Capítulo 4

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-¡Corre Cindy!- exclamó Chris entre carcajadas al ver que la chica se quedaba unos metros atrás. -¡van a vernos si sigues corriendo así!- gritó el chico con la respiracion agitada por el esfuerzo de correr, gritar y jalar la mano de Cindy, que gracias a la risa sus piernas no respondían como habitualmente lo hacen.

Habían escapado de su última clase en la escuela, sus amigos seguramente se sentirán traicionados, pero nada que un par de cigarrillos no curen. Se detuvieron una vez que habían puesto una distancia considerable entre el establecimiento educativo y ellos.

-Estoy.... Casi segura.... De que la señora Simons....nos vió.... Cuando chocaste con los casilleros.... Grandísimo tonto.-dijo Cindy de forma entre cortada, definitivamente correr y reír no es buena idea.

-Si esa bruja nos vió.... Es porque escuchó tu maldita risa de hiena, cariño- respondió divertido el chico Chambers. Aunque le doliera el orgullo, Chris tenía razón, luego de verlo chocar con un casillero abierto fue casi imposible evitar la carcajada que escapó de sus labios; decir que el sigilo no estaba dentro de sus virtudes era poco.

-Si a hiena te refieres a: "extremadamente cautivadora", si cariño, mi risa de hiena nos delató.- dijo entrelazando su mano con la de Chris, para luego comenzar a caminar sin un rumbo fijo, daba igual el lugar en el que estuvieran, si estaban juntos el mundo se podía ir al diablo y ellos ni cuenta se darían. De ahí su escapada "clandestina", la Sra Simons, una vieja arpía que no debería ser maestra, había decidido separarlos de sus asientos el día anterior y como estos jóvenes eran más pegajosos que la goma de mascar favorita de Gordie, decidieron darse a la fuga en lugar de ver la sonrisa de satisfacción en la profesora por haber separado a la parejita rebelde.

-Lo que tú digas, linda- respondió Chris con una sonrisa mientras abrazaba a su chica por los hombros. -Me siento orgulloso de mí desarrollo adolescente, ¿No lo crees?- preguntó burlón, haciendo referencia a la clara disimilitud de estatura que comenzaba a evidenciarse entre ellos, señal de que estaban dejando de ser unos niños. A Cindy le gustaba que Chris fuera más alto que ella, le daba un aire más atractivo y protector, algo que no diría en voz alta por el gran ego que el preadolescente tenía.

Our adventure //Chris Chambers// Cuenta conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora