XXXIII-Las tres hijas

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Si en algún momento alguien se preguntaba quién era la más desastrosa y la más tranquila de las hija de Daemon Targaryen solo había una respuesta correcta: Baela era la más desastrosa por su puesto, luego estaba Rhaena, que era una dama refinada y tranquila, y luego, estaba Aela, que estaba en medio de las dos. Aela ya estaba casada y tenía familia y nunca había causado ningún problema de doncelles a sus padres, Rhaena tampoco; sin embargo, Baela... ella era todo un caso aparte.

Como en esa ocasión, Baela no sabía que cara poner ante su padre. Estaba avergonzada, no por lo que hizo, sino por que la hayan visto. Sin duda, ser encontrada por su hermano mayor mientras ella casi estaba desnuda con otro hombre... eso era demasiado vergonzoso. Jacaerys había evitado el tema por Baela; sin embargo, un día que Jace trataba de aconsejarla sobre eso, Daemon lo supo y bueno, ese era el día.

–¡¿Para eso utilizas la confianza que te damos?! –le dijo molesto–. ¡No me importa como decidas divertirte Baela, pero esto es demasiado! ¡Y tú! –señaló a Jacaerys–, ¿no Pensabas decírmelo?

–Papá, no quería que las cosas ocurrieran de este modo –Jacaerys se puso firme ante su padre–. Trataba de aconsejarla cuando nos escuchaste, no quería alterarte contándote.

Daemon estaba que explotaba de la rabia. Rhaenyra trataba de tranquilizarlo mientras Aela cubría a Baela quien sentía mucha vergüenza.

–¡Baela! –la llamó su padre. La princesa se puso firme frente a él–. Lo dejaré pasar esta vez, no me involucraré, pero más te vale que no vuelva a enterarme de algo así. ¿Escuchaste?

Baela asintió aliviada de que todo este drama acabará. Sin embargo, cuando su padre tomó del cuello al guardia personal de Baela está se alarmó.

–¡Padre, no lo hagas! –suplicó.

–No te entrometas en esto, Baela –le advirtió Aela–. ¿A caso no vez lo mal que está? Es por lo menos 10 años mayor que tú, es espantoso.

–¿Por qué ahora estas de su lado? –le dijo furiosa a su hermana.

–Por qué se diferenciar lo malo y lo bueno. –Aela acarició las mejillas de su hermanita con cariño–. ¿Qué querías, darle tu primera vez a un hombre cómo él? No espero que te aguardes hasta el matrimonio si no quieres, pero hasta para cometer errores debes hacerlo bien. Eres una princesa, quieras o no, Bae.

Baela nunca pensó que su hermana tomara esto tan mal, pero ahora que ella lo desaprobaba se sentía fatal, ¿había hecho mal? Hasta el momento Baela nunca se había preocupado por sus acciones, vivía una vida divertida en la que hacía lo que ella quería sin medir los riesgos, siempre era Aela la que se preocupaba y arreglaba sus desastres, y siempre era Rhaena la que la consolaba cuando las cosas salían mal. Ahora, sus dos hermanas la observaban decepcionadas, o más bien molestas por lo sucedido.

–Iré contigo, padre. –informó Aela.

–Cariño, no creo que en tu estado debas... –Jacaerys quiso regresarla a su lado, pues Aela tenía 8 lunas de embarazo y no era correcto que asistiera a una ejecución–. Ya sabes, quizás no deberías ir a eso.

–Jace, –lo llamó su madre interviniendo en lugar de Aela–, déjala ir con Daemon, ¿si? Lleva a tus hijos y a Viserys contigo. Rhaena, Luke, ¿podrían llevar a Joffrey y Aegon a sus habitaciones? –asintieron–. Baela, vamos a dar un paseo, ¿si?

°°°°🐲

Daemon y Aela caminaban hasta la playa mientras los demás guardias transportaban al hombre que casi deshonra a Baela. Caraxes y Vidriagón surcaron los cielos y pronto descendieron hasta llegar a la altura de sus jinetes.

Dragon's Blood I: Pureza de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora