Capítulo 20

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Madame: Título que se usaba originalmente solo para referirse o dirigirse a mujeres de alto rango o de la realeza. En francés, madame significa literalmente << mi señora >>.

THEODORE

Me senté tranquilamente, mirando los árboles, y mi mirada se desplazó hacia mi teléfono que estaba sobre mi regazo. Lo desbloqueé y abrí la galería para ver las fotos de Jasmine y yo.

No podía dejar de mirar la pantalla ni a ella.

Estaba sonriendo con mi brazo alrededor de su cintura. Parecía un hada junto a una parca.

Me desplacé para ver el resto de las fotos que tenía en mi teléfono. No podía esperar más para ver su sonrisa. Me tenía rendido a sus pies, y yo estaba obsesionado con ella.

Ella era la adicción que no me daba miedo. Miré la foto de ella besando a Thea. Esta había sido tomada en la playa.

No pude evitar acercarme para ver sus senos presionando contra mí.

Thea había tomado esa foto cuando yo estaba en el agua con ella a mi lado. Me convertía en un acosador cada vez que ella estaba cerca de mí. 

– Señor, estamos aquí – me espabilé y dirigí mi mirada a la mansión oculta donde vivía mi adicción.

Me desabroché el cinturón de seguridad y salí al exterior, abrochándome la chaqueta. Mantuve el rostro inexpresivo, pero la busqué. Blake y la señora White estaban de pie junto con los guardaespaldas, pero no la vi.

– Buenas noches, señor Jefferson. Espero que el viaje haya sido seguro – dijo la señora White, dedicándome una sonrisa apretada. No dije nada, sino que seguí caminando, seguido por ella y Blake.

Los guardias y amas de llaves inclinaron la cabeza en señal de respeto al verme. Asentí con la cabeza y seguí caminando hacia los pasillos.

Fruncí el ceño mientras la irritación se apoderaba de mí al no encontrarla. Había creído que estaría allí en el momento de mi regreso.

Me dirigí directamente a mi estudio. Empujé la puerta y me acerqué a mi silla. 

– Señor Jefferson, la reunión con el señor Nikola fue muy productiva. Este es el informe de la reunión... – empezó la señora White, poniéndome al corriente de los detalles, pero me encontraba perdido en mis pensamientos.

Lo único en lo que podía pensar era en su furioso pelo bermejo y en sus ojos marrones, que brillaban con picardía. Golpeé los dedos sobre la mesa mientras la señora White continuaba. 

Dejé de golpear mis dedos, lo que hizo que ella se detuviera.

– Señora White, deje los archivos en la mesa.

– Blake, ayuda a la señora White con el proyecto.

– Sí, señor Jefferson – Blake asintió con la cabeza antes de dirigirse a la puerta.

Sus ojos se movieron inquietos y dejó los archivos sobre el escritorio antes de irse. Esa era mi manera de decirle que me dejara en paz.

Esperé unos diez minutos antes de levantarme de la silla. Me quité la chaqueta del traje y me dirigí al ala donde estaban Thea y Jasmine.

Los ojos de Mick y Sherry se abrieron de par en par cuando me vieron. Estaban de pie frente a la puerta de Jasmine. Mi mirada se desvió hacia el plato que sostenía Mick.

– Buenas noches, señor Jefferson.

– Buenas noches, señor Jefferson.

Asentí con la cabeza y me detuve a varios metros de distancia.

Cuando cae la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora