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Un extraño ruido despertó a Cindy. Abrió sus ojos confundida, el sol de la mañana la recibió en toda su gloria, obligándola a volver a cerrarlos. Vió a Chris dormir con un brazo debajo de su cabeza y su boca ligeramente abierta mientras pequeños ronquidos se escapaban de ahí; Sonrió con ternura al verlo, siempre dormía con la boca abierta, incluso una vez Cindy acercó una pluma a su boca para ver cómo se movía con las lentas respiraciones del chico, pero en un pequeño descuido y una fuerte exhalación de parte del muchacho, la pluma terminó en el fondo de la garganta de Chris, obligándolo a despertarse completamente sobresaltado. Demonios, la chica Merrill se carcajeo tanto ese día, incluso despertó a su hermano Ace, quién fue a golpear su puerta bastante molesto por haberlo despertado tan temprano.
Cindy rió ligeramente ante el recuerdo, pero aquel extraño ruido que anteriormente la despertó volvió a escucharse, al poner más atención pudo relacionarlo con pequeños pasos entre las hojas secas, pero lo que logró alarmarla era la poca distancia desde donde se escuchaba. Así que, lentamente giró su cabeza para encontrarse cara a cara con el responsable de interrumpir su sueño de belleza.
Un conejo.
Era de color marrón, pero sus patas delanteras eran blancas, sus orejas se veían casi transparentes gracias a la luz del sol. El animal se encontraba oliendo los zapatos de Teddy, mala idea amigo.
Cindy lo miró fijamente, maravillada con el pequeño ánimal que ignoraba su presencia mientras seguía hurgando sin remordimiento alguno. La chica movió su mano lentamente hasta posicionarla en la boca de Chris, logrando despertarlo con un pequeño sobresalto. Chambers la miró interrogante cuando Cindy le hizo un gesto de "silencio" y apuntó en dirección del animal. El novio de la muchacha un poco confundido, acató las órdenes de su chica, abriendo sus ojos con impresión al toparse con el pequeño conejo. Habían visto muy pocos conejos silvestres, normalmente eran los vecinos quienes los tenían de mascotas, así que solo habían visto un par de ellos enjaulados.
Verlo ahí, a solo unos metros, libre y con su cabeza metida en las desgastadas zapatillas de Duchamp, fue lo más perfecto que vieron en sus vidas.
Con grandes sonrisas en sus rostros volvieron acostarse cuando el animalito abandonó el campamento, tal vez podrían abrazarse unos minutos más antes de reanudar la aventura.
-¡¿Lo viste?!- preguntó Cindy emocionada en un susurro. Tenía una sonrisa de oreja a oreja y sus ojos brillaban como los de una pequeña niña. Chambers la miraba completamente ido, amaba esos momentos juntos, eran sus momentos.
-Claro que si, tenía tus orejas- respondió divertido tironeando las de la chica, ganado un manotazo que causó aún más risa en Chambers. -Era precioso…igual que tu- acarició la mejilla de Cindy.
-No intentes arreglarlo, dijiste que mis orejas son grandes, pero tu las tienes como ese rabo de algodón- habló fingiendo indignación mientras rehuía del toque de Chris. El muchacho tocó su pecho con dramatismo, como si una estaca le atravesara el corazón. Idiota.
-¿Qué mis orejas…?- dijo sin poder creerlo. -Mis orejas, cariño, son perfectas. Estoy seguro de que son uno de los atributos que más te gustan de mi- bromeó acercando a Cindy en un abrazo, dejando solo unos centímetros antes de que sus narices chocaran.
-Si claro, luego del gran ego, por supuesto- rió divertida. -Aunque, ahora que lo pienso, tus orejas si se ponen transparentes a la luz del sol- comentó pensativa, exagerado la mueca.
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Our adventure //Chris Chambers// Cuenta conmigo
Fanfiction¡EN CORRECIÓN! El pueblo de Castle Rock conocía bien a las familias de Cindy Merrill y Chris Chambers. Todos sabían que le harían honor a sus apellidos de mala muerte cuando crecieran. Chris lo supo desde pequeño, pero cuando conoce a una pequeña ni...