Escuela: Cualquier institución en la que se imparte enseñanza en una disciplina concreta.
JASMINE
– Thea, de este lado – sonreí cuando ella se volvió hacia mi voz. Hice una seña a Sherry para que se moviera. Estábamos jugando a la gallina ciega.
– Aplaudan – dijo Thea, cuando nos quedamos callados. Mick aplaudió desde donde estaba, y ella dio otro paso hacia su lado.
– Señorita Gibson – mi mirada se desvió hacia Iris, que estaba de pie junto a la puerta. Fruncí el ceño antes de caminar hacia ella.
– ¿Sí?
– ¿Qué estáis haciendo? – llevaba una mirada seria.
Me gustaba cuando nos visitaba los fines de semana. Ahora que nos visitaba a diario por culpa del señor Jefferson, comentaba todo lo que hacíamos.
– Estamos jugando a un juego, Iris. Thea ha sido buena y ha terminado sus deberes – antes de que pudiera decir nada, Thea dijo:
– Te he pillado – miré hacia abajo para ver a Thea sujetando mi pierna.
Iris se alejó mientras Thea retiraba el paño de sus ojos y se lo entregaba a Sherry. Mick, Sherry, Thea y yo continuamos con el juego.
Fue divertido y Thea lo disfrutó. Sherry y Mick se habían convertido en buenos amigos míos en esos cuatro días. Ya no eran tan rígidos conmigo; habíamos entrado en confianza.
– ¿Estás lista? – preguntó Sherry mientras me ataba el paño alrededor de los ojos.
– Sí.
Thea contó.
– Estoy aquí – dijo Thea al comenzar el juego. Era difícil saber por dónde andaba. Oí un aplauso y la risita de Thea.
Me giré hacia mi derecha, hacia el aplauso. Entonces el aplauso cambió a la izquierda y luego a la derecha...
Thea se reía todo el tiempo, ya que no podía encontrar a nadie. De repente, no escuché ningún ruido de ellos.
– Thea, ¿no vas a aplaudir? No puedo dar un paso si no aplaudes.
Me quedé donde estaba y esperé a que hicieran algún ruido. Estaban siendo condenadamente silenciosos.
– Mick, Sherry, hagan un sonido o aplaudan – estaba a punto de quitarme el paño cuando oí la palmada. Di un paso adelante y otro más hasta que me topé con alguien.
Rodeé a Mick con mis brazos mientras lo atrapaba. Nunca me había dado cuenta que Mick era tan alto, quizá porque nunca había estado muy cerca de él.
– Te he pillado, Mick – dije. Me tensé cuando me acercó a él, estrechándome contra él. Fruncí el ceño cuando no sentí la suavidad de la camisa que llevaba.
Retiré el paño para mirar a Mick, y mis ojos se abrieron de par en par cuando se encontraron con unos ojos duros y familiares. Mis mejillas se pusieron rojas cuando sentí sus manos en mi trasero.
– Eh... Aa... – no salieron palabras mientras intentaba alejarme, pero él me sujetaba con fuerza. Mi cabeza giró de lado a lado para ver si había alguien.
No había nadie. Mick, Sherry y Thea no se veían por ningún lado.
Intenté liberarme, pero fue inútil; se limitó a mirarme mientras su mano empezaba a trazar una línea desde mi trasero hacia arriba. Mis pechos estaban literalmente apretados contra su torso.
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Cuando cae la noche
RomanceJasmine Gibson está en una situación complicada. Apenas tiene dinero, no tiene trabajo y su familia le dio la espalda cuando ella rechazó el marido que ellos habían elegido para ella. Así que cuando una mujer misteriosa se pone en contacto con ella...