Tuvieron un largo camino por delante, nada más y nada menos que un día entero de camino. Ambas iban riendo y conversando para ir formando un vínculo más fuerte.
En un momento del camino Caroline notó como el clima iba cambiando con el paso del tiempo. Pensó que era porque iba a galope y por eso notaba más el gélido viento, pero la razón no era esa.
—Irina, ¿No tienes frío ahí detrás?
Irina dejo de mirar el hermoso paisaje por el que iban y le presto atención a su amiga.
—La verdad es que no Carol, yo estoy bien, ¿Tú tienes frío?
—No es que tenga frío pero siento un viento bastante gélido en mi cara y no creo que sea por el ritmo que llevamos.
Irina no le respondió, simplemente le agarró su mano. Caroline miró a su amiga de reojo y sonrió de oreja a oreja.
Mientras cabalgaban, el entrelazado de sus manos desencadenó un cosquilleo eléctrico, pero la joven castaña a sus espaldas añadió un matiz desconcertante. Caroline temiendo que su corazón saliera disparado de su pecho cerró los ojos, una parte de ella se deleitaba en esa montaña rusa emocional. La falta de miradas compartidas creó un misterioso juego de emociones, desafiando su entendimiento. La paleta de colores que se desplegó en su interior pintó su mundo con tonos inexplorados. A pesar del miedo, lo encantador de esa conexión cálida le atraía, y quería aprender más sobre esos sentimientos. Cuando su amiga, la castaña, colocó las manos en su cintura y apoyó la cabeza en su hombro, la mezcla de miedo y atracción se intensificó. La piel, antes pálida como la nieve, se volvió rosada, un cambio visual de la transformación emocional que experimentaba en ese inolvidable momento. Era la rubia quien, sintiendo todas esas emociones, se aventuraba en el intrigante terreno del enamoramiento. Sentía que su corazón iba a salir de su pecho en cualquier momento, pero debía controlarse.
Decidió centrar su mirada en el camino y los obstáculos que pudieran aparecer. Caroline cabalgaba con el viento despeinando su cabello cuando de repente William apareció en lado derecho de Ébano de forma espectral.
—¡¿Qué haces tú aquí?!– exclamó asustada Caroline por la inesperada aparición del ser.
Irina asustada por el alarido que dio su amiga, se despertó bruscamente del sueño que estaba empezando a dominarla.
—¡Llevo aquí todo el viaje, ¿A qué viene esa pregunta?- le preguntó confusa.
—¡A William! ¡Le digo a William!
Irina parpadeo un par de veces y movió la cabeza en forma de negación porque le costaba aceptarlo, ¿Cómo iba a estar William ahí mismo si estaba muerto?
—Te lo juro, está aquí, a nuestra derecha.
—Creo que necesitas que paremos unos minutos y recarguemos fuerzas.
—¡Te lo digo enserio, no necesito parar!
—¿Se lo vas a decir Carol?- le preguntó él en un tono muy insistente.
Caroline miró al frente e ignoro a su amigo.
—Hola Caroline, ¿Podrías no ignorarme? Por favor.
—No es el lugar, ni el momento adecuado.
—¡¿Caroline, pero con quién demonios estás hablando?- preguntó su amiga ya preocupada.
—¡Ya te lo dije, con William!– respondió chillando y con lágrimas en los ojos.
—Necesitas tranquilizarte Carol, será mejor que paremos un poco y nos alimentamos, yo tengo hambre y tú necesitas desconectar y nutrirte.
—Estás diciendo que estoy loca.
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La Arquera
FantasyCaroline, perdida y agotada por la monotonía de su vida, nunca imaginó que su destino estaba a punto de cambiar. De repente, se encuentra en un reino mágico, oculto y desconocido, repleto de criaturas extraordinarias y paisajes inimaginables. Pero n...