Cocina: sala o zona donde se preparan y cocinan los alimentos.
JASMINE
Repasé la lista, comprobando todos los nombres y direcciones. Theodore estaba sentado a mi lado haciendo su trabajo de oficina.
– Theodore, ¿puedes revisar esta lista y decirme si falta alguien? Las invitaciones tienen que enviarse mañana – giré la cabeza y le miré.
– De acuerdo – Theo se inclinó y cogió el portátil de mi regazo para repasar la lista.
– ¿Vienen treinta niños?
– Sí, con sus familias – respondí.
– Eh, no. No tengo ningún problema con la lista. Envía las invitaciones.
– De acuerdo – volví a coger el portátil. Tenía que enviar la lista a Mick y Sherry ya que ellos iban a enviar las invitaciones.
– ¿Estás dando invitaciones a los profesores de Thea? – preguntó Theodore, poniendo su mano en mi cintura.
– Sí, las repartiré el sábado. Mick y Sherry entregarán mañana las invitaciones a las familias de los amigos de Thea – dije.
– De acuerdo. Vamos a salir a cenar con Thea. No hemos salido últimamente – dijo Theodore.
Sonreí, asintiendo con la cabeza.
– Es una buena idea.
Terminamos nuestro trabajo y fuimos a nuestras habitaciones para prepararnos. Mientras Theodore iba a bañarse, yo fui a la habitación de Thea para prepararla.
– ¿Qué estás haciendo, Thea? – le pregunté mientras se tumbaba en la cama con un libro.
– La tía Sherry me dio este libro, y tiene fotos interesantes.
Me enseñó el libro. Era un libro de cuentos ilustrados. Era fácil entender la historia mirando los dibujos.
– Ah, es un bonito libro el que te dio la tía Sherry. ¿Le diste las gracias?
– Sí, lo hice, y también la abracé, porque me gustó el libro.
Sonreí, besando su frente.
– Esa es mi niña buena. Ahora vamos a prepararte – le dije cogiéndole de la mano.
– ¿Prepararme? ¿Para qué?
– Vamos a salir con tu papá a cenar. ¿Estás emocionada?
– Sí.
– ¿Quieres lavarte la cara mientras saco tu ropa? – le pregunté.
– Sí.
– ¿Quieres ponerte un vestido o unos pantalones cortos?
– Un vestido.
– De acuerdo – mientras Thea iba a lavarse la cara, yo fui al armario.
Miré los vestidos y saqué uno blanco corto y bonito y sus Nikes blancas.
Thea volvió del lavabo.
– ¿Puedes trenzarme el pelo? No quiero dejarlo suelto.
– Vale, ¿trenzas francesas?
– Sí.
– Ven aquí – le dije, acercándome a nuestro lugar habitual. La peiné y le puse el vestido.
Llamaron a la puerta y Theodore entró.
– La ayudaré con los zapatos. Tú ve y prepárate.
– De acuerdo – tardé un poco en prepararme. Me pinté los labios y elegí un vestido de satén. Elegí mi abrigo y me lo puse antes de ponerme unos tacones.
ESTÁS LEYENDO
Cuando cae la noche
RomanceJasmine Gibson está en una situación complicada. Apenas tiene dinero, no tiene trabajo y su familia le dio la espalda cuando ella rechazó el marido que ellos habían elegido para ella. Así que cuando una mujer misteriosa se pone en contacto con ella...