William volvió a la casa de Caroline porque sentía que se había dejado algo en su casa y quería entrar para comprobarlo antes de regresar a su casa.La puerta principal estaba cerrada con llave, ya que como Caroline estaba sola optó por cerrar, era lo más normal para ser sinceros. William estuvo golpeando la puerta y llamando al timbre varios segundos, pero Caroline seguía sin abrir, William se preocupó por ella y optó por ir por la puerta trasera de la casa, que daba a la cocina y él la había visto mientras Caroline le servia el agua.
Al entrar comenzó a buscar a Caroline por el salón pero no la encontraba, hasta que recordó que antes de llegar ella estaba practicando piano, de modo que decidió subir a la habitación en la que tenía el piano para ver si ella estaba bien, realmente William estaba preocupado, no oía la melodía del piano desde que se había ido hacía unos minutos.
—Caroline, ¿Estás arriba? Soy William.
Ella no respondió, así que, William subió sin decir nada más al piso de arriba para asegurarse de que Caroline estuviera bien.
Al entrar a la habitación vio a Caroline dentro del piano, bueno, mas o menos, él la vio de rodillas encima de las cuerdas, situación que se le hizo bastante extraña. No era normal qué alguien se tumbará ahí para dormir, era demasiado curioso.
—Carol...Caroline despierta...¡Caroline despierta, venga despierta!– le gritaba él mientras la zarandeaba si parar, a pesar de los movimientos que William hacía para despertarla, ella seguía inconsciente. William se preocupó demasiado, así que, fue al salón a por una manta para taparla y llevarla al hospital, ya que respiraba muy despacio y estaba helada.
Una vez había cogido de la manta y había vuelto a subir para coger a Carol en brazos y salir por la puerta.
Los padres de Carol llegaron a casa. Ambos se sobresaltaron al ver a Caroline en los brazos de un desconocido, para ellos, claro.
—¡¿Quién eres y por qué tienes a mi hija en tus brazos e inconsciente?!– exclamó el padre de Caroline, furioso y a la vez preocupado.
—Carol, cielo...– gritó su madre llevándose las manos a la boca.
William miró a Caroline, que estaba en sus brazos, y luego a sus padres, no sabía muy bien cómo reaccionar, pero algo tenía que decir al respecto.
—Señor y señora Evans...Yo...Puedo explicarlo– justificó William con una voz temblorosa.
—Pues justifícalo, ¡ya mismo!– le ordenó el señor Evans
Willian tragó saliva, agarró mejor a Caroline y comenzó a darles la explicación que merecían a los señores Evans.
—Soy William, todo comenzó cuando me enteré de que Caroline no había tenido un buen primer día en clase, así que, pensé en pasarme por su casa para cómo estaba, y de paso presentarme, al llegar ella me dijo que estaba tocando el piano y después comenzamos a charlar unos minutos. Ella me dijo después que era muy tarde y que tenían practicando piano, por lo que marcharme, pero al poco de salir, me percaté de que me había olvidado una pertenencia mía, por lo que regresé. pero al volver llamar a la puerta, Carol no me abrió. Me preocupe y entre por la puerta trasera, que Carol había dejado abierta por alguna razón. Al entrar no la vi en el salón, por lo que usted por subir arriba ya que me dijo que estaba practicando piano, y al subir a la habitación, encontré inconsciente encima del piano– explico con muchos detalles William.
— ¿Y qué pensabas a hacer con ella ahora si se puede saber?– pregunto su madre
—Llevarla al hospital y de camino llamarle a ustedes con su teléfono.
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La Arquera
FantasyCaroline, perdida y agotada por la monotonía de su vida, nunca imaginó que su destino estaba a punto de cambiar. De repente, se encuentra en un reino mágico, oculto y desconocido, repleto de criaturas extraordinarias y paisajes inimaginables. Pero n...