Motivada por el amor.

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Sacudiendo mi cabeza y exhalando suficiente aire decido dispersar esa posible inquietud y molestia que se instala en mi mente y corazón.

-Mi amor es demasiado tarde descansemos y mañana planearás todo con la cabeza fría- le digo mirándolo con intensidad y comprensión desean que pueda ver mas allá de la rabia y la culpa que ahora siente, pero se aleja para luego darme la espalda y caminar; Sin embargo, por alguna extraña razón se detiene, se gira y me mira con intenciones de decirme algo pero se mantiene callado, por lo que decido ser yo quien hable.

- Él merece lo peor te entiendo y estoy contigo pero vamos a la cama, mañana planearemos todo.

-No volveré esta noche, descansa- con la misma rapidez en que salen sus palabras me deja un beso en la frente y se aleja.

-Benedikt sabes que no me puedes dejas así, ¿cómo pretendes que duerma sin ti a mi lado?- le digo pero el no se detiene y yo camino tras de él.

No puedo dejarlo ir así de molesto, todo puede pasar por esa perturbadora e incontrolablemente, sin llegar tan lejos con un solo levantamiento de mano que Benedikt hace un guarda espalda se interpone en mi camino y no me permite continuar, dando mi peor cara intento pasar del guarda espalda, lo empujo pero era tan grande y fuerte que ni siquiera lo pude mover de su sitio.

- ¿Al menos dime a donde vas que piensas hacer?- le grito con evidentes nervios y angustia en mi voz.

Una camioneta ya lo esperaba en la entrada pero antes de subir se detiene, regresa a la puerta donde el guarda espalda me impide salir por completo.

-Escúchame bien Zoe, voy a destruir a ese mal nacido, lo atacaré en todos sus puntos débiles asta que salga de su escondite y así poder matarlo con mis propias manos, el muy cobarde no da la cara y estoy harto de que se meta con mi mujer- dice con rabia y veo en sus ojos al mismo demonio, reconozco que cuando está con ese humor puede ser un completo desafío para cualquiera pero tengo miedo de que sea el quién salga lastimado.

-No quiero que te lastimen- mi voz se quiebra y mis ojos se llenan de lágrimas, el guarda espalda se aparta cuando Benedikt se acerca a mi.

Con una malvada sonrisa niega con su cabeza- No lo hará te juro que seremos libre, ya no estarás en peligro- la seguridad que transmite sus palabras no me bastan para bloquear mis miedos.

Tras una intensa mirada, deja un beso profundo pero muy corto en mis labios, una sensación inquietante y diferente se instala es mi pecho cuando ese beso, me gusta y me duele, por sentirse como nuestra despedida.

Desvía su cabeza y con frialdad observa al guarda espalda –No tiene permitido salir a ningún lugar, vigilancia las 24 horas del día no te separes de ella o morirás- amenaza y ordena al grandote que debe ser nuevo porque nunca antes lo había visto.

Benedikt se sube a la camioneta y me quedo paralizada mientras la misma se aleja, observo como poco a poco desaparece de mi vista y el dolor se prolonga en mi pecho al mismo tiempo que las ganas de llorar se atoran y acumulan en mi garganta, desearía gritar asta reventar y sacarme todo esto que me ahoga; impotencia, miedo, frustración, dolor, una explosiva combinación de todo, mientras por dentro siento romperme en pedazos limpio mis lágrimas doy la vuelta y corro hacia la habitación, pero me doy cuenta que el hombre de seguridad me sigue.

-¿Qué haces? No hace falta que se quede allí parado- le digo cuando veo que además de seguirme se queda en la puerta, siempre están tras de mis pasos pero quedarse plantado en la puerta era demasiado y mas ahora que necesitaba privacidad para llorar.

-Son órdenes del señor Filatova- me responde.

-¿Qué te ordeno exactamente?- había escuchado una parte de la amenaza que Benedikt le dio pero conociéndolo me parece que no era todo, se perfectamente que al sentirse culpable se obsesionaría aún más.

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