Capítulo 26

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Los tatuajes suelen representar pensamientos y sentimientos de los que no hemos hablado ni reconocido, ni siquiera a nosotros mismos.

JASMINE

Sonreí mirando mi reflejo. Me había vestido con unos vaqueros rotos, un crop top y una chaqueta de punto.

– ¿Cómo me veo? – le pregunté a Theodore, dándome la vuelta. Él suspiró, observándome.

– Hermosa...

Sonreí ampliamente, guiñándole un ojo.

– Estoy muy emocionada por tener una cita con Talia – dije, peinándome.

– ¿Por qué no podemos papá y yo unirnos a vosotras? – preguntó Theodore una vez más.

– Ya te dije... Es nuestra cita de chicas. Tú y Christopher no pueden acompañarnos.

– De acuerdo... – le miré con seriedad.

– Oye, ni se te ocurra colarte en nuestra cita, ¿vale? – se cruzó de brazos, mirándome.

– De acuerdo... Pero, ¿por qué has quedado con mamá hoy? ¿No dijiste que habías quedado con ella ayer?

– Sí... Pero Talia tenía que quedar con su amiga. Así que decidimos encontrarnos el domingo – respondí, aplicando el lápiz de labios.

Frunció el ceño, negando con la cabeza. Al parecer, Theodore había hecho sus planes conmigo hoy, y había quedado con Talia.

– No te preocupes. Volveré pronto – le dije.

– ¿Y debo creerlo? – le di una sonrisa burlona. Talia y yo habíamos planeado pasar todo el día fuera... Lejos de los hombres Jefferson.

– Deberías... Deberías... Si no me crees, ¿quién lo hará? – dije con dulzura, acercándome a él.

Desarmé sus brazos cruzados y me senté en su regazo, rodeando su cuello con mis brazos.

– Podrías haberme dicho que tenías previsto reunirte con mamá el domingo. Me habría quedado a pasar el día contigo ayer – dijo, rodeando mi cintura con sus brazos. 

– Lo sé... Te habrías quedado atrás, cancelando tus reuniones importantes. Y no quería que eso pasara, por eso no te lo dije – expliqué, besando su mejilla.

– ¿Qué voy a hacer? – preguntó.

– Christopher vendrá. Mejor si ustedes dos llevan a Thea al acuario y al zoológico. Ella quería visitar el acuario y el zoo.

Puso los ojos en blanco.

– Planeaba llevaros a Thea y a ti al acuario y al zoo.

– Iremos al museo la semana que viene si estamos libres – le dije. Acaricié su barba recortada, sintiendo el pelo afilado contra mi palma.

– O si no, tómate un descanso... Te has quedado todas las noches trabajando en esos archivos, lo que no entiendo muy bien.

   Tu cuerpo necesita descansar. Christopher jugará con Thea, luego puedes llevarla al zoo o al acuario por la tarde. – 

– Hmm... – me acercó más, abrazando mi cuerpo con su cara apretada contra mis pechos. Sonreí, besando su frente. Mi teléfono vibró y lo saqué para ver el mensaje de Sherry.

Sherry
El señor y la señora Jefferson están aquí. Thea está hablando con ellos.

– Talia y Christopher están aquí – dije, escribiendo un mensaje de respuesta.

Cuando cae la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora