Capítulo 16. Evita que rompa las cosas que toco

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Esa misma noche Phineas yacía en la cama, pensativo

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Esa misma noche Phineas yacía en la cama, pensativo. Tocando el pequeño objeto que le había entregado Ferb. Era fácil de entender y, sin embargo, no pudo probarlo.

Después de la cena, se había ido directo a su habitación. Dibujo algunas cosas nuevas. Había pasado un tiempo en el que se sintió cómodo dibujando.

La gente solía pensar que era un hobbit raro; más lo pensaban al entrar a la habitación y ver los planos esparcidos por las paredes. Solía guardar todos sus inventos en un libro, pero al final terminó sin espacio. Había cientos de ellos , quizá incluso miles. Phineas había perdido la cuenta hace mucho tiempo.

Nadie lo entendió. Algunos —como su madre—, pensaron que era una fase, pero él estaba por completo seguro de que ella se había dado cuenta de que no era así. Se sintió culpable de que no lo fuera.

No era una vista favorable para las demás personas. Si hacemos una comparación, era una habitación donde podría residir un asesino de una película de terror, con recortes de periódicos de todos sus crímenes, planes sobre que hacer a continuación y los horarios de las víctimas. Un desorden total. Así de loco se veía.

Sus amigos ya casi nunca entraban a la habitación. No estaba seguro si había dejado de invitarlos por la forma en que lo miraban o solo ellos dejaron de entrar al alcoba.

Isabella estaba asustada por todo el asunto. Trato de actuar como si no fuera así, pero era tan transparente para él. Ella pensó que tenía una obsesión. Las obsesiones nunca fueron buenas. Eran como las drogas.

Cuando Ferb entró a la habitación, espero una respuesta similar. Espero que el más alto hiciera un comentario sarcástico y lo mirara como si fuera un loco, pero en cambio, en el momento en el que Ferb lo felicito...

Deseo fundirse entre sus brazos.

Era la única forma de describir el sentimiento. Quería aferrarse al británico y jamás soltarlo. Nadie había dicho nada positivo sobre sus inventos. Su madre dejó de elogiarlos cuando comenzó la escuela preparatoria.

Pero Ferb estaba impresionado. El se dio cuenta que no eran simples dibujos. Que eran invenciones que en teoría funcionarán una vez construidas.

Lo comprendió, y Phineas había querido decir tanto, pero la mudez pudo mejor con él. Ferb no era el tipo que acepta abrazos. Ni siquiera quería al pelirrojo cerca. Pero tal vez eso había cambiado. Se quedó y toco la guitarra con el, además, arreglo el fregadero. Le había mostrado a Phineas como funcionaba un soplete.

Quería que el otro lo quisiera cerca. ¿Cómo no anhelarlo después de hoy?

Por supuesto, sabía que no debería tener a Ferb en su vida en absoluto. Se asustó cuando su madre miró a Ferb como si lo conociera. Por un momento pensó que ella había descubierto que el peliverde pasaba sus horas libres en Turnpike. Linda no querría que se relacione con alguien asi.

Apartamento vacío [Phinerb] || TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora