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Estábamos los tres sentados en el comedor desayunando, estas dos últimas semanas habían sido muy difíciles para Slime había tenido mucho trabajo al parecer el negocio de las drogas le estaba yendo demasiado bien al punto de que ahora tenían que transportar cada vez más a diferentes lugares y eso lo mantenía ocupado. Y ahora más que había dejado a un lado a la mano derecha de su padre que era el que se encargaba de todo ese tipo de negocios.

Hablando de su padre él todavía no se hablaban después de la oferta qué nos hizo Slime la rechazó diciendo que lo quería verlo. El señor Miller siguió insistiendo en venir a la casa o que nosotros vayamos a comer pero él se seguía negando.

— Princesa termina todo y ve por tu mochila es hora de irnos. —

— Si, papá Slime. —

— Recuerda meter tu cuaderno con la tarea. — Le avisé antes de que se fuera a su habitación.

— Hoy yo pasaré por mi princesa y tal vez vayamos a comprar algún pastel de chocolate. — Dijo Slime.

— No tienes por qué comprarle todos los días algo. —

— Si, lo sé pero me gusta regalarle cosas además será para todos también te traeré algo a ti. — Se levantó de la silla un poco hasta que estuvo a mi alcance y me dio un beso.

— Gracias. — Seguimos el beso haciéndolo más intenso, estas dos semanas nos habíamos conectado más, cada vez sentía mejor sus caricias y besos al punto de que si él no me daba algún beso yo se lo pedía porque extrañaba su toque. — Hoy iré a comprar al supermercado. —

— Te he dicho millones de veces que no es necesario que vayas puedes pedirle a cualquiera de mis empleados qué compre todo. —

— No me gusta, además es una oportunidad para salir y distraerme un poco. —

— Está bien. — Tomo mi mano que estaba sobre la mesa dándole un apretón.

— Necesitas algo... — Se escuchó el tono de llamada de Slime.

Lo miro por unos segundo y después bloquear su pantalla del celular dejando que diera el buzón.

— Es tu padre de nuevo. —

— Si, sigue insistiendo. — Aunque no lo dijera, yo sabía que este tema lo ponía triste.

— Y si hablas con él, puede ser importante, creo que quiere reconciliarse. —

— No, tu no lo conoces como yo, prefiero no verlo por un tiempo hasta que crea que el de verdad cambio pero gracias por tu consejo. — Me dio una sonrisa de lado.

— Ya estoy lista papá Slime. — Hablo mi niña que ya traía puesta su mochila.

— Nos vemos por la tarde. — Me dio un beso de despedida.

— Adiós. — Me acerque también a Juana y le di un beso en la frente. — Te portas bien y cuidate mucho mami.—

— Adiós papá. —

Me despedí de los dos y después empecé a limpiar la cocina dejando todo limpio, le di una limpieza a toda la casa.
Cuando todo estuvo terminado me cambié de ropa y tomé una bolsa de tela para traer lo que compraría.
El chofer me llevó al supermercado, tenía algunas cosas que necesitaba o que ya estaban a punto de acabarse y quería ser precavido.

Encontré masa para hacer pizzas, hace mucho que no comíamos así que compre lo necesario para hacerlas, mañana era fin de semana podría prepararlas, quería hacer algo para que disfrutaremos los tres necesitábamos distraernos.

Cuando termine pague todo y di alguna vuelta entrando a diferentes tiendas, en una de ellas vi algunas corbatas. A Slime le hacían falta algunos colores porque a veces no podía combinar con los que tenía. Compre un par de diferentes colores también. Tomé algunas camisas y unas mancuernillas qué hacían lucir más elegante, le pedí a la encargada que lo colocará en una caja de regalo y ya tenía todo listo caminando al estacionamiento.

Love In ContractDonde viven las historias. Descúbrelo ahora