¿Quien es el enemigo?

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Con mirada oscura muerde su labio viéndose mas sexi.

- Oh qué rico mi vida - susurra Benedikt con una sonrisa coqueta sin dejar de verme.

Benedikt da dos embestidas una más profunda que otro seguido de un corto gemido varonil, un segundo después siento su fluido correr dentro de mí, muerde su labio me da una nalgada que me sobresalta.

Me sonríe se inclina me besa por un breve  momento al mismo tiempo que sale de mis adentros, se inclina buscando en sus pantalones para luego pasarme un pañuelo de bolsillo, lo observo cuando su mirar me dice todo; lo uso para limpiarme un poco y lego fuimos directo al baño dentro de su oficina.

Después de asegurarse que nos viéramos presentables, minutos después de estar listo ve su reloj de mano, me deja un beso sobre mi cabello y sale con mucha prisa hacia su reunión.

Los minutos pasaron lentos, estando aburrida aprovecho el tiempo para tomar uno de los tantos libros que llaman mi atención desde niña e amado leer y para mi buena suerte los libros están en ruso; aunque no nací en Rusia me crie toda mi vida en ese país por lo que es la lengua que más entiendo aunque el español también lo hablo por ser el idioma de mi madre pero la verdad domino mejor el idioma ruso.

No sé cuánto tiempo había pasado pero estaba tan entretenida leyendo que no escuché a Benedikt volver de su reunión.

-Vida- habla en voz alta Benedikt, mientras me encontraba acostada en el sofá.

- ¡¡Que!! Lo siento estaba distraída- me levando y me acomodo en el sofá quedando sentada para mirarlo.

-Veo que te gusta leer.

- Si me gusta mucho, con el trabajo no he tenido suficiente tiempo pero por las noches siempre trato de leer un poco antes de quedar dormida.

-También me gusta leer la lectura es muy importante para expandir nuestro conocimiento, si lo crees necesario toma unos para que leas en casa- le sonrió ampliamente, el me devuelve la sonrisa para luego hacer un ruido con su garganta- ya es hora de almorzar vamos - comenta ofreciendo nuevamente su mano, le tomo la palabra porque ya tengo hambre.

Guardo el libro que tengo en mis manos dejándolo en su lugar para terminarlo de leer luego, le tomo la mano cuando me la ofrece y caminamos a la salida.

Nuevamente notando todas las inquisitivas  miradas sobre nosotros, incluyendo la mirada asesina de Mariam a quien se le nota la rabia que tiene por no estar en mi lugar.

Llegando a un muy bonito y lujoso restauran, ya Benedikt tenían una mesa apartada además de recibirlo con exagerada cortesía lo que me hace pensar que viene muy a menudo.

Antes de sentarme, Benedikt rueda un poco la silla haciéndome espacio para que me sentara, al hacerlo vuelve a rodar la silla dejándome en la distancia correcta.

Su caballerosidad me encantan aunque dentro de mi se que solo lo hace para fingir estar enamorado, de eso se trata que todos supongan que somos una feliz pareja de enamorados.

Reflexionar me a quitado el apetito, de solo recordar ese horrendo contrato me reprocho y regaño mentalmente quedándome muy claro que debo apartar mi corazón y solo disfrutar de este corto tiempo juntos.

En total silencio ordenamos el almuerzo, en cuanto nos sirven me animo a romper el silencio.

-¿Vienes muy seguido a este hermoso lugar? – pregunto para dejar de pensar en lo que no debo.

-Si vengo casi siempre es uno de mis sitios favoritos, me agrada saber que te gusta – responde y sonrió asintiendo con mi cabeza dándole la razón porque de verdad el lugar es muy hermoso- Es mío- no era lo que me esperaba escuchar pero no me sorprende el tiene el dinero suficiente para tener esto y más.

Vivir por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora