Las noticias de la fiesta se siguieron difundiendo durante el resto del día. Era de lo que todos parecían querer hablar, llenándose de expectativas de lo que ocurriría ese día.
Divertido para todos, pero molesto para Ferb.
La emoción de toda esa gente le causaba risa al peliverde. Justo cuando pensó que el baile de San Valentín había sido ridículo, la fiesta de Django se llevó el premio mayor.
Cuando entró a la clase de arte y vio a Adyson, frunció el ceño. No tiene duda alguna de que tendrá que pasar los próximos cuarenta cinco minutos de su vida escuchando todos los detalles sobre la fiesta.
Camino a su asiento; Phineas caminaba no muy lejos y detrás de él. Desde la discusión del almuerzo el peliverde noto que no parecía contento, pero no le importo lo suficiente para decir algo. Como ya era costumbre, sus amigos y su novia no se habían dado cuenta.
¿Acaso todos en Danville High estaban ciegos? Pensó Ferb.
Antes de que Phineas y él se sentarán. Adyson comenzó a hablar.
—¿Emocionados por la fiesta? —preguntó la castaña justo cuando ambos se estaban sentando.
—¡Si, parece que va a ser increíble! —dijo Phineas con voz entusiasta.
Si Ferb no se hubiera dado cuenta antes del actual estado de ánimo del chico, podría haber creído que estaba realmente emocionado. Por lo regular, el pelirrojo fingía muy bien pero últimamente el peliverde creía que estaba haciendo un pésimo trabajo.
Al menos en lo que respecta a ser consciente.
—¿Qué hay de ti, Ferb? Va ser espectacular —pregunto con una sonrisa la chica, engreída.
—Como crees que es todo lo que haces —respondió en un tono como si estuviera en desacuerdo.
—Bueno, no pierdo mi tiempo haciendo cosas que son todo lo contrario —contraataco, imperturbable.
Ferb puso los ojos en blanco.
Se sintió aliviado cuando la señorita Mulberry entró en la habitación y les pidió que se pusieran a trabajar en sus collages. Todos los chicos se levantaron para obtener tijeras y pegamento para después sentarse en sus respectivas mesas.
El periodo de clases fue más rápido para Ferb que los últimos días. Phineas había traído la bolsa de Ziploc de fotos que Ferb le había ayudado a encontrar y pasó todo ese tiempo pegándolas en la cartulina prácticamente vacía.
Mientras tanto, Adyson casi había terminado con la suya y solo agregaba algunas imágenes al azar para llenar cualquier espacio en blanco que se le haya pasado por alto.
De igual forma, también Ferb estaba por terminar. Solo faltaba pegar algunas fotos más, lo cual era bastante simple. Para su mala fortuna, la pequeña cantidad de trabajo que quedaba por hacer solo significó que Adyson no se quedara callada por mucho tiempo.
—Entonces, ¿irás? —pregunto una vez más.
—¿Por qué diablos te importa? —pregunto ya casi cabreado. No la quería en sus asuntos sin duda alguna.
—Solo estoy tratando de integrarte a la vida social de Danville High —respondió sin levantar la vista de su collage.
Él en cambio, resoplo.
—Serías una persona mucho más feliz si tratas de comunicarte más con las personas que van aquí.
—Debatible —dice poniendo los ojos en blanco.
—Ningún hombre es una isla y toda esas mierda —replicó Adyson.
—¿Al menos sabes quién dijo eso? —Lo dudo. Pensó Ferb, dejando escapar ese pensamiento en su propio tono de voz.
—¿Importa?
Ferb estaba a punto de responder cuando Phineas habló.
—Lo dijo John Donne, era un poeta inglés —explicó.
—Oh, bueno, supongo que si lo hubiera sabido, tal vez Ferb habría decidido seguir mi consejo —bromeó la castaña.
Phineas sonrió ante el comentario.
Ferb no se molesta en comentar, no es como si importara de todos modos. Adyson estaba feliz con el conocimiento limitado que tenía y no deseaba tener más. Con dificultad, se abstuvo de ser directo para decirle que creía que era muy estúpida e ignorante.
Después de eso, el trío estuvo la mayor parte del tiempo tranquilo. Adyson y Phineas hablaron un poco más sobre la fiesta, pero afortunadamente Ferb quedó fuera. Cuando sonó el timbre, Adyson había terminado por completo su collage al igual que Ferb, Phineas solo necesitaría pegar algunas fotos más para acabar.
Ferb camino hacia su casillero, ignorando el murmullo de todos los otros estudiantes en el pasillo. Como de costumbre, se apresuró a tomar sus cosas y salir de la escuela.
Solo había estado caminando un rato cuando escucho los pasos familiares de Phineas Flynn. Sólo tomó unos segundos para que el chico más bajo estuviera a su lado.
Por un rato caminaron en silencio antes de que Phineas hablara.
—Adyson solo está tratando de ser amable —mencionó—. Se que puede ser a veces algo invasiva, pero enserio lo intenta.
Ferb se encogió de hombros. A él no le importaba lo que la castaña intentaba ser. Una persona extra más en su vida.
Phineas mostró una sonrisa leve, comprendiendo el lenguaje corporal del otro.
—Aunque tiene razón sobre la fiesta.
—¿Qué pasa con todos ustedes y esa fiesta?
—Es un evento divertido. Quiero decir, las fiestas son mejores en verano ya que son en la playa, pero incluso en la casa siguen siendo las mejores.
—¿Y lo divertido está en...? —preguntó con escepticismo.
—Alcohol para empezar —dijo Phineas con una sonrisa—. Y luego está la música, el baile, los videojuegos... Cosas así.
—No te tome por bebedor —dijo mirando al pelirrojo. Nunca espero algo así de él. Nunca lo vio hacerlo en Turnpike.
—No lo soy. A veces solo me gusta elevarme un poco —admitió casi pareciendo culpable.
—Podría aparecer para bebidas gratis. No me importaría ver a Buford emborracharse hasta caer —admitió Ferb.
—Sería digno de ver —concordó el pelirrojo, sonriendo una vez más.
Ferb solo se encogió de hombros cuando llegaron a su casa, antes de girar por el camino de la entrada y alejarse de Phineas sin decir ni una palabra más.
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Apartamento vacío [Phinerb] || Traducción
RomanceTurnpike Tavern es como el hogar de Ferb. El lugar perfecto para fumar, beber y todo los demás que le pueda gustar al británico. Su vida puede no ser tan decente, pero él es feliz. Al menos es lo que él dice. Phineas vive el sueño de estar en la es...