Our adventure //Chris Chambers// Cuenta conmigo

Capítulo 7

█▒▒▒▒▒▒▒█ ◈ █▒▒▒▒▒▒▒█

Los ojos de la señora Lachance estaban fijos en el cucharón que Cindy tenía entre sus manos, ese era su favorito. Nadie respiraba ni se movía, incluso las moscas parecían haber quedado congeladas por el hielo en los ojos de los señores Lachance.

Cindy, como toda una adolescente madura y con sentido común, hizo lo más racional que llegó a su mente.

-¡RETIRADA!- el grito de la chica Merrill logró sobresaltar a todos los presentes, acto seguido, tomó su bolsa de golosinas con la mano izquierda, con la derecha sujetó firmemente la muñeca de Chris y salió corriendo como alma que lleva el diablo. Costello, Duchamp y Tessio, sin saber qué más hacer siguieron los pasos de la pareja, atravesando la puerta de la cocina.

Las piernas de Cindy se movían tan rápido como podían, Chris, Teddy, Vern y Lily la seguían en su carrera, todos con la respiración agitada y el sudor comenzando a evidenciarse en sus frentes. Merrill imaginaba al señor Lachance persiguiendolos con una escopeta dispuesto a volarle los sesos a todos, esa perturbadora imagen mental le daba fuerzas para seguir corriendo, pero fue ahí cuando recordó un pequeño detalle.

Frenó en seco, ocasionando que Chris, Lily, Teddy y Vern se estrellaran contra el delgado cuerpo de Cindy, dándole un boleto en primera fila para besar el suelo. Con un carajo, eso sí que dolió.

-Son unos malnacidos…- se quejó Merrill levantándose del suelo con la ayuda de Chris, el chico tenía una expresión de pánico por la fea caída.

-Por todos los cielos, Cindy. ¡¿Estás bien, cariño?!- preguntó con preocupación, mirando la pequeña raspadura que su mentón tenía. Al menos no se rompió la nariz.

-No fue nada- le quitó importancia, tenía una pequeña sonrisa.

-¡¿Qué demonios te sucede?! ¡Pudimos romperte la cara, idiota!- exclamó Teddy con los ojos bien abiertos.

-Cindy, ¿Por qué te detuviste así…?- la castaña interrumpió la pregunta de su mejor amiga con un grito al cielo.

-¡ABANDONÉ A GORDIE!- explicó con pánico en su voz, volvió a correr, pero esta vez regresando sobre sus pasos. -¡No me sigan!...vuelvo enseguida- dijo cuando notó que los 4 adolescentes la seguían.

-¿Estás segura?- preguntó un preocupado Chris, su novia había comido mucha azúcar, a veces cometía locuras cuando la glucosa en su sistema estaba disparada.

-Si. Asegúrate de que no molesten a Lily- pidió mirando a su novio por sobre su hombro, recibiendo un asentamiento divertido por parte del Chambers.

Apresuró el paso, tenía que llegar lo antes posible a la casa de Gordie y había recorrido bastante con la adrenalina que corría por sus venas.

Una vez que estuvo frente a la puerta donde unos minutos antes había huido, escuchó los gritos cargados de enojo en el señor Chambers.

-¡¿Cómo pudiste traer a esa escoria a nuestra casa, Gordon?!- preguntó colérico el padre de su mejor amigo. -¡Esos ladrones vulgares pudieron robar algo!- exclamó cruelmente, sacándole una mueca de desagrado a Cindy. Gordie salió en defensa de sus mejores amigos.

-¡Ellos no son ladrones!- vociferó Gordie, su voz fue potente, casi tanto como la de su padre. -¡Son mis mejores amigos desde que tengo memoria, han estado más presentes en mi vida que tú!- el silencio que le siguió a las duras palabras de Gordie consiguieron ponerle la piel de gallina a Cindy. Decidió que debía entrar, pero cuando abrió la puerta presenció el momento exacto en el que la palma del señor Lachance impactó contra la pálida mejilla de Gordie.