterada.
— Yo no creo en fantasmas, no me vas a espantar tan fácil —me dijo de vuelta.
— No me refería a eso, es que vi como una silueta y-
— Aquí solo estamos tu y yo, no sabía que eras miedosa —me interrumpió a la par que reía burlesco.
Me aleje ligeramente del chico, estaba segura que se trataba de la chica, mire atenta a mis alrededores y espere procurando disimular. Hanabishi se acerco a una de las tantas estanterías para sacudir, fue entonces que al otro extremo de esta pude ver un zapato y unas manos asomarse. Mire con mas detenimiento, arriba del estante pude notar un brillo rebotar por la luz de la ventana, no sabía que era pero seguramente no sería nada bueno.
Era hora de actuar. Había dos opciones, sacar al rubio de ahí o correr hacia el otro lado del estante para mirar a esa persona y tratar de detenerla. Escogí la segunda opción. Apresure el paso con sigilo y entonces la vi, sin embargo aquella chica tenia un gorro en el cual escondía su cabello, me daba la espalda, sujetaba una cuerda que sostenía lo que sea que tuviera arriba brillando.
— ¡Oye tu! —le llame en un intento por deterle.
De inmediato se giro, solo para revelar que también llevaba cubrebocas y gafas de sol para ocultar por completo su cara. Corrí hacía ella. Jalo la cuerda de vuelta y entonces descubrí lo que sostenía, una cuchilla. Ignore el hecho que esta calló sobre mi cortándome de paso.
A pesar de ello no me detuve y seguí, ella fue mas rápida que yo. Estire mi brazo y lo único que alcance fue a quitarle los lentes antes de caer. Mire sus ojos unos instantes, eran color miel y en su ceja derecha llevaba piercing.
Ella se marcho y yo caí contra el suelo. Hanabishi no tardo en llegar.
— ¡¿Qué paso?! —preguntó con molestia.
El golpe de mi caída resonó en toda la biblioteca.
— No paso nada —mencione entrecortado debido al dolor.
— ¿Estas bien?.
— Si, solo me caí.
Me dio la mano para ayudarme a levantarme, fue entonces que sentí un dolor en mi pierna derecha por lo que solté un quejido.
— Te cortaste —menciono el rubio quien se dio cuenta incluso de la cuchilla amarrada con una cuerda.
— Estoy bien —intenté convencerle.
Por la expresión en su rostro, parecía no creerme en lo absoluto. Saco un pañuelo y cubrió mi herida envolviéndola tratando de detener el sangrado. Mientras el cubría mi herida, me encargue de guardar tanto las gafas como la cuerda y el arma.
— Gracias —mencione avergonzada.
Me ayudo a ponerme de pie. Intente caminar, más por el dolor que intentaba disimular, renqueaba a cada paso, Hanabishi al notar que cojeaba, se preocupó de inmediato.
— Te voy a llevar a la enfermería —afirmo.
No pude negarme.
Creí que me ayudaría sujetándome de la mano, sin embargo, me dio la espalda, se inclino frente a mi y me pidió que me subiera a su espalda.
— No hace falta en serio, yo puedo caminar.
— Solo sube —me advirtió.
Sin dudarlo, me tomó en sus brazos con delicadeza y me cargó suavemente sobre su espalda. Me aferré a él, sintiendo su calidez y protección en medio de la situación.
Hanabishi caminó con paso cuidadoso, cada paso que daba, podía escuchar el latir de su corazón por la cercanía, al igual que podía percibir su encantador aroma a chocolate, en ese momento, nos encontrábamos completamente solos, unidos por un gesto de cuidado y cariño, incluso aquella chica con piercing ya se había marchado del lugar.
— No era necesario que me llevaras de esta manera, pero gracias —expresé con suavidad.
— No se que tan grabe pueda ser la cortada, no hay que correr riesgos.
Cada paso que daba, sentía cómo nuestra amistad se volvía aún más especial, y tal vez incluso algo más. Apoyaba mi cabeza sobre su hombro mientras él seguía llevándome en sus brazos. A pesar de no decir una sola palabra, sentía que la conexión entre ellos se intensificó en ese momento.
El recorrido hacia nuestro destino se sintió corto a pesar de la situación. Cuando finalmente llegamos a nuestro destino, Hanabishi me bajó con suavidad y me ayudó a sentarse en un cómodo lugar para descansar. Le mire con gratitud y una chispa de emoción que no podía ignorar.
— Por suerte no es una herida profunda —menciono mientras la inspeccionaba.
Con una calma y ternura palpable, Hanabishi limpió suavemente la herida con una gasa estéril y agua. Sentí un alivio en mi corazón al ver que mi amigo estaba allí para cuidarme en ese momento de aflicción.
— Lamento haber manchado tu pañuelo.
— Todo estará bien, no te preocupes —me susurró con una voz tranquilizadora.
Una vez limpia la herida, aplicó suavemente un poco de ungüento antiséptico para evitar infecciones. Luego, tomó una bandita con un dibujo colorido y la colocó cuidadosamente sobre mi herida.
— Así estará protegida y se sanará rápidamente —dijo con una sonrisa amable.
— Muchas gracias —le mire con gratitud en mis ojos.
Me sentí afortunada de tener a un amigo tan especial, aunque el lo intentara ocultar para hacerse el rudo, realmente era cariñoso cuando se requería. Esa simple pero significativa acción de cuidado y empatía de Hanabishi me recordó cuánto valoraba su amistad y la razón por la que no me detendría hasta encontrar a la persona responsable de los atentados en su contra.
— No es nada —decía a la par que se hacía presente un rubor en sus mejillas.
Después de curar la herida, me ayudó a levantarme y caminar.
— ¿Segura que puedes caminar?.
— Creo que si.
Al ponerme en pie, seguía con ligero dolor, mas no era un impedimento para caminar. Decidimos terminar los deberes e irnos a casa, hacia su casa. Durante el camino, compartieron risas y anécdotas, se evidenció cómo el cuidado y la empatía pueden sanar más que una simple herida física.
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Napolitano, Sabores de Amor ||PopeextuxMarifa||
FanficEsta es la historia sigue a Marifa, T/N y Hanabishi, tres amigos cercanos que comparten una conexión profunda y única, pero a medida que pasa el tiempo y su amistad se va profundizando, descubren que su amistad se transforma en un triángulo amoroso...