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Los días fueron pasando y Máximo seguía sin recibir noticias de Bastian, desde que su amigo le dijo que buscara información de el, prácticamente se ha obsesionado a tal punto de hacerse redes sociales falsas solo para poder seguirlo, por lo que sabe que ahora se encuentra en Alemania en una firma de autógrafos, también tiene en la galería de su celular una carpeta que no solo tiene fotos de Bastian, sino que en la de música tiene una solo de canciones de el o en las que participa, pero eso son datos que nadie debe saber y es por ese mismo motivo que no solo cuenta con dos teléfonos, sino que el personal se desbloquea con sus ojos, Nicolás nunca tocó el personal solo el laboral y las veces que lo ha hecho a sido porque Máximo estaba ocupado o el mismo se lo pedía cuando ignoraba el teléfono, pero de igual forma lo aseguro.

Maximo estaba cansado, había terminado de hacer gimnasia, ya se habia duchado, su manager recien se acababa de ir, por lo que bajo la luz y se tiró en el sillón para cerrar sus ojos y poder relajarse gracias a que en su casa sonaba una de sus canciones preferidas Thinking Out Loud de Ed Sheeran a lo lejos y con el volumen bajo, movía su cabeza lentamente hacia su costado y su mente jugando una mala pasada le proyectó imágenes de el con Bastian bailando esta misma canción en ese mismo lugar, estaba tratando de relajarse pero su cabeza no lo ayudaba por lo que deberá tomar una pastilla si quiere dormir, pero primero debía comer y tenía pereza para eso, por lo que solo tomaría un tazón, le meteria un poco de cereal y leche junto con unos frutos rojos y listo.

Y así fueron los siguientes días, Nicolás le había aconsejado que le envie un mensaje si no quería llamarlo pero Máximo se rehusaba a eso, ya se rebajó una vez, dos no lo haria, por lo que enojado le pidió que lo deje solo, quería estar tranquilo y el de mala gana tomó sus cosas y se fue no sin antes recordarle que le quedaban dos días antes de que el se vaya, queria llorar, sus ojos picaban ante la impotencia, pero no lo haria, no le daria el gusto a nadie por mas que este solo en la privacidad de su casa, tiro la remera sobre el sillón, hizo todo el ritual de la luz, no puso música porque quería sentir el ruido del viento, no faltaba mucho para llover y el amaba la lluvia, en esta ocasión sí cerró las cortinas, se tiró en el sillón pero esta vez con la diferencia de que antes se sirvió un vaso de whisky, una jaqueca comenzaba a molestarlo y se rehusaba a seguir tomando las pastillas para el dolor de cabeza y para dormir, nunca fue amante de los remedios y no lo será ahora, tomo un largo sorbo de whisky antes de tirar su cabeza hacia atrás con lo brazos a los costados de su cuerpo y cerrar los ojos.

Buenas noches...- al escuchar esa voz melodiosa que me encantaba levante la cabeza.

Bastián...- me senté mejor.

Molesto?...- niego poniéndome de pie para acercarme y saludarlo con un beso en la mejilla.

No, solo estaba relajandome un rato, hace unos minutos discutí otra vez con Nicolás y no me gusta...- camine hacia la cocina colocandome la remera pero el no me sigue.

- pero tú...- al darme cuenta de que no estaba a mi lado deje de caminar para verlo parado en el mismo lugar.

- qué ocurre?...- me mira como si fuera obvio.

- deja tus cosas donde te dé la gana, si quieres puedes quitarte los zapatos, allí hay zapatos de cama si deseas estar más cómodo...- me mira mal.

- cualquiera puede darse cuenta de que aquellas cerradas con esa tela peludita son más cómodas y calentitas que eso...- señalo sus delicados y pulcros zapatos, se cruza de brazos.

- anda como se te antoje, ¿has cenado?...- niega dejando su campera en el sillón, por mi lado me doy vuelta para ir hacia la cocina.

Lo veo que entra algo avergonzado y al mirar disimuladamente sus pies veo que no trae sus zapatos sino uno de los que tengo junto a la puerta, ya no lleva sus lentes ni su gorro de lana dejándome ver ahora un hermoso rubio.

Lo que sea por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora