12

133 18 2
                                    

Kristen

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kristen


   Cuando desperté, Laurie ya se había ido.

Al revisar mi teléfono móvil, vi sus mensajes, donde me explicaba que tenía que trabajar aquel sábado en el restaurante, pero...

"Por la tarde estaré libre, y tengo ganas de ir a la playa.

¿Me acompañas?"

Acepté, porque, no tenía nada mejor que hacer, y, ¡para que seguir engañándome!, él me gusta, mucho, y yo deseaba pasar la mayor parte de mi tiempo a su lado.

Recordé su confesión, esas promesas que me hizo al estar juntos en la cama. De que quería ser un mejor hombre, y cuidar de mí.

Hurgué en mis maletas, que seguía teniendo sobre el suelo, hasta dar con el traje de baño. Azul celeste, y de pequeñas tiras. Lo compré años antes, durante unas vacaciones, y no estaba segura de que aún fuese de mi talla.

Me lo puse, y por un rato estuve examinándome dentro del baño.

Odiando cada parte de mi cuerpo, me sentía flácida y desgarbada...

Me lo quité, y me puse una blusa ancha encima.

Tomé el teléfono, escribiendo varios mensajes, con excusas para no ir, que al final, acabé borrando.

«Debo ser fuerte, no puedo seguir viviendo así...

Todo está en mi mente...

Nadie va a juzgarme...»

Volví a ponerme el bikini.

Luego, me calcé un vestido corto, y unas sandalias.

Tomé mi bolso, dentro de este, coloqué una toalla, protector solar, y unas gafas de sol.

Salí de mi casita, y crucé por la vivienda de mis padres.

—¿Vas a la playa? —dijo mamá, cuando me la topé.

—Sí... Brad me ha invitado —inventé, con rapidez.

—¿Tendrán una segunda cita? ¡Tan pronto! —bramó, muy ilusionada—, esto es bueno, Kristen. ¡Es fantástico! Dime, ¿qué tal les fue anoche? —Me cogió de las manos, tratándome con mucha ternura.

¿Por qué no podía ser así conmigo, todo el tiempo?

Ella únicamente me concedía su cariño para manipularme, cuando deseaba que yo hiciese algo que la beneficiara.

—Bien, mamá... La comida del restaurante al que me llevó estaba muy rica —rebatí—. Prometo que te lo contaré todo, a detalle, después... Que no quiero llegar tarde.

—Ok, pero... Trata de cerrar el trato con él hoy, ¿quieres? Para que no piense que eres una calientabraguetas.

«¡Qué diablos!»

Summertime SadnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora