Lluvia de balas

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Siento mi cuerpo y el de Benedikt moverse cuando nos pegamos con las puertas y el espacio en la camioneta, me quejo por un fuerte golpe en mi hombro, jadeo y grito cuando la camioneta rueda dos veces y se detiene.

Tozo fuerte por haber tragado el polvo de la tierra que entran por las ventanas de la camioneta.

Me quejo por el intenso dolor de mi hombro, llevo mis manos al rostro la agitó e intento aclarar mis ojos, ya que nos encontrábamos rodeados de nubes de tierra.

Abro por completo mis ojos cuando siento a Benedikt tocando y agitando mis mejillas- ¿Estás bien?- pregunta con voz agitada y mirada preocupada.

-Si y tú- le miento me dolía todo y apenas me sale la voz pero no es el momento de quejas, al menos nos encontrábamos con vida, lo escaneo rápido para verificar que está bien, detallo poca sangre por una cortada en su ceja y al parecer solo tenía algunos rasguños a causa de los vidrios rotos.

Trago saliva sintiendo el sabor metálico de la sangre, arrastro mi lengua a mi labio inferior cuando el mismo palpita y duele avisándome que lo tenía roto, al parecer si nos habíamos golpeado lo suficiente fuerte.

-Si estoy bien, tenemos que salir de aquí, toma tu arma y dispara- su mirada cambia a una más oscura la misma que pone cuando su paciencia a llegado a su límite- apuntales y dispara Zoe- me grita y ordena con evidente rabia.

Ya no está el Benedikt que amo, ahora solo veo oscuridad, rabia y odio en su mirada.

-Está bien- mirando a sus ojos es lo que puedo decir entiendo perfectamente que este puede ser nuestro fin y que no es momento de mantener la calma.

Sin un vehículo quedamos más expuestos y atrapados en medio de la nada con la única compañía de nuestros enemigos, no tenemos donde correr a escondernos es un campo desolado y visiblemente abierto.

No soportaría perder a nadie más así que debo colaborar y hacer lo que el momento me indique.

Con respiraciones agitadas nos incorporamos quedando sentados, giro mi cabeza para ver a los chicos apuntando hacia afuera esperando para disparar con el mínimo acercamiento que los otros tengan.

Ya solo quedamos cuatro debido a que el chofer está muerto, al igual que dos de los de los que se encontraban en la parte de atrás.

Uno de los guarda espaldas se ve muy malheridos tiene una larga y profunda herida en su pierna de donde sale una gran cantidad de sangre, se quita su camisa la rompe para hacer un torniquete aprieta la tela al rededor de su pierna con fuerza para evitar tanto sangrado pero basado en mi poca experiencia en el campo de enfermería y debido a la gran profundidad y la ubicación de la herida, en poco tiempo se desangrara.

Mis nervios se alteran al aceptar que solo quedamos tres y el estar rodeada de los cuerpos sin vidas solo empeoran mi poca fe.

-Yo los cubro desde esta posición - dice el mismo hombre herido en su pierna siendo consiente de que no podrá moverse.

Apuntando desde la ventana comienza a disparar hacia afuera, cuando ven movimiento, escucho las balas que impactan en el acero de la otra camioneta.

Alexey sale de primero por la ventana cubriéndose con nuestra camioneta inmediatamente comienza a disparar, para proteger nuestra salida, Benedikt me mira preguntando sin palabras si estaba lista.

Una lluvia de balas de ambas partes se escuchan.

Mi hombro dolía pero me hago la fuerte ante sus ojos, asiento con mi cabeza.

Con eso sale Benedikt por la ventana apuntando en dirección a la otra camioneta que ya se encontraba detenida a una distancia de nosotros, Benedikt sin dejar de disparar me hace señas con su otra mano para que salga.

Hago todo el esfuerzo que puedo para no lastimar mi hombro y no cortarme con los muchos vidrios rotos, saliendo como puedo por la misma ventana donde Benedikt salió, Tomo la mano que me ofrece para levantarme de un solo impulso.

Mi pecho sube y baja estando al frente de una lluvia de balas; La única esperanza que nos da tiempo de vida y el único escondite que nos queda, es la misma camioneta volcada que nos cubre.

Con mucho miedo y nervios aprieto mi mandíbula y me giro, comienzo a disparar hacia la otra camioneta, la mezcla de adrenalina y miedo recorre mis venas mas no debo permitir que esas emociones me dominen, solo concentrándome puedo aprovechar cada disparo y cada bala.

Mantengo mi mente en blanco mientras sigo apuntando y disparando asta que mis balas se acaban y me toca recargar.

Benedikt le logra dar en el pecho a uno que inmediatamente cae al suelo, mientras que Alexey ya había matado a dos pero aún quedan tres astas donde mis ojos pueden visualizar.

Me agacho buscando más balas, que Benedikt dejo cercar para recargar; mis manos tiemblan a más no poder mientras que cargo la pistola.

Tomo unas bocanadas de aire para calmarme, asta que me detengo porque siento olor a quemado o algo parecido.

Empiezo a buscar con mi mirada, ¡¡no puede ser!! Mis ojos se abren mucho mas cuando observo el humo salir de adentro, debajo del volante, ¡¡esto no significa nada bueno!!

-Benedikt, Benedikt- grito con desespero asta que obtengo su atención, su oscura mirada llena de rabia se clava en mi- va a explotar, corran, corran- alcanzo a decir y con eso apenas y reaccionan.

Los dos se miran y Alexey intenta agacharse para ir en busca de su amigo herido pero Benedikt lo hala de su camisa consiguiendo que venga con nosotros, giramos corriendo lo más lejos que logremos llegar.

Benedikt me empuja con mucha fuerza cuando el también cae a mi lado al mismo tiempo que la explosión se escucha a nuestra espalda.

Grito fuerte porque mi hombro se había golpeado mas fuerte, duele como si el hueso si hubiera roto y me remueve al mismo tiempo que me quejo.

Miro al cielo, nos salvamos de la explosión, pero aún nos quedaba el gran detalle de los hombres que siguen vivos.

Sigo removiéndome y quejándome mientras me levanto, Alexey y Benedikt se incorporan sentándose rápido con intenciones de actuar pero no llegan a las armas cuando es demasiado tarde, dos hombres que apuntando hacia nosotros los hace detenerse.

Al verlos me asusto y visualizo las posibilidades, de inmediato clavando mi mirada en la de los hombres enemigos alterno la misma en nuestras pistolas que se encontraban a unos escasos pasos y en ellos, Benedikt respira agitadamente no pudiendo controlar la rabia, lo se porque a poca distancia escucho como respira como un toro enojado.

Estira su brazo y aprieta mi mano fuerte, me observa de reojo cuando me lo quedo viendo, giro mi cabeza mirando a todos lados visualizo las posibilidades e intentando comprender lo que espera de mi pero no existe alternativas, el más cercano a una arma es Alexey.

Estoy segura que si nos movemos sin duda nos darán un tiro, no nos daría tiempo de llegar a ellas y disparar, estos hombres tienen la mirada y determinación más oscura que e podido ver.

Muerdo mi labio evitando llorar cuando el pánico me ahoga y se forma un nudo en la garganta.

Uno de los hombres me ve, su mirada es oscura e intimidante, sus labios se curvan en una malvada sonrisa- muñequita ya no más, ven, tu papito quiere verte- mordiéndose su labio inferior me hace señas con su mano para que fuera hacia el pero me paralizo como si mis piernas estuvieran clavadas en el suelo de tierra- maldita perra que vengas- jadeo y doy un ligero brinco cuando escucho su grito.

Antes de que pueda pronunciar palabra, Benedikt aprieta mi mano ordenándome en silencio que me detenga; con mirada desafiante responde un furioso y valiente Benedikt

-Ella no ira a ningún lado- el hombre borra su sonrisa, deja de verme a mi para ver a Benedikt.

En la manera como aprieta su mandíbula y gia su pistola para apuntar a Benedikt, sus claras intenciones me cortan la respiración.

Vivir por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora