Capítulo.-30

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Mikaela

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Mikaela

Me levanté cuando las alarmas sonaron en la mañana, odio la vida de adulto, abro los ojos lentamente y observo como Robert se está levantando de la cama, él igual parecía cansado de volver a trabajar

Estaba de espaldas a mí estirándose, su espalda era enorme y estaba muy marcada por los músculos, debo admitir que era una hermosa vista

—odio la vida de adulto, pero me encanta esta vista al despertar—dije en voz alta

Robert se giró un poco para verme, sonrió de lado y me dio un corto beso en los labios, esto sí me gusta de la vida de adultos

—lo sé yo igual lo odio, pero es el ciclo de la vida.

—pues que horrible ciclo.

Me levanté de la cama con demasiada pereza, comencé a buscar mi ropa para el trabajo, hoy tendría ensayo con la orquesta, los nuevos chicos se estaban adaptando perfectamente, eran educados y amables, así que nos llevábamos bien

—ve a ducharte Mikaela, yo me encargaré de arreglar a Andrea hoy—dijo Robert entrando al baño para cepillarse los dientes

—oye... debo contarte algo que paso con Andrea ayer—dije sin girarme a verlo y fijando mi mirada en el armario

—¿Que paso con Andrea? —pregunto cambiando su tono tranquilo a uno mortalmente serio

—un compañero de clase le dió un beso en la mejilla—dije girandome a verlo finalmente, sus ojos se abrieron con sorpresa—fue en la mejilla solamente, y Andrea le dijo que no estuvo bien.

Robert respiro profundamente y se cruzó de brazos, se acercó lentamente a mí, yo bajé la mirada bastante intimidad y me tomé las manos a mis espaldas con nerviosismo

—¿Era eso lo que decía Andrea anoche? —preguntó en voz baja y sonaba muy serio

—sí... sabía que te enojarías por eso preferí decirte a solas, y ella no quería que te enojaras—hable tan rápido que casi me quedaba sin aire

Espere pacientemente que dijera algo, pero sencillamente se había quedado callado, ninguno de los dos nos movimos, esto estaba muy tenso

—bien, no me molesta, pues Andrea entiende que es pequeña para todo eso—dijo lentamente, como si se contuviera a decir lo que piensa en realidad—pero...no quiere decir que estoy feliz, porque uno, Andrea es mi hija y la cuidare siempre, dos debiste decirme desde ayer.

—lo siento.

Robert suelta un suspiro largo, suelta sus brazos y me rodea con ellos en un abrazo, admito que eso me dejo confundida, se supone que está enojado conmigo... así que no lo entiendo

Una Madre Para AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora