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Las vacaciones de verano están a punto de llegar, más o menos, es 21 de abril, faltan dos meses exactamente para las vacaciones de verano, todos los estudiantes del instituto Harrow están como locos por recibir las vacaciones.

En la clase de letras de último año, se incorporará una alumna nueva, cuyo papel será crucial para está historia.

A tercera hora del día, una chica de piel pálida cómo la nieve, unos ojos verde azulados cómo los nenúfares de un pantano, su pelo platinado sedoso, sus pómulos sonrojados, su vestimenta era estilo grunge entró al aula de letras.

—Buenos días...¿Se puede?—Preguntó ella con timidez

—¡Caroline! Bienvenida, pasa, pasa— la recibió la profesora de griego

Con mucha vergüenza Caroline entró al aula, se quedó firme delante de la pizarra y observó a todos mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, Caroline miró a un punto fijo, para no romperse delante de todos.

—¿Habéis visto cómo viste?— comentaban varias voces del final del aula.

—Caroline, siéntate al lado de Samantha— le ordenó la profesora.

Sin protestar Caroline cogió su mochila y se sentó en la tercera fila, en el centro, al lado de Samantha. Después de sentarse, Caroline analizó a Samantha discretamente, le impresionó mucho su pelo rojo escarlata y su estilo, llevaba un jersey con rayas verdes y negras horizontales, una falda negra plisada por encima de la rodilla, unas medias negras muy finas, junto con un par de calentadores negros por la altura de las rodillas, unos mocasines con plataforma negros y un colgante con el signo zodiacal de géminis en plata.

—Me gusta mucho tú estilo Samantha...–le halagó ella

—Pues el tuyo me da arcadas– le respondió de una manera muy cruel

Su garganta se comenzó a cerrar debido a la inquietud que sentía.

Al finalizar la clase, todos comenzaron a recoger y Caroline se quedó sentada en su pupitre pensando en como se había comportado aquella chica con ella. La profesora se percató y le dijo que no se agobiara, que se fuera a casa y que mañana empezara de nuevo.

Caroline recogió todas sus cosas y se fue a su casa para hacer la tarea, repasar el temario y luego practicar piano; Ella estudiaba piano desde los once años, a día de hoy, era una de las mejores del conservatorio.

De camino a casa escuchó una música tranquila, como las que le gustaban a ella.

30 minutos después llego a su casa

—Buenas tardes mamá, buenas tardes papá.

—Buenas tardes hija— exclamaron ambos desde el comedor.

—Voy a repasar una pieza de piano.

Ambos le respondieron que mientras ella estudiaba ellos irían a hacer la compra del mes. Caroline al oír lo que le dijeron, fue a la cocina a prepararse un sándwich de pavo, lechuga y queso cheddar.

—¡Listo, ahora a repasar!– exclamaba ella mientras subía a la segunda planta que es donde estaba su piano.

Comenzó a tocar la pieza que le pedían en el conservatorio para dentro de dos semanas. ¿Estaba lista? No ¿Tenía que hacerlo? Definitivamente sí.

Llevaba ya una hora practicando y Caroline se comenzó a frustrar porque veía que no había progresos, solo se sabía las primeras tres líneas de la partitura. ¿Qué me pasa? Pensaba una vez detrás de otra, ahogándose con el tiempo.

Al ver que su mente no estaba rindiendo al cien por cien optó por saciar su hambre, comiéndose el sándwich que había preparado hacia un rato. Mientras ingería su merienda, iba revisando las partituras del examen que tenía a la vuelta de la esquina.

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