¡EN CORRECIÓN!
El pueblo de Castle Rock conocía bien a las familias de Cindy Merrill y Chris Chambers. Todos sabían que le harían honor a sus apellidos de mala muerte cuando crecieran. Chris lo supo desde pequeño, pero cuando conoce a una pequeña ni...
Pasaron un par de meses desde el incidente con el dinero de la escuela, Cindy y Chris tomaron la desición de no decirle a nadie lo ocurrido, ni siquiera a Gordie, pero algo les decía que todos en la escuela sospechaban quienes eran los responsables y sabían que de nada serviría contar la verdad de los hechos. ¿Quién creería en sus palabras cuando la otra versión era relatada por una maestra?.
Las vacaciones dieron inicio con un sabor amargo, sobre todo para Cindy, ya qué su padre sin remordimiento alguno, abandonó a su familia para irse con una muchacha de la edad de su hijo mayor Ace. Su madre, no era para nada su persona favorita, pero eso no quitó la preocupación del pecho en la joven Merrill al ver a su progenitora estar ebria la mayor parte del día. Ace no era de mucha ayuda, ya que alegaba que limpiar vómito era tarea de mujeres, o sea su trabajo, al menos agradecía que comprara alimentos para la casa con el dinero de su empleo.
Chris no la estaba pasando mucho mejor, al parecer los adultos de las dos familias problemáticas del pueblo se pusieron de acuerdo en ahogar sus penas en alcohol, la diferencia estaba en que la señora Merrill ebria solo lloraba y maldecía el nombre de su esposo, mientras que el padre de Chris repartía golpes a quien tuviera en frente, por esta razón acordaron con Cindy que evitarían lo más posible ir a la casa Chambers.
Sin embargo, ese día se sentía prometedor, el sol brillaba en su esplendor por la mañana del verano del 59.
Los repetitivos toques en su ventana despertaron a la chica Merrill, quien dormía envuelta en sus sábanas con estampados de flores.
Lentamente abrió un solo ojo, viendo la mitad del rostro de Gordie gracias a la delgada cortina que cubría la ventana.
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Se levantó a paso lento, con su corto cabello apuntando en todas direcciones, Gordie se preguntó mentalmente como es que podía caminar tan lento.
-Al fin! Pensé que que tardarías 1 semana más- bufó su mejor amigo una vez que abrió la ventana.
-Espero que tengas una buena razón para despertarme tan temprano, maldito engendro del diablo- dijo con sus ojos apenas abiertos debido al sueño, dio media vuelta para volver a la cama, escuchando como Gordie trepaba la ventana para aterrizar ruidosamente en la habitación.
-Claro que tengo una buena razón, dijiste que me acompañarías a la tienda para comprar la revista de crímenes que llegaría hoy. ¡Lo prometiste Cindy!- recriminó alterado al ver la mueca en su rostro, la chica giro los ojos, suspirando exageradamente.
-Bien...-accedió derrotada mientras caminaba a su armario para sacar sus pantalones de jeans favoritos y una simple sudadera roja sin mangas. -¿Te vas a quedar a ver el espectáculo o qué?- preguntó con una ceja alzada al ver a Gordie cómodamente sentado en su cama viendo la revista "Vanity fair", un regalo de la madre de Vern.
