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Pov. Slime

Por fin dejó de forcejear y se quedó profundamente dormido, creí que nunca vería así a la persona a la que amo con locura en este estado. Lo seguí tomando de la mano, el doctor había entrado a inyectar un tranquilizante para que se durmiera.

— Tranquilo hijo, él es muy fuerte y pronto estará bien. — Mi madre habló tratando de calmarme, eso llevaba haciendo desde hace dos días que eran los que el amor de mi vida había estado inconsciente.

Creí que había algo de esperanza hoy qué se despertó pero no, mi hija y yo lo necesitábamos. Le di un beso en sus labios qué estaban resecos y ese tono rosa qué tenían se había ido.

— Gracias por estar aquí mamá. — Mi madre tampoco se había separado de Mariana, estaba muy preocupada por él.

— Ven, es hora de que comas algo, no puedes estarte saltando la comida también tienes que cuidarte. — Dijo mi madre regañándome, estaba tan preocupado qué no tenía apetito así que deje de comer.

— Está bien. — Le di un beso en la frente a Mariana y después me acerqué a mi madre para abrazarla.

Salimos de la habitación y bajamos, estábamos en la casa en la que yo vivía no era una gran mansión como la de mis padres pero era grande, traje aquí a Mariana por que este lugar era muy seguro y de esta casa nadie tenía llaves o forma de entrar.

Al estar en la sala me encontré con mi hija que estaba dibujando, me separé de mi madre y caminé a donde estaba mi princesa.

— ¿Qué estás dibujando? — Dije sentándome en el suelo junto a ella, mi madre avisó que me traería algo de comer.

— Estoy dibujando a mi papá Mariana. — Habló sin apartar su mirada de la hoja. — Quiero llevarlo a su habitación para que se mejore pronto. —

Estos días habían sido difíciles para todos pero más para Juana, ella siempre estuvo acostumbrada a estar con su padre todo el tiempo. Pero le había explicado de la mejor forma que su padre ahora tenía que estar descansando no había dejado que entrará a la habitación porque creía que el aspecto qué tenía ahora no era el mejor para ella.

— Le puedes entregar esto a Papá. — Me extendió el dibujo, donde estábamos los tres en un parque.

— Se lo entregaré y te tengo una buena noticia, el doctor dijo que Papá Mariana podrá estar mejor mañana. —

— Podré ver a papá. — Estaba emocionada.

— Claro que lo podrás ver y si quieres podemos ir a comprar un regalo para él. — Mi madre habló, llegó con un plato con comida, me lo extendió y le di una mordida al emparedado.

— Podríamos haberle unas galletas a él le gustan mucho. —

— Mañana después de tu escuela iremos por el regalo y luego las galletas. — Mi madre se encargaba de ir por ella a la escuela y la cuidaba. Las dos comenzaron a hablar de su plan y de lo que era mejor para comprar.

— Señor Slime, perdón por interrumpir pero es importante . — Habló llamando la atención, le di una mordida más a mi comida y me levanté.

— Ahora vengo princesa. — La abrace con fuerza.

— Hijo, no es algo tarde para ir a hablar de negocios. — Me dio una mirada juzgandome.

— No te preocupes será rápido. —

Caminamos a mi oficina donde la había prestado a los de seguridad para que pudieran trabajar ahí sin que nadie los molestara.

Entre a la habitación y todos me miraban, fui a sentarme a uno de los sillones estaba cansado y más después de lo que pasó con Mariana.

— Hablen. —

— Crei que tenemos una vaga idea de donde puede estar selir. —

— Entonces no lo saben con seguridad. — Pase mis manos por el cabello con desesperación.

El día que ocurrió todo yo había tenido una plática con Foolish en la oficina de mi padre pero como siempre las cosas no salieron bien y comenzamos a pelear al punto que llegó a amenazarme qué me quitaría todo lo que es importante para mi .
Yo salí de esa oficina para ir con mi hija y poder distraerme del enojo que tenía. Mariana se había quedado en la habitación bañándose pero después de un rato ya se había tardado mucho.

Salí a buscarlo preguntándole a mi madre y ella me aseguro que me fue a buscar a la oficina.
No dude en ir corriendo porque sabía que Foolish podría seguir en el lugar, sin decir nada corrí y al entrar a la habitación solo me encontré con la escena más aterradora que haya visto en mi vida.

Ya había visto todo tipo de cosas y estaba acostumbrado a ver sangre era parte del gaje de ser un traficante pero esta escena me rompió por completo.

Mariana estaba en el suelo lleno de sangre inconsciente, me deje caer al suelo detrás de mí soltó un grito. Me arrastre hasta llegar a él, trataba de hablarle o moverlo para que reaccionara pero nada funcionaba le pedí a mi madre que llamara a un médico.

Mi padre entró a la habitación sorprendido por lo que pasaba y no pude evitar gritarle qué esto era su culpa por que le permitió la entrada a la familia a Foolish, de mis ojos empezaron a salir lágrimas. No recordaba cuándo fue la última vez que llore de esa forma, la última vez fue cuando era niño, me había caído y mi padre me regaño dándome una bofetada por ser tan inútil o así es como él había dicho.

Lo cargue en mis brazos y algunos de los empleados de la casa lo llegaron a ayudar, lo lleve a una habitación para comenzar a tapar lo que le está a provocando esa hemorragia.

Todo era un caos pero le pedí a uno de los de seguridad que buscará al hijo de pura de Foolish quería tenerlo frente a mí y hacerlo arrepentirse por haber tocado a lo más preciado pero al parecer nadie lo vio salir solo desapareció del lugar.

Sabía que mi padre podía saber dónde estaba y hablar con él pero no quiso decir nada. Tenía una rabia por dentro, quería matar a todos y en este sentimiento también estaba Mariana por haberse puesto en peligro, le había pedido una cosa simple y era no alejarse de mi.

Y ahora tenía a todos los que trabajaban conmigo tratando de buscar alguna pista y dar con el paradero de Foolish le rompería todos los huesos hasta que suplicara por su propia vida.

Llevábamos así desde el día del accidente y no había nada, era como si se esfumara. Y si tenía que ir con mi padre para sacar toda la verdad a golpes lo haría, en este punto quería sacar la ira que tenia acumulada.

— ¿Y donde suponen que está? —

— Revisamos toda la zona porque ni puede estar tan lejos así que empezamos por los hoteles y encontramos en las grabaciones una persona que tiene las características. — Extendieron un par de fotos de la cámaras de seguridad del hotel, habíamos sobornado a muchos de los hoteles para que nos dejaran entrar haber cámaras de seguridad. — Y lo confirmamos con la última foto. — Mire la última y eran dos hombres uno de ellos estaba cubierto completamente pero el otro parecía mayor. — Creemos que es su padre que fue a visitarlo. —

Tomé con fuerza la imagen, no creo que mi padre me odiara tanto al punto de proteger a ese imbécil a pesar de lo que hizo. En mi rostro apareció una sonrisa de lado, les haría pagar a los dos y lo lamentaba mucho tener que dejar a mi madre viuda por que su esposo decidió ser una rata de mierda.

— Y no solo tenemos esa foto, tenemos muchas más. — Mostraron más imágenes que parecían ser del día de hoy.

— Tu qué piensas Fit. — Era uno de los más cercanos a mi y al que le podía confiar mi vida junto a la de mi familia. Él trabajó años para mi papá pero cuando yo tomé el cargo me reafirmó su lealtad hacia mi decidiendo venir a trabajar conmigo.

— Creo que tendremos que ir a dar una visita a tu padre, hace tiempo que no lo veo será agradable. —

— Comiencen a preparar todo, se que mi padre siempre ha creído en Foolish pero creo que le romperá el corazón saber que quería vendernos a la competencia. —

Esa tarde habíamos peleado porque Fit había descubierto que Foolish estaba haciendo tratos con la competencia desde hace meses a espaldas de mi padre y las mías. Lo rete diciendo que le diría todo a mi padre que era mejor que se largará lo que provocó qué nos peleáramos y que me amenazara.

Love In ContractDonde viven las historias. Descúbrelo ahora