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Estaba caminando en dirección a la escuela de mi hija, habían pasado un par de días desde que vi a Slime yo estaba muy ocupado con el trabajo al igual que él.
Mandaba mensajes para saber cómo estaba y todo el tiempo me preguntaba todo tipo de cosas, ayer quedamos de vernos pero hasta el último el cancelo por que tenia mucho trabajo que hacer.
Hoy me mandó un mensaje diciendo que nos veremos en la escuela de mi hija y de allí nos iríamos a comer qué el invitaría.
Yo acepté no podía negar y menos después de lo que hizo después de ese día que se quedó en mi casa me empezaron a llamar anunciando qué rosas mis deudas están pagadas al igual que se pagaron unos meses por adelantado. Sabía que tenía mucho que agradecerle pero como no nos vimos no lo había hecho apropiadamente.
Se que yo le gusto pero tampoco sabía muy bien la razón, desde la primera vez que nos vimos él mostró su interés en mi. Nos habíamos besado y para mi seguía siendo extraño hace años que no lo hacía y cuando sentí sus labios sobre los míos se sintió muy bien, quería qué se volviera a repetir esa sensación que sentí en ese momento.

Borre esos pensamientos al darme cuenta que ya estaba frente a la escuela, busqué con la mirada la camioneta qué siempre traía Slime pero no había señal de que estuviera.
Al estar frente a la puerta me forme había muy pocos padres de familia frente a mi ya que llegué rápido.
Los minutos pasaron hasta que se escuchó la puerta abrirse, cuando tocó mi turno mi hija ya me esperaba con una cara de sueño. La cargué de inmediato y ella se recargó en mi hombro nada más tocarlo. — Mami, ¿estás cansada? — Ella solo asintió y escuche un pequeño bostezo la abrace más y la maestra me dio su mochila, yo le di las gracias. Mi hija algunas veces salía muy cansada de la escuela y solo quería dormir y este era uno de esos así que ya no la quise molestar.

Gire buscando de nuevo a Slime pero no lo veía, saque mi celular y me di cuenta que tenía un mensaje de el avisando que no podía venir él por nosotros pero que mandaría a alguien y manos las especificaciones del coche donde vendría.

Lo busqué hasta que me encontré con la mirada de uno de los trabajadores de Slime que ya conocía, y me acerqué a donde estaba. — Buenas tardes, el señor Slime me encargó que lo llevara con él. —

— Perdón por preguntar pero es que no me dio mucha información, ¿donde iremos? —

— Iremos al departamento del señor Slime. — Abrió la puerta para que subiera, le quería pedir más explicaciones pero no quería molestarlo aún más, él me quitó las mochilas que tenía y las colocó en la cajuela del coche.

Subí al coche con mucho cuidado de no despertar a mi hija que ya estaba en un profundo sueño, en el interior moví a mi niña para que estuviera mas comoda. Solo esperaba que la persona se comportara con mucho cuidado, no quería que Juana se levantara por que se que después estaría llorando sin parar por falta de sueño.

Dimos algunas vueltas por las calles conocía más o menos al lugar donde íbamos, recordé que lo recorrí alguna vez cuando comencé a buscar trabajo, era un lugar muy bonito, trate de trabajar en una de las pastelerías que hacía pero me negaron la petición. Dimos un giro más hasta que llegamos a un gran edificio que podía suponer que todos eran departamentos ya que nos había dicho que iríamos al lugar donde vivía.

Entramos al estacionamiento y después de dejar el coche aparcado me baje todavía con mi hija en brazos le indique al chofer que no hiciera ruido, me indico que lo acompañara y así lo hice, subimos al elevador y el oprimio un boton.

El elevador se abrió dejando a mi vista un lugar lugar muy lujoso, era un departamento que tenia las paredes pintadas de color blanco con algunas columnas que parecia que estaban hechas de marmol y el piso era blanco que relucia con unas lamparas que colgaban del techo. Camine y me sigue sorprendiendo de los muebles que hay, solo los había visto en algun catalogo de muebles o en alguna película el lugar era increible no podia dejar de mirar a todos lados. Los sofás eran color hueso con algunas almohadas color beige, los sofás eran largos podrían caber siete personas sentadas en ese lugar y un gran piano que adornaba el lugar, tenía un gran vista donde podías ver la ciudad gracias a las grandes ventanas que adornaban todo el departamento y quehacian que hubiera una gran iluminación, ver un atardecer en este lugar deberia de ser impresionante. Escuché unos pasos al lado de mi era tal vez la ama de llaves o alguno de los empleados del lugar.

Love In ContractDonde viven las historias. Descúbrelo ahora