¡EN CORRECIÓN!
El pueblo de Castle Rock conocía bien a las familias de Cindy Merrill y Chris Chambers. Todos sabían que le harían honor a sus apellidos de mala muerte cuando crecieran. Chris lo supo desde pequeño, pero cuando conoce a una pequeña ni...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
█▒▒▒▒▒▒▒█ ◈ █▒▒▒▒▒▒▒█
-¡LÁNZALA, CHRIS!- a pesar del gran bullicio en el gimnasio gracias a los estudiantes de ambas escuelas que apoyaban a sus respectivos equipos, el grito de Cindy logró ser escuchado por el Chambers, quien casi sin pensarlo, lanzó el balón, provocando que entrara limpiamente en el aro. La multitud enloqueció, Castle Rock iba ganando por 3 puntos. -¡SI!...¡ESE ES MI CHICO!- alentó eufórica la chica, ganándose una gran carcajada por parte de Lily. Ambas amigas animaban a sus chicos con entusiasmo, pero Cindy era otro nivel.
El último partido de la temporada estaba desarrollándose en el gimnasio de la secundaria de Castle Rock, el equipo del pueblo vecino eran sus contrincantes. Pobres idiotas, no tenían oportunidad.
Los días para Cindy habían sido tranquilos, seguía una misma rutina ahora que su madre había vuelto. Desayunaban todos juntos por las mañanas, en la escuela, Gordie y Lily eran el principal tema de conversación, que caminaban por los pasillos de la secundaria con sus manos firmemente entrelazadas. Al fin, malditos caracoles de jardín.
La relación de Ace y Cindy era cada vez más llevadera, la adolescente ya no sentía tanta incomodidad estando con él, incluso disfrutaba conversar de temas que jamás tocaron por esa extraña enemistad que Ace había creado cuando era adolescente. Betty Merrill era un caso completamente diferente, no lograba aceptar a la mujer de vuelta en su vida, de hecho, los dos hermanos Merrill sentían una especie de rechazo patológico hacia su progenitora. Y sinceramente Cindy tampoco ponía de su parte, Chris prefería no entrar en esos temas, era decisión de la chica si quería volver a relacionarse con su madre, Chambers estaría ahí para ella en cualquier escenario.
-Diablos, Chris…creo que mis pulmones ya no funcionan correctamente- se quejó Gordie entre jadeos, la pelota estaba en manos de Thompson, siguiendo la estrategia que tenían planeada.
-Quedan 8 minutos, amigo. Resiste un poco más- pidió con grandes gotas de sudor bajando por su frente y la vista fija en el balón. -¡Diablos!- maldijo cuando el equipo contrario logró quitarle la pelota al idiota de Peter, perdiendo así un punto. Solo tenían 2 puntos de ventaja. -Debemos hacer el movimiento 22…- dijo con resignación, llamando la atención de su equipo. Tiene que estar bromeando.
-¿La 22?- preguntó incrédulo Tony, un pelirrojo que media casi 2 metros de altura. -No practicamos lo suficiente para esa, Chambers- recordó, en un intento de sacar esa absurda idea de la cabeza del capitán. Pero nadie podía hacer cambiar de opinión a Chris Chambers…bueno, solo Cindy, pero ella no estaba ahí para persuadirlo de no hacerlo. Al diablo.
-¡Movimiento 22!- anunció en voz alta, ganado bufidos exasperados de los miembros del equipo.
-¿Estás seguro, viejo?- preguntó Gordie mirando seriamente a su mejor amigo. Chris asintió con firmeza.