Mikaela vive tranquila en la hermosa new York, a sus 26 años ha hecho muchas locuras, espera ansiosa su salto a la fama junto a su orquesta de música, la cual no ha tenido mucho éxito, eso la lleva a trabajar de mesera medio turno, pero...¿que pasa...
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Cuando llegue a casa de Robert, baje del taxi y tuve que correr a buscar con que pagar, pues había dejado todas mis cosas en el restaurante, era un descuido estúpido, pero el conductor entendió que estaba tan mal que olvide eso
No tarde mucho en conseguir para pagar, a fin de cuentas tenía muchas cosas mías aquí también, el taxi se fue y yo entre en la casa
El silencio era horrible, pero justo ahora era lo que quería, me quité los tacones y los dejé junto al sofá, mamá se había llevado al perro, así que estaba sola en casa
No sabía a dónde ir realmente, fui al patio trasero, la noche ya había llegado por completo, la luna se reflejaba en el agua iluminando todo, además de las luces de aquí afuera
Me senté en la orilla de la piscina y metí los pies en el agua, estaba completamente helada, pero para mí era relajante, allí deje salir todas las lágrimas que estaba reprimiendo
Solté mi cabello con molestia, dejandolo caer por los lados de mi cara
Me sentía sucia, asquerosa, me sentía horrible en esta piel, estaba enfadada completamente, estaba dolida
Agradecía poder estar sola, no quiero que Andrea me vea así
Dios, Andrea... Espero que no me haya visto, ella es tan dulce, no quiero que vea como el mundo puede ser cruel
Seguí llorando por un rato muy largo, incluso cuando ya no tenía lágrimas, seguía sintiendo ganas de llorar
Sentía los ojos hinchados, los labios secos, las lágrimas secas en mi cara, seguramente me veía terrible, pero justo ahora poco me importaba
Me quedé mirando el agua, la verdad ya ni siquiera sentía el frío en los pies
Quizá fue sin pensar, quizá debí meditarlo antes de hacerlo, pero simplemente me lancé por completo a la piscina, allí sí sentí el frío en todo mi pobre cuerpo
Pero aun así estaba relajándome, estaba sintiendo que ese dolor poco a poco era menos
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Robert
Ver a Mikaela así me molestó, sabía claramente quien era culpable de ello, no podía hacer una locura, pero no me quedaría aquí un momento más