Surfing: Deporte o pasatiempo que consiste en cabalgar una ola hacia la orilla de pie o tumbado sobre una tabla de surf.
JASMINE
– ¡Oh, mierda!
Me bajé de la espalda de Theodore con una cara de sorpresa y asombro.
Thea estaba de pie frente a la puerta, pero no estaba sola. A su lado estaba el chico de su clase. Recordaba al chico; era su compañero de clase que le caía mal.
Ella le miraba fijamente, mientras el chico la miraba sin comprender. Me quedé en mi sitio, mientras Theodore se acercaba a las figuras.
– ¿Quién te ha dado permiso para besar a mi hija? – preguntó Theodore, apartando al chico de Thea. Thea estaba de espaldas a nosotros.
Los ojos de Thea se abrieron de par en par, mientras yo me mordía los labios para controlar mi sonrisa.
Al parecer, Theodore se había detenido al ver las dos figuras de pie frente a su estudio. En cuanto había abierto los ojos, el chico se había inclinado, besando a Thea en los labios.
– ¿Papá? – preguntó Thea conmocionada. Theodore miraba fijamente al niño, que tenía la mirada perdida.
Me acerqué a ellos y puse mi mano en el hombro de Thea.
– Hola, Thea. ¿Has desayunado?
– Hola, Flor. Sí, ya he desayunado – respondió, pero pude ver el miedo en sus ojos.
–¿No vas a presentar a tu amigo a tu padre? – le pregunté.
– No te hagas amiga de él; aléjate de este chico – dijo Theodore inmediatamente. Puse los ojos en blanco y lo miré.
– Vamos. Creo que está enamorado de nuestra Thea. Y es guapo... – dije, mirando al chico.
– Hola, Anders – dije, mirando fijamente al chico. Sus pequeñas cejas se fruncieron en señal de confusión antes de que su cara se quedara en blanco de nuevo.
No me devolvió el saludo. Yo encogí los hombros, conociendo muy bien su comportamiento desde la clase.
– Le dije que no viniera, pero no me hizo caso y se metió en el coche conmigo. Por mucho que Mick y Sherry lo intentaron, no se bajó del coche, así que nos trajeron hasta aquí – explicó Thea.
– Eso está mal, Thea. Si quería jugar contigo o venir a casa contigo, deberías haberle invitado. No deberías decirle que no venga. Pide perdón a Anders – le dije a Thea.
Hizo un mohín pero giró la cabeza para mirar a Anders, que ya la estaba mirando.
– Lo siento.
– ¿Has comido, Anders? – le pregunté con una sonrisa, a pesar de que la cabeza me latía con fuerza.
Me miró pero no dijo nada. Me observaba con sus pequeños ojos calculadores. Ese pequeño Lucifer...
Levanté la ceja. Luego negó con la cabeza. Mi mirada se desvió hacia Theodore, que parecía impaciente.
– Te prepararé el desayuno y el café. Te lo llevaré – le dije.
Gracias a Dios que Mick y Sherry o Iris no estaban allí. No creía que Thea o Anders nos hubieran visto juntos.
Solo esperaba que Thea no se diera cuenta de nuestra ropa ni preguntara qué habíamos estado haciendo fuera. Miré a Anders y vi una pequeña sonrisa en su cara.
Era como si supiera qué pensamientos pasaban por mi mente. Aparté la mirada y cogí la mano de Thea.
– Vamos a preparar el desayuno – Thea miró a Anders con desprecio antes de seguirme.
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Cuando cae la noche
RomanceJasmine Gibson está en una situación complicada. Apenas tiene dinero, no tiene trabajo y su familia le dio la espalda cuando ella rechazó el marido que ellos habían elegido para ella. Así que cuando una mujer misteriosa se pone en contacto con ella...