Capítulo 13

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-¿Qué clase de nombre es "Norberto"?- Cindy se carcajeó en el pecho de Chris. Era domingo por la mañana y las ansias de recibir sus cartas de aceptación no les permitió a la pareja seguir durmiendo. En lugar de eso, Chris comenzó a sugerir posibles nombres para sus futuros hijos, sin embargo, el Chambers era un asco para eso. Primero dijo Wilbur, luego Ringo (en honor al baterista de The Beatles), y el último fue Norberto. ¿Qué tenía en la cabeza éste atractivo personaje?

-¡Vamos, suena genial!. Norberto Chambers…no espera, si suena mal- se retractó al escuchar el nombre completo y en voz alta. -Pero debes admitir que Ringo Chambers sí es genial- dijo saboreando el nombre con satisfacción, asentía con la cabeza mirando a su novia, esperando una respuesta.

-Te odio, sabes que me encantan The Beatles, estás manipulando la situación a tu favor- dijo fingiendo indignación, Chris se carcajeó ante las muecas que su novia hacía. A decir verdad, si sonaba bien, pero no le daría la satisfacción de escucharla decir eso. -¿Y si es niña?- preguntó mirándolo con una gran sonrisa, hablar de éstos temas le producía un lindo sentimiento en el estómago.

-Ruby, Definitivamente- respondió rápidamente, como si hubiese estado esperando esa pregunta desde hace mucho. -Ruby Chambers- repitió el nombre completo con una gran sonrisa al imaginarse una pequeña niña con el cabello castaño y sus ojos azules.

-Ruby…me encanta- asintió Cindy con emoción en su voz, la pareja se miró con un extraño brillo en sus ojos. No es que quisieran tener hijos pronto, pero sin duda alguna era uno de sus planes a futuro. Una gran y hermosa familia.

Un estruendo proveniente de afuera los sacó de la linda ensoñación en la que se encontraban; antes de siquiera poder reaccionar, Betty Merrill entró gritando como una desquiciada.

-¡Ya están aquí!- exclamó con entusiasmo, levantando 2 sobres rojos con una gran "C" en una esquina.

Cornell University, maldición.

Ambos adolescentes saltaron de la cama para tomar los sobres entre sus manos temblorosas, se miraron sin poder creer que ya estaban aquí. Ace entró corriendo a la habitación, igual o más ansioso que la misma Betty.

-¿Qué demonios esperan?. ¡Abran las malditas cartas!- dijo con impaciencia el hermano mayor de Cindy mientras mordía su dedo pulgar.

Cindy y Chris compartieron una mirada, claramente nerviosos por los posibles resultados. Cindy tomó las mejillas de su novio y besó con fuerza los labios de Chris, robándole un suspiro. Poco les importó estar en frente de su madre y hermano. Una vez se separaron, sintieron que ya tenían las agallas para enfrentar al destino.

Cada uno abrió su sobre y leyó rápidamente las palabras que estaban impresas, luego en un rápido movimiento intercambiaron cartas, para leer la respuesta del otro. Los mayores miraban los inexpresivos rostros de ambos adolescentes, y pensaron lo peor cuando volvieron a mirarse fijamente.

Chris extendió su mano derecha para acariciar la mejilla de su novia, provocando que ambos rompieran en llanto. Abrazados cayeron de rodillas mientras sollozaba sin control alguno, derramando lágrimas como si un grifo se hubiera roto.

Betty y Ace, con el corazón en la boca ante el aparente dolor en los jóvenes, se agacharon a su altura, dando consuelo a los adolescentes. Lo único que se escuchó en la habitación por largos minutos fueron los dolorosos sollozos de Chris y los temblores de Cindy. Pero, como si de unos bipolares se trataran, la pareja comenzó a reír estruendosamente, Cindy acariciaba las mejillas rojas de Chris, limpiando sus lágrimas y Chambers repetía la acción. La chica Merrill fue la que rompió el tortuoso silencio.

Our adventure //Chris Chambers// Cuenta conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora