X-Princesa soñadora

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Aela estaba tan asustada que se refugió en los aposentos de su tío, que no hacía más que verla llorar desesperadamente sin saber muy bien que hacer.

–¿Podrías dejar de llorar? –preguntó incomodo.

–¡¿Crees que si pudiera hacerlo no lo habría hecho ya?! –bramó enfadada–. No puedo dejar de hacerlo, lo sabes.

Aegon suspiró. Sabía que su sobrina lloraba en ciertas situaciones en donde alguien estaba en peligro o sufriendo. El príncipe seguía recordando el nacimiento de Jacaerys, en como Aela gritaba. También recordaba el nacimiento de Luke, en especial porque Daemon tuvo que traerla desde pentos para que dejara de llorar, no funciono, Aela no paraba de llorar hasta que la otra persona se tranquilizaban. Los partos de Rhaenyra no eran tan difíciles, por suerte.

–Deberías empezar a aprender a controlar tus llantos. ¿Lloraras así frente a tu futuro esposo?

–¡Que te importa lo que haga o no con mi futuro esposo! –el príncipe suspiro agotado. Rhaenyra estaba en parto y Aela siempre se ponía muy nerviosa.

–Ven aquí. –Aegon tomó a Aela de un brazo y la arrastro hasta su cama. Se sentó tras ella y la abrazó por los hombros, acariciandolos para tranquilizarla–. Nyra estara bien, todo estará bien. Tranquila.

Poco a poco, el príncipe había aprendido a tranquilizar a Aela; sin embargo, no era experto en demostrar afecto a las personas y este tipo de acciones lo incomodaban mucho. Aegon la hacía sentir tranquila y en paz, ella sabía que él haría todo para protegerla y eso lo hacía aun más especial.

–¿Podrías cantarme? –suplicó el príncipe para que Aela se distrajera. Si bien, la princesa no sabía mucho de canto, pero su voz era melodiosa y adictiva para el príncipe–. Por favor.

Aela empezó con una melodía sueve, cantando sobre una danza. Lo curioso es que Aela jamás había escuchado esa canción, pero se la sabía completa.

>>Juntos danzaremos, contra el viento verde. Lejos de casa estaremos cuando caigamos al abismo, pero al final nuestros recuerdos vivirán en dos carnes que sus nombres llevaran.<<

Aegon parpadeo sorprendido. ¿Sería uno de esos momentos en los que Aela soñaba? ¿De que se trataría? La princesa tenía la mirada perdida en un lugar de la habitación y sus ojos violeta palidos parecían casi grises.

>>Mi sangre correra por esta habitación cuando el momento tenga que llegar, pero tu te iras y mi sangre prevalecera. En nuestra última danza el amor que algún día fue ya no será y ese día nuestro fin llegará.<<

Aegon sintió como Aela se ponía cada vez más helada, la giró para verle la cara y estaba completamente palida. No pestañaba y ahora sus ojos eran grises. Aegon por primera vez sentía miedo, podría perder a Aela en ese instante. Se levantó asustado y con temor gritó por ayuda. Las criadas llegaron, llamaron a los maestres disponibles y un cuervo fue enviado a pentos en busca del príncipe Daemon.

Aela estaba perdida en un limbo, entre la habitación de Aegon y un lugar escondido en su mente donde se sentía perdida y desesperada. Los maestres llegarón y Aegon decidió dejarlos con la princesa mientras este iba al encuentro con sus sobrinos y su hermano Aemond. Habían planeado esto desde hace mucho y no podía faltar, además lo ayudaría con los nervios que sentía por Aela, se distraería.

°°°°🐲

Aegon cuidaba de Aela en sus aposentos, mientras Rhaenyra seguía en parto, esta vez su parto al parecer era mucho más difícil. Un Maestre cuidaba adecuadamente a la princesa, mientras Aegon observaba que nada estuviera fuera de lugar. Luego de un rato el Maestre se acercó a él.

Dragon's Blood I: Pureza de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora