Irina después darle vueltas a la situación les cuenta a todos que piensa ayudar a Caroline a salvar a William, que no le importa ni el lugar ni la situación.
—Espera, espera. ¿Has cambiado de opinión?— preguntó confuso Jackson. —No lo entiendo, ¿cuál es la razón para que cambies de opinión?
—Porque ella me importa, y ella está sufriendo por su ausencia, así que, la ayudaré a buscarlo si eso hace que vuelva a ser ella misma.
—¿Aunque eso signifique que la pierdas?—pregunto Arion mirándola fijamente a los ojos.
Mientras contenía la respiración mientras escuchaba la conversación, Caroline se asomó lentamente desde la puerta de la habitación de Irina. Cada palabra resonaba en su mente, y a pesar de sentirse como una intrusa, la curiosidad la mantenía en ese lugar. Observó cómo Irina se expresaba con franqueza y se sintió invadida por una mezcla de nostalgia y ternura.
—Sí, estar conmigo para ella no es estar en libertad, ella me quiere, lo sé.
—Te acabas de contradecir, no tiene sentido lo que dices— le contestó Jackson.
—Estar conmigo para ella ha sido como estar en una jaula temporal, al principio le gustaba, porque se que estaba muy herida, pero creo que esa sensación de seguridad esta desapareciendo lentamente.
—Pero Iri, la perderás...—le recordó Nira.
—Lo sé, pero disfrutare de ella el tiempo que nos quede, el tiempo que sea, me da igual que nos queden horas, días, semanas, meses o años, aprovechare cada segundo.
—Entonces, ¿que hay que hacer?— pregunto Arion.
—Salvar a Will.
—Sí, pero, ¿dónde?— preguntó el Morgen dudando aun.
—Eso ya no lo sé...
Caroline se adentró en el comedor con sigilo, evitando llamar la atención, y manifestó:
—En el castillo de Logan, él se encuentra allí, estoy segura—. Su tono, aunque era decidido, transmitía una carga de duda que se evidenciaba en su mirada. Era consciente de que esa revelación alteraría el curso de la conversación, y la tensión en el ambiente era evidente.
—No me jodas...—susurró Jackson frotándose los ojos. —¿Tenemos que volver a ese infierno?
—Sí...Tiene que estar ahí, no hay otro lugar, antes de conocerme, Logan lo retenía ahí, él me lo contó, él nos lo mostró la noche del baile.
Agobiados y asustados por lo que se venía, todos comenzaron a levantarse de sus sillas y a caminar en círculos por la sala. Era una idea aterradora volver al infierno que se habían jurado no visitar de nuevo.
—No podemos regresar a esa situación, —manifestó Nira, con la voz temblorosa. —Hemos luchado demasiado para caer en la trampa nuevamente.
—Sin embargo, si él se encuentra allí, —replicó Caroline, con la mirada fija en el suelo—, no tenemos otra alternativa. Debemos enfrentarlo.
—¿Y si se trata de una trampa? —interrogó Jackson, observando a todos con inquietud. —No podemos permitirnos ese riesgo.
Arion, que había permanecido en silencio, finalmente intervino: —No podemos permitir que el miedo nos domine. Si existe la posibilidad de poner fin a esto de una vez por todas, debemos aprovecharla.
El grupo se miró mutuamente y compartieron la emoción del momento. Cada uno debía decidir si estaba preparado para enfrentar su pasado, ya que la tensión en el aire era evidente. Irina permanecía en silencio, con el rostro serio y los ojos llenos de pensamientos, consciente del peso de la decisión que todos tenían que tomar.
—Sé que tenéis miedo, pero no iremos desarmados— los intento tranquilizar Caroline.
—¡Dilo por ti rubita, eres la única con arma!— le replicó Jackson señalando su arco.
—¡Háblale bien!— le riño Nira.
—¡Es verdad, la única que se puede defender es Caroline!
Caroline se dirigió a la habitación para recoger la joya y la trajo de inmediato, resplandeciendo con un suave destello bajo la luz del comedor. Miró a Nira con apremio y preguntó:
—Nira, ¿cuál es la función exacta de esto? Tú eres elfa y fuiste quien mencionó que podría estar hecha de aquellas piedras que se encontraban cerca de tu hogar en Fryndor. ¿Qué crees que puede hacer? ¿Qué beneficios nos proporcionará?
Nira se acercó, observando la joya con detenimiento. Su expresión se iluminó mientras examinaba los intrincados detalles.
—Considero que podría ser una fuente de poder, —respondió, su voz impregnada de sabiduría. —Si efectivamente está compuesta de esas piedras, podría potenciar nuestras habilidades o incluso resguardarnos de magia oscura.
Caroline frunció el ceño, inquieta. —¿Pero cómo podemos utilizarla? ¿Es necesario algún ritual o algo similar?
—Podría requerir un vínculo emocional, —reflexionó Nira en voz alta. —Algo que conecte a quien la posea con su propósito. Tendrías que estar en sintonía con ella, confiar plenamente en su eficacia, y entonces debería proporcionarte la fuerza necesaria para protegernos a todos.
—Eso parece complicado, —murmuró Caroline, ansiosa. —Pero no podemos permitirnos perder tiempo. Si realmente puede ser de ayuda, debemos intentar activarla.
—Si fue creada para ti, Carol, se activará cuando te la pongas.
El grupo se miró, compartiendo la misma resolución, conscientes de que esa joya podría ser la clave para enfrentar lo que se avecinaba.
—Se acabo, iremos, con o sin joya, no es tan complicado. No hay nada que salvar, tenemos que salvar una vida— advirtió Caroline.
—Bueno...Ya la habéis oido, ha prepararse...Volvemos al infierno— dijo Jackson.
Caroline se dirigió a su cuarto para cambiarse y ponerse su ropa de pelea. Irina entró en silencio en la habitación y cerró la puerta con disimulo poco después de vestirse. Después de un momento de silencio, Irina se acercó a ella.
—¿Quieres? —inquirió Irina, con una combinación de inquietud y anhelo.
En su pensamiento, Caroline se mordió el labio inferior mientras observaba la vela apagada en su habitación, como si estuviera buscando una señal. Después de un momento de incertidumbre, firmó. Se acercó a Irina y en unos segundos, sus labios se unieron en un beso cada vez más fuerte. Ambas se sintieron atraídas por el movimiento, pero de repente, Caroline susurró entre besos:
—Will... Will, te ayudaré. Es como si ya estuviera a tu lado... cada vez me acerco más a la posibilidad de recuperarte.
Irina se detuvo de repente al escuchar el nombre de William y se separó de Caroline, visiblemente afectada.
—¿Will?—preguntó, con dolor.
Caroline intentó disculparse cuando se dio cuenta del error que había cometido.
—Perdón... No tenía intención de decir eso, no tengo idea de lo que me sucedió...
Irina la interrumpió con una voz temblorosa llena de rabia y dolor.
—Te entiendo... Sin embargo, podrías haber optado por rechazarme. No soy una persona a la que debas emplear para fantasear que estás llevando a cabo esto con William... No esperaba esto de ti...
Dañada y molesta, Irina abandonó la habitación, dejando a Caroline sola, con la vela extinguida como un símbolo de su propia confusión interna.
ESTÁS LEYENDO
La Arquera
FantasyCaroline, perdida y agotada por la monotonía de su vida, nunca imaginó que su destino estaba a punto de cambiar. De repente, se encuentra en un reino mágico, oculto y desconocido, repleto de criaturas extraordinarias y paisajes inimaginables. Pero n...