The secret of the twins || TK ||

14 : Incomodidad.

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Aviso
Esta escena tiene abuso sexual, violencia entre otras cosas un tanto explicitas por lo que si eres sensible a este contenido, mejor pasa de largo.

Jungkook estaba jodido.

Muy jodido.

Al ver como el cuerpo sin vida del guardia caía frente a sus pies, por aquel disparo en la frente y manchando el suelo por completo de sangre, ya sabía perfectamente que no había salida.

—Pequeño,por circunstancias de la vida debo ir en 2 días a hacer las cosas de trabajo.— Le miro de arriba abajo.—Veo que andas de zorra fácil pero en eso puedo ayudarte.—Guardo su arma por detrás de su cadera.

Busco la llave para soltar un momento las cadenas que tenía en sus muñecas, para volver a ponerlas nuevamente.

—Nos vamos a divertir pequeño.—Cargo al menor en sus hombros.

Llegaron a una habitación y lanzó su cuerpo ahí sin ningún cuidado.

—V por favor.—Lloriqueo.

El mafioso solo se rio para desabrochar los pantalones ajenos, bajándolos hasta sus rodillas en donde a la misma vez bajo la ropa interior del chico, dejando a la vista su desnudez de la cintura para abajo.

—Piénsalo pequeño.—Tomo su mandíbula con fuerza.—Tengo a tu hermano, puedo follar con el para quitarme las ganas, por que no voy a pagar por una prostituta.

Jungkook abrió los ojos.

—¡NO!—Grito.—Hazme lo que quieras a mi por favor.

El mafioso rio.

—Como digas pequeño.—Dicho esto se empezó a desabrochar los botones de su pantalón y bajar la cremallera.—Espere esto por años.

Jungkook estaba nervioso.

Muy nervioso, pero era esto o su hermano iba a pagar las consecuencias y eso no se lo iba a perdonar.

El miembro erecto del mafioso rozaba con la entrada de este, tomo con fuerza las caderas de Jungkook y se adentró a el sin previo aviso de una sola estocada.

Jungkook gimió de dolor.

Las penetradas por parte del mafioso, eran tan brutas que Jungkook sentía que su interior se estaba desgarrando.

Era su primera vez...

Y de la peor manera.

Jungkook solo gemía de dolor y las lágrimas se resbalaban por sus mejillas, las embestidas del mafioso en su interior eran cada vez más bestiales y profundas.

—D-dios estás muy apretado.—El mafioso gimió roncamente.—Eres toda una delicia.

Sus piernas fueron más abiertas y embistió con bestialidad para poder entrar más profundo, en lo que su miembro se adentraba por completo en el interior del menor.

—D-duele.—Jungkook sollozo.

—Lo sé, mi pequeño.—Jadeo.—Los amigos de mi padre también me hicieron sentir ese dolor que sientes.—La lengua del mafioso recorrió el cuerpo del menor. —¿Te cuento un secreto Jungkookie? —Con una mano agarró el rostro del menor para que lo mirara.—Mi padre era el que más disfrutaba este tipo de castigos, pues siempre invitaba a sus amigos para que fueran parte.