Capítulo 10

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Unos toques nerviosos en la puerta despertaron a Cindy y Chris. Se miraron extrañados, ambos con el cabello apuntando en todas direcciones y ojeras que comenzaban a marcarse. Tal vez sí deberían pedir menos turnos en la cafetería.

-Debe ser una maldita broma...- se quejó Cindy al ver el reloj. Eran las jodidas 6 de la mañana, el reloj sonaría hasta dentro de 1 hora. La puerta siguió sonando, al parecer el responsable los escuchó despertarse. Chris se colocó su almohada sobre la cabeza soltando un pequeño quejido, hoy tenía entrenamiento con el equipo de básquetbol y necesitaba estar despierto para eso.

-Cindy...- Ace la llamó a través de la puerta, confundiendo aún más a la chica, Chris ya había vuelto a dormir. Rendida se dirigió a la puerta, abriéndola con brusquedad, odiaba que la despertarán antes de lo estrictamente necesario.

-¿Qué diablos quieres?- espetó con el ceño fruncido, los leves ronquidos de Chris fue lo único que se escuchó por unos segundos.

-Te prometo que no hay nada extraño en mi sistema, pero creo que mamá está en la cocina haciendo el desayuno...- dijo con los ojos bien abiertos, según lo que había dicho la menor, Betty Merrill se había quedado en el pueblo vecino.

-No estás alucinando, idiota. La serpiente volvió ayer...y tal parece ser que para tomar el papel de madre en serio- respondió con ironía y burla en su voz. El mayor puso la misma cara que Cindy tenía cuando escuchó las palabras de su madre ayer por la noche. ¿Qué demonios?.

-Bueno, en mi caso llegó 23 años tarde- rió sin gracia mientras pasaba sus dedos en las hebras rubias de su cabeza. -Perdón por despertarte, creo que puedes dormir una hora más- le sonrío levemente mientras se alejaba de la puerta. Al parecer estaba cómodamente instalado de vuelta en su antigua habitación. Cindy no pudo evitar que sus labios formaran una leve sonrisa.

Suspiró mientras cerraba la puerta, vió a Chris durmiendo con su cabeza aún debajo de la almohada y esos conocidos ronquidos amortiguados por la misma. Sabía que ya no volvería a dormir, así qué se alistó para la escuela; miró el calendario colgado en una de las paredes, Chris tenía el último partido de la temporada en unos días, había examen final de biología y lo más aterrador... La semana próxima se enviaban las solicitudes universitarias. Ella y Chris las tenían listas, redactadas y con algunas cartas de recomendación de algunos profesores. La graduación también se acercaba, maldita mierda.

No sabía con certeza cuánto tiempo estuvo absorta mirando las páginas del calendario, pero el sonido del reloj fue lo que la trajo de vuelta. Chambers soltó un quejido de frustración, ahora no había escapatoria.

Cindy se acercó divertida al ver la expresión de sufrimiento puro en el rostro de su novio, besó la punta de su nariz, logrando sacarle una risita.

-Es un nuevo día, cariño.- besó sus mejillas, su frente y mentón. -Levántate, guapo. El mundo no te espera- pronunció para por fin besar los labios del Chambers. Bueno, cualquier rastro de sueño se había esfumado.

-Buenos días, preciosa- saludó con alegría una vez se separaron, haciendo a Cindy carcajearse por el gran cambio de humor.

-No cambies nunca, Chris Chambers- pidió entre risas cuando su novio la envolvió entre sus brazos para volver a besarla.

Al igual que cuando Ace preparó el desayuno, exquisitos olores inundaban la casa Merrill, con la ligera diferencia de que éste era un olor dulce y no salado.

Lo primero que vieron al entrar a la cocina fueron varias torres de hot cakes, trozos de fruta, café y miel de maple. Se les hizo agua la boca automáticamente, pero debían confirmar algo antes.

Our adventure //Chris Chambers// Cuenta conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora