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Eran cerca de las dos de la mañana cuando Bastián estaba entrando a la casa de Máximo y se sorprendió de no escuchar ningún ruido, camino hacia la sala de juego y aunque habían cosas que te daban a entender que hubo gente ahí no había ninguna persona, se acercó por si estaban durmiendo y nada, fue hacia arriba y al llegar al cuarto de Máximo este se encontraba durmiendo en su sillón inflable porque su cama estaba siendo ocupada por una mujer, esa que el muchas veces nombro como mejor amiga, pero ahora eso no le importaba porque estaba siendo manejado por los celos y no sabía si despertar a Máximo o despertar a la chica, se decidió por ella, se acercó y movió su cuerpo con el pie sin ser bruto pero esta no despertaba por lo que iba a ir hacia su novio hasta que una voz desconocida a su espalda lo detuvo.

Bastian, ella no te hizo nada...- al darme vuelta me encuentro con un chico de pelo corto recostado contra la puerta con sus manos y pies cruzados.

Perdón es que...- niega acercándose.

Si te deja más tranquilo, ella es una más de nuestro grupo...

Lo peor es que lo se, tu debes ser Mirco...- me mira con sorpresa.

- Max me habló mucho de ustedes...- asiente sonriendo de lado, seguro le gusto escuchar eso.

En otro momento hablamos, ahora me la llevaré así pueden hablar tranquilos, solo no seas cruel con el, nos costó mucho lograr que deje de llorar...- asiento mirandolo dormir.

Mirco se la lleva en brazos al estar dormida y yo camino tras ellos para cerrar la puerta y luego hasta estar frente a Max, me trepó a el y Max inconscientemente me abraza pegandome mas a el y yo por mi parte me acurruque en su pecho, lo escucho suspirar, luego besa mi cabeza y en ese momento sentí tanta paz que sin darme cuenta me quedé dormido yo también. Nose que hora era, solo se que mis ojos comienzan a abrirse gracias a las caricias que siento en mi pelo y en mi rostro, me acurruco más y obligó a mis ojos a abrirse cuando una risa familiar se escucha cerca de mi, levante la cabeza y Max me está mirando.

Buenos días minnie..- besa mi frente.

Hola Max...

Hola, no es que me moleste, al contrario, me encanta, pero ¿qué haces aquí?...

Se que no merezco que estés siendo tan bueno conmigo, pero necesito que entiendas que ni yo se que me pasa...- me separo de el para quedar de frente.

- no se si es porque me siento inútil al no poder terminar una mísera canción o porque ya paso tiempo de mi último disco y empiezo a replantearme si en verdad debería seguir dedicándome a la música o si es el miedo constante a perderte porque solo cuando te perdi lo entendí Max...

Que?...- seca mis lágrimas aunque es inútil.

Que estoy locamente enamorado de ti y el miedo constante a perderte solo causo que por mis estupideces te termine perdiendo igual...- seco mis lágrimas.

- se que fui un estúpido que no supo valorarte, pero es que cuando estuve en Portugal y escuche a esas chicas que decían que no entendían cómo no podías darte cuenta de que yo era muy poca cosa para ti y que esperaban que te des cuenta de eso pronto, en ese instante el miedo se apoderó de mí mostrándome todo el tiempo diferente escenarios en los que me dejabas y antes de causar que esté todo el tiempo al pendiente de ti queriendo saber que haces o con quien estas para callar las estúpidas voces de mi cabeza, causó que me aleje cada vez más y que haga lo posible por alejarte para evitar llegar a ese momento en el que te des cuenta de que eres hermoso, inteligente, divertido y me dejas, porque seamos realistas, yo no soy nada de lo que dicen porque no soy lo mismo con maquillaje que sin maquillaje y tu lo sabes mejor que nadie, en cambio tú no usas ni brillo labial, lo tuyo es todo natural y también está el hecho de que contigo se puede hablar de cualquier cosa y conmigo no, te gusta divertirte y a mi leer y puedo seguir todo el día si me dejas decirte todos los motivos por los cuales puedes dejarme aunque le pida a dios todas las noches porque no lo hagas....- yo seguramente estaba horrible porque era un mar de lágrimas pero me consolaba el saber que le dije todo lo que tenía atorado en mi garganta y el solo me miraba sonriendo.

Lo que sea por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora